Las mujeres de hoy vivimos a un ritmo extremadamente acelerado, bajo mucho estrés y con un nivel de autoexigencia demasiado alto. Pero no somos heroínas de ficción, sino simples mortales. Por este motivo, es importante detenerse a pensar en las consecuencias que esto puede traernos, porque el síndrome de la superwoman es un villano a la orden del día.
¿Has oído hablar de este síndrome? A continuación, te contamos todo acerca de él. ¡No te lo pierdas!
¿Qué es el síndrome de la superwoman?
Es probable que al leer este nombre te figures en tu mente a la heroína de los comic, pero nada más lejos de la realidad. El síndrome representa a aquella mujer que se ocupa tanto de todo y de todos, que acaba olvidándose de sí misma y de su bienestar.
Quiere abarcarlo todo: el trabajo, la casa, la pareja y los hijos. Pero al final, acaba olvidando sus propias necesidades. Es probable que exista intención, quizás inconsciente, de querer agradar a todos y ser valorada por su entorno como una verdadera heroína.
El síndrome de la superwoman es uno de los males que sufren las mujeres del siglo XXI, que lidian con la doble carga de trabajo: el que hacen adentro y afuera de su casa.
La causa de esta condición es la autoexigencia desmedida, que conduce a querer hacer todo a la perfección. Esto no solo resulta difícil de lograr, sino que además puede acarrear síntomas físicos, emocionales y mentales que determinan un elevado nivel de estrés.
¿Qué se esconde detrás de este síndrome?
Hay mujeres que han sido poco reconocidas en su infancia y que de adultas buscan agradar a los demás siendo serviciales.
Sienten que la única forma de recibir un cumplido es mostrándose perfectas, aún cuando no tengan la entereza suficiente para mantener esta imagen sin sufrir.
Intentan ocultar sus debilidades bajo una coraza de fuerza. No sólo buscan ser excelentes madres y parejas, sino tener la casa impecable, una carrera exitosa y cumplir con los cánones de belleza impuestos por la sociedad.
¿Cómo se manifiesta el síndrome de la superwoman?
Las superwoman desempeñan sus trabajos de forma extraordinaria, con un nivel de autoexigencia altísimo. Muchas veces esto les permite alcanzar el éxito en su vida laboral y el reconocimiento y admiración de sus pares. Esto puede reforzar la conducta y profundizar el síndrome.
En el ámbito familiar, no dejan que nadie las ayude ya que ninguna persona puede hacer las cosas como ellas. Creen que si no intervienen, nada se hace bien.
Algunos síntomas del síndrome de la superwoman
- Alto nivel de estrés.
- Ataques de ansiedad.
- Insomnio.
- Problemas gastrointestinales.
- Hipertensión.
- Dolores musculares y de cabeza.
- Cansancio crónico.
- Depresión.
- Pérdida del deseo sexual.
- Altos niveles de frustración.
- Insatisfacción con su vida.
- Agotamiento emocional relacionado con el trabajo (o burnout).
¿Existe algún factor que predispone a la mujer a padecer este síndrome?
Las mujeres que han aprendido a aparentar su fortaleza y a convencerse de que no necesitan la ayuda de nadie son más propensas a padecer este síndrome.
A su vez, viven esa realidad como única y no perciben que exista ningún problema que solucionar. Lo naturalizan como su forma de ser y no desean corregirlo.
Consejos para gestionar el síndrome de la superwoman
Si piensas que te encuentras en esta situación o que alguien cercano a ti padece este síndrome, presta atención a los siguientes consejos:
Organízate por prioridades
Primero, hazte cargo de las cosas realmente importantes y que no pueden esperar. No puedes abarcarlo todo y, a veces, esta necesidad de querer tener todo bajo control te quita tiempo para hacer lo imprescindible.
Di que NO sin sentirte culpable
A veces nos apuntamos a todo, sin pensar en la cantidad de cosas que tenemos pendientes. Por eso, es importante no decir que sí a todo de inmediato. Tómate un tiempo para reflexionar y analizar si puedes hacerlo o no. En el caso de no poder hacerlo, intenta abandonar la culpa.
Delega si es necesario y prescinde de aquello poco importante
En muchas ocasiones, algunas tareas pequeñas le quitan el tiempo de atención a otras de mayor prioridad. Entonces, es importante aprender a delegar y pedir ayuda cuando sea necesario.
¿Crees que no hay cosas que otros puedan hacer por ti? ¿Eres tan imprescindible para todo? Piénsalo y empieza a delegar un poco más.
Dedica tiempo a hacer las cosas que te gusten
No todo en la vida es el trabajo y la casa. Es necesario dedicar algún tiempo de la semana para hacer las cosas que te gustan y te hacen sentir bien.
Sobre el síndrome de la superwoman
Ahora ya sabes un poco más sobre el síndrome de la superwoman, así que ha llegado el momento de ponerle solución a esta situación.
Recuerda que nadie puede ser una superwoman sin pagar las consecuencias físicas y mentales.
Confía un poco más en las personas que te rodean y no pienses que el mundo se detiene si tú no estás. Nadie es imprescindible y, al final, lo que vale es compartir buenos momentos con aquellos que nos importan.
Trata de buscar la manera de ser feliz. Dedícate más tiempo para ti y para tu familia. Siente la tranquilidad y la calma de compartir los momentos, sin buscar tener el control de todo lo que te rodea.
Bibliografía
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