Diferencias entre refuerzo positivo y negativo

El refuerzo es una técnica de modificación de la conducta muy útil y eficaz. Especialmente cuando se utiliza para educar a los más pequeños. En este artículo te explicamos cómo ponerlo en práctica y cuáles son las diferencias entre refuerzo positivo y negativo.
Diferencias entre refuerzo positivo y negativo
Ana Couñago

Escrito y verificado por la psicóloga Ana Couñago.

Última actualización: 10 julio, 2020

El refuerzo es un buen método educativo para corregir las conductas de los niños. Como su propio nombre indica, esta técnica se centra en reforzar, de algún modo, los comportamientos deseables para fomentar que estos se produzcan con frecuencia. Y, a su vez, se evita la aparición de conductas inadecuadas. Pero, para aplicar correctamente este recurso psicopedagógico, es necesario conocer las diferencias entre refuerzo positivo y negativo.

Esta técnica de modificación de la conducta se basa en la teoría del condicionamiento operante, creada por el psicólogo Burrhus Frederic Skinner.

Así, según este autor, el comportamiento viene determinado por las consecuencias que se obtienen con dichos actos, de modo que se tienden a repetir aquellas conductas que van seguidas de una recompensa y no se repiten las que proporcionan resultados nocivos.

Diferencias entre refuerzo positivo y negativo

El aprendizaje asociativo es un proceso que consiste en crear relaciones de causa-efecto entre conductas y estímulos. Lo cual es de gran utilidad para cambiar los comportamientos de los niños e intervenir en ellos. Una forma de poner en práctica este tipo de aprendizaje es a través del refuerzo positivo o negativo. A continuación, te explicamos las diferencias entre estos dos tipos.

Niña recibiendo una galleta a modo de refuerzo positivo por su buen comportamiento.

Refuerzo positivo

El refuerzo positivo se centra en presentar un estímulo agradable inmediatamente después de la realización de una buena conducta. Es decir, cuando el niño se porta bien o lleva a cabo un comportamiento deseado, es conveniente recompensarlo o premiarlo con el fin de aumentar la probabilidad de que dicho acto se repita en el futuro.

Así, algunos estímulos que suelen utilizarse como reforzadores positivos son:

  • Los elogios y los halagos.
  • Los abrazos.
  • Los besos.
  • Las caricias.
  • Las muestras de atención.
  • Las pegatinas.
  • Los sellos.
  • La obtención de determinados privilegios.
  • El reconocimiento y las buenas valoraciones.
  • La comida.
  • Las excursiones, salidas o actividades especiales.
  • La obtención de puntos para ganar un premio físico, como un juguete.

“La forma en que se lleva a cabo el refuerzo positivo es más importante que la cantidad”.

-Skinner-

Refuerzo negativo

Por otro lado, el refuerzo negativo consiste en retirar un estímulo desagradable para aumentar la frecuencia de aparición de una conducta deseada. Por tanto, como en el caso anterior, el reforzador debe aplicarse al momento, justo después de que el niño actúe correctamente.

Algunos estímulos aversivos que suelen emplearse como reforzadores negativos, con su retirada o eliminación, son:

  • Las luces brillantes.
  • Los ruidos fuertes.
  • Las críticas. 
  • Los castigos.
  • Los reproches. 

Beneficios de utilizar el refuerzo positivo y negativo

Tanto el refuerzo positivo como el negativo son muy efectivos y beneficiosos para el desarrollo del niño, puesto que este método educativo se centra en estimular y potenciar los buenos hábitos, sin necesidad de penalizar y castigar las malas conductas.

Niña con sus padres en la cocina con una buena actitud tras su educación mediante el refuerzo positivo y negativo.

Es decir, gracias al hecho de reforzar los comportamientos deseables, se previene la aparición de los indeseables. Así, los pequeños aprenden que, a través de las buenas conductas, se consigue cierta satisfacción personal.

Además, el uso del refuerzo también implica los siguientes beneficios en el pequeño:

  • Aumenta la motivación por hacer lo correcto. 
  • Mejora la autoestima y el autoconcepto.
  • Promueve una comunicación positiva.
  • Potencia el establecimiento de relaciones sociales sanas y equilibradas.
  • Favorece la receptividad. 
  • Fomenta la importancia del esfuerzo.

Pero, para lograr que esto ocurra, hay que tener en cuenta que al aplicar un reforzador, ya sea positivo o negativo, es fundamental explicar la razón de la recompensa. 

Es decir, es necesario que el niño comprenda cuál ha sido la conducta que le ha permitido obtener una consecuencia agradable. De este modo, el pequeño entiende y asimila la relación de causa y efecto que tiene lugar en una determinada situación.

“Lo que las personas sienten es tan importante como lo que hacen”.

-Skinner-


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.



Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.