Padres maltratados por sus hijos: ¿cómo actuar?

Cuando un hijo maltrata física o psicológicamente a sus padres, es imprescindible conocer de dónde proviene esta conducta y tomar medidas cuanto antes.

Desafortunadamente, los padres maltratados por sus hijos son una realidad que cada año registra más de 4000 casos en España. Estos progenitores atemorizados, llenos de culpa y vergüenza, guardan silencio sobre lo que viven en el hogar. Mientras, la situación empeora y causa un gran sufrimiento a todos los miembros de la familia. ¿Cómo es posible llegar a estos extremos? ¿Qué se puede hacer ante tal situación?

Según datos de un estudio de Frontiers in psychology, en España la violencia psicológica es muy común hacia la madre y el padre, con tasas del 81,9 % al 88 % y del 75,7 % al 82 %, respectivamente. Por su parte, la prevalencia de la violencia física varía entre el 2,3 % y el 10,9 % hacia la madre y entre el 1,9 % y el 6,9 % hacia el padre.

En la mayoría de las ocasiones, estos progenitores se tardan demasiado tiempo en actuar. El miedo a reconocer la situación y a buscar ayuda hace que esa dinámica familiar se enquiste. Por eso, es importante comprender el origen de estas conductas y saber que existen posibilidades de revertirlas.

Padres maltratados por sus hijos: ¿cómo se origina esta realidad?

El maltrato de padres por parte de sus hijos, también conocido como violencia filio-parental, es un problema social que ha ido en aumento. Se caracteriza por un patrón conductual en el que los hijos ejercen violencia física, psicológica o económica sobre sus padres. Veamos algunas de sus causas.

Motivo instrumental y reactivo

Existen dos motivos principales para violencia filio-parental (VFP): instrumental y reactivo. Las razones instrumentales están relacionadas con el uso del maltrato como un medio para obtener algún beneficio.

Por su parte, el motivo reactivo provoca la violencia como una respuesta de defensa ante la percepción de una amenaza o provocación. Surge ante circunstancias como sentirse enojado o incomprendido por los padres. También frente a situaciones donde debe ejercer algún tipo de autodefensa o proteger a otro.

Conflictos conyugales y violencia familiar

Una investigación de Journal of family violence que tenía como objetivo caracterizar la violencia filio-parental en adolescentes españoles, realizó varios grupos focales para ahondar en los distintos factores de riesgo como la violencia familiar, la disciplina o estilo de crianza y el perfil psicológico de los jóvenes.

Los hallazgos muestran que las principales causas del maltrato hacia los padres son las siguientes:

  • exposición a la violencia familiar,
  • crianza permisiva,
  • desconexión emocional entre padres e hijos,
  • estrés emocional,
  • consumo de sustancia en los hijos.

Los investigadores también señalan que «los actos de VFP parecen ser un intento de los hijos de ganar poder en el contexto de las relaciones familiares en las que los padres muestran su incapacidad para establecer el control». De este modo, la adquisición de poder les permite influir en las decisiones familiares e imponer su voluntad.

Estilos de crianza

En un artículo publicado en Construção psicopedagógicaRoberto Pereira, psicoterapeuta familiar y de pareja, sostiene que el maltrato hacia los padres por parte de los hijos está vinculado a una crianza permisiva-liberal. En este estilo educativo las normas y los castigos son arbitrarios y generan mucha frustración. Los hijos son sobreprotegidos y consentidos.

También señala que el estilo negligente-ausente influye en la aparición de este tipo de violencias. En él, los padres renuncia a su rol y lo delegan en sus hijos, argumentando que ya son mayores para hacerse cargo de sí mismos. En este contexto, los hijos usan el maltrato y la agresión como una forma de rechazar la función que se les ha asignado.

Otros estilos que Pereira recoge en su artículo, a partir de la revisión de otras investigaciones, son los siguientes:

  • punitivo y no estricto;
  • estricto, pero no punitivo;
  • ni punitivo, ni estricto;
  • violento.

Características individuales

De acuerdo con información de la revista de la Universidad Internacional de La Rioja, entre los factores individuales que propician la violencia filio-parental se encuentran:

  • baja empatía,
  • poca tolerancia a la frustración,
  • baja autoestima,
  • sentimiento de soledad,
  • insatisfacción vital,
  • consumo de sustancias,
  • escasos vínculos sociales.

Otras variables individuales que Roberto Pereira identifica son la impulsividad y el egocentrismo. Asimismo, hay varios trastornos de la personalidad que influyen en este patrón de maltrato: el límite, el narcisista, el antisocial y el histriónico.

Modelos de violencia

Por otro lado, en muchas ocasiones, la tendencia de los menores a reaccionar con agresividad y violencia es producto de los modelos que han observado durante su crecimiento. Los resultados de un estudio de Violence and victims indican que los adolescentes agresores han sido víctimas y testigos de violencia.
Si en la familia las agresiones físicas o verbales son comunes o aceptadas, esto queda en el repertorio conductual de los hijos como algo a lo que pueden recurrir. La imitación es uno de los modelos de aprendizaje más poderosos.

¿Cómo pueden actuar los padres maltratados?

Para abordar este tema y hallar una solución, es importante recordar que no existen culpas. Los padres maltratados no han de sentir vergüenza por lo que están experimentando. Asimismo, es crucial que, en primera instancia, soliciten ayuda experta.

1. Prevenir el maltrato

La mejor estrategia será siempre la prevención. Establecer un vínculo de apego seguro con los niños reduce el riesgo de que surja la violencia en la familia. Un niño que crece sintiéndose amado, respetado y contenido por sus padres, que ha recibido atención, afecto y límites coherentes, no recurrirá a la agresión física o verbal contra sus progenitores.

2. Buscar ayuda profesional

Cuando esta situación ya ha sobrevenido, es fundamental buscar ayuda cuanto antes. Con la atención psicológica adecuada, la mayoría de familias logran corregir la coyuntura y adoptar dinámicas saludables. Callar y permitir abusos solo perpetúa la sensación de superioridad del hijo y de indefensión de los padres.

3. Crear espacios de diálogo

Ante situaciones de violencia familiar, lo primordial es solicitar ayuda. En paralelo, se puede intentar fomentar el diálogo con el hijo agresor y buscar formas de resolver los conflictos sin llegar a la violencia o al maltrato. Para ello, la comunicación asertiva, abierta, empática y respetuosa puede ser de utilidad.

4. Tener momentos de autocuidado personal

La violencia dentro del hogar es una situación muy estresante y desgastante. Por ende, es necesario que los padres maltratados por sus hijos realicen actividades que los relajen y les den un poco de paz y bienestar. Para ello, existen varias opciones: meditar, bailar, caminar, hacer ejercicio, etc.

5. Buscar apoyo social

Los amigos y la familia extensa suelen ser un apoyo importante a la hora de afrontar situaciones complicadas. Este tipo de acompañamiento social y emocional promueve la resiliencia y la resistencia al estrés. Esto es clave para superar la adversidad de la violencia dentro del núcleo familiar.

6. Asistir a grupos de apoyo

Hacer parte de estos grupos es muy beneficioso, ya que, como señala un artículo de StatPearls, a través de la observación de los demás asistentes, las personas adquieren nuevos conocimientos y comprensiones sobre sus problemas. A demás, es un espacio catártico que les permite compartir sus experiencias sin ser juzgados.

7. Tener un lugar seguro

Ante los ataques agresivos de los hijos, los padres maltratados pueden refugiarse en un lugar seguro al que el victimario no pueda acceder. Esto puede evitar los daños físicos que puedan recibir mientras la persona está furiosa. Vale la pena aclarar que esta estrategia no es resolutiva, sino preventiva. Es una medida de protección primaria.

8. Establecer límites

Los límites resultan muy beneficios al principio, cuando la conducta empieza a aparecer, porque le muestran al hijo agresor que su conducta no será permitida. Sin embargo, se debe tener precaución al aplicarlos cuando la violencia está muy arraigada, ya que la persona puede volverse más violenta al verse limitada. En este caso, los límites deben aplicarse bajo la supervisión de un profesional que instruya a los padres y conozca bien la situación que estos están viviendo.

9. Estar informado y educado

La formación puede ayudar a los padres maltratados a aprender nuevas habilidades de crianza y de afrontamiento. De esta manera, podrán lidiar con el comportamiento de su hijo y gestionar la experiencia desagradable que este les hace vivir. Esta formación y psicoeducación debe ser brindada por un profesional de la salud mental.

10. Acudir a la justicia

Por último, si la experiencia es crítica y peligra la integridad de alguno de los miembros de la familia, será necesario acudir a la justicia. Los límites han de comenzar a hacer acto de presencia de forma firme, aunque esto pase por una decisión tan dura como esta.

Conclusión

La situación de los padres maltratados por sus hijos es un problema social que ha venido incrementando a lo largo de los años. Entre sus causas destacan los estilos de crianza permisivos y negligentes y la violencia familiar.

Es imprescindible que los padres que son víctimas de violencia filio-parental busquen ayuda profesional y legal. Es necesario que todo lo que hagan y las medidas de contención que tomen sean sugeridas y supervisadas por un experto que conozca el caso.

Bibliografía

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