aLa estimulación táctil en niños es fundamental desde una edad temprana. Experimentar y entender los diferentes sentidos (vista, oído, olfato, gusto y tacto) es muy importante. Los sentidos no solo nos ayudan a explorar el mundo, sino también a comprender el entorno y nuestros propios cuerpos.
Nuestras sensaciones son la base de todo el conocimiento; aprendemos dependiendo de las sensaciones que nos rodean, de lo que nuestros sentidos exploran. Estimular estos sentidos es estimular, en cierto modo, el crecimiento estructural del cerebro.
El sentido del tacto es uno de los sentidos más importantes; es uno de los primeros que desarrolla el ser humano.
Nos vamos a centrar en este artículo sobre todo en la estimulación táctil, en tocar y sentir. Vamos a hacer un recopilatorio de actividades sensoriales para niños centradas en esta estimulación. Todas estas actividades son de lo más divertidas.
25 actividades para explorar la estimulación táctil en niños
La estimulación del sentido del tacto no solo promueve el crecimiento y desarrollo de los niños, sino que los ayuda a familiarizarse con su entorno. Este hecho resulta de gran importancia sobre todo en los niños más pequeños, que empiezan a experimentar la vida fuera del vientre materno.
En este sentido, algunas de las actividades que puedes realizar con tu hijo son las siguientes:
De 0 a 2 años
Los bebés nacen con un extraordinario sentido del tacto. Todos los demás sentidos se irán afinando con el paso del tiempo, pero el táctil es su base y una fuente de percepción inagotable.
1. Piel con piel
Es el primero y más valioso estímulo para el recién nacido. Este contacto primordial les brinda seguridad, les ayuda a regular su temperatura corporal y favorece la lactancia materna.
2. Acariciar al bebé
En los primeros meses la estimulación táctil debe orientarse a las sensaciones que el bebé experimente en su cuerpo y, para ello, nada mejor que las caricias. Aprovechemos los cambios de ropa y, cada vez que podamos, acariciemos sus manitas, pies, y cara. El mejor momento es sin duda la hora del baño.
3. Aprovechar el baño para sentir el agua
El baño puede generar en el niño temor, porque al entrar al agua percibe su cuerpo y su peso de manera diferente e inestable. Por esa razón debe entrar al agua con suavidad y delicadeza.
Como en otras situaciones de aseo y cuidado infantil, “el baño es un momento de intensa relación, en el que se dialoga y se comparten vivencias en las que el niño está implicado por entero en lo que se le hace. Su cuerpo está relajado y expresa bienestar”.
4. Los alimentos entre las primeras actividades exploratorias
De los seis a los siete meses la estimulación es bastante activa por eso, comienza desde ya a elegir objetos y comidas de diferentes texturas, y deja que sus manos exploren. Este ejercicio enriquecerá su desarrollo neuronal.
5. Frente al espejo
La actividad consiste en colocar al niño frente al espejo, hacer que se mire y estimularlo a que toque su rostro. La investigadora Laura Vásquez propone “pintarle una marquita roja en la cara. Si al volver a colocarse frente al espejo, el bebé se toca allí donde Ud. le había pintado es que ya reconoce su imagen. De todas maneras y aunque no se toque la marca hecha, de alguna manera el bebé ya intuye que el reflejo puede ser su propia imagen”.
De 3 años en adelante
En esta etapa los niños juegan incansables y por medio imitar a los adultos, van comprendiendo el mundo que les rodea. Sus manos no se detendrán ante nada por eso es importante tomar todas previsiones con respecto al aseo, la cocina, las conexiones y los aparatos eléctricos.
6. Caminar descalzos
Se divertirá y aprenderá jugando con plastilinas o arena. También si lo cubrimos con tejidos distintos, le echamos un viento suave sobre su carita con un ventilador y lo mejor, si le permitimos andar descalzo sobre diversas texturas: hierba, arena de playa, pisos de distintos materiales, foami, alfombras, granito o madera.
“Los juegos táctiles permiten al niño desarrollar su mapa corporal, gracias a los estímulos que percibe a través de la piel. Son ideales las actividades con arena, agua, pintura, masa, crema, los caminos que ofrecen diversas texturas en las plantas de los pies, los túneles y las cobijas”.
Martha Tobón de Awad
7. Rienda suelta en el jardín
El mejor espacio para jugar será el jardín. Las diferentes superficies con las que interactúa salen de la monotonía del interior de la casa. Además, se trata de un ambiente que siempre ofrecerá cosas nuevas, en movimiento y transformación.
No lo pierdas de vista y asegúrate de que tiene un entorno seguro, mas déjalo hacer, curiosear y andar a sus anchas.
8. Sembrar, una extraordinaria estimulación táctil en niños
Aprovecha la estancia en el jardín para pequeñas tarea de siembra. Tomar en sus manos la tierra y moverla de un lugar a otro con una palita, hundir las semillas y cubrirlas, luego verter el agua, son todas operaciones táctiles que lo harán sentir seguro y satisfecho.
El ejemplo de esta práctica será de alguna manera inolvidable.
9. Modelar arcilla
El contacto con el barro en el jardín puede ser un primer paso para el encuentro con esa materia suave, maleable y fría, que es la arcilla. Jugar a modelar piezas como platos o cuencos, y ponerlos a secar al sol, supone nociones básicas de idea, proyecto y realización.
Con el interesante plus de que serán creaciones nacidas de sus propias manos.
10. Una ventajosa alternativa táctil, el blandiblú
Tomar en las manos el blandiblú o slime viscoso produce relajación o ese extraño fenomeno descrito como respuesta sensorial meridiana autónoma, ASMR por sus siglas en inglés. Es este un neologismo, comenta la investigadora del hecho estético Marina González, “que hace referencia a un fenómeno biológico caracterizado por una placentera sensación que provoca calidez y relajación”.
11. Instrumentos musicales
La música es un extraordinario estímulo para los niños y lo mejor es que en casa muchos objetos se pueden convertir en instrumentos sonoros. Una lata rellena de arroz, o una cuchara que golpea una olla, son formas sencillas de promover la creación musical a partir de recursos que el niño puede descubrir y gestionar.
12. Armar rompecabezas
Tocar texturas de diferentes figuras geométricas y mover las piezas por un tablero de madera buscando que encajen, desarrolla la memoria sensorial, potencia la coordinación, afina destrezas y refuerza el conocimiento de los colores.
13. Encontrar colores
Este juego es interesante y divertido, enfoca la curiosidad y muestra al niño nociones de reto y competencia. Consiste en esconder en la casa objetos de determinados colores de modo que los niños, por turnos reciban la orden de localizar alguno de un color en particular.
Un complemento sería pedirle que los agrupen por color, forma y tamaño.
14. Jugar con cubitos de hielo
Cualquer actividad y juego con hielo resulta estimulante, divertido y por supuesto refrescante. Desde pintar con acuarelas sobre superficies congeladas, transportar cubitos o hacer retos de resistencia para ver quien aguanta más con las manos o pies en un cubo de hielo, son unas entre innumerables experiencias de estimulación táctil.
15. Palpar diversas partes del cuerpo
Hoy existen diversos tipos de masajes, que ofrecen ricas posibilidades para el desarrollo de los niños, tanto madurativas, cognitivas, como sociales. En efecto, son una herramienta de estimulación táctil adaptable a todas las edades.
Conocer su cuerpo a través de los masajes y de su propia manipulación, lo ayudará a formar una imagen de sí mismo y a prepararse para trabajar con los demás.
16. Jugar con pelotas con pesos distintos
Adquiere pelotas livianas pero de pesos y tamaños distintos, de modo que pueda jugar experimentando resistencias también distintas. Un poco de sorpresa lo hará tomar previsiones y decisiones a la hora de alzar y lanzar. En un trabajo sobre motricidad, a la edad de tres años sugieren:
- Transportar distintos objetos y compararlos: bolsitas de arena, bancos, aros, balones…
- Levantar una caja con mucho peso y otra con poco peso.
- Alzar una bolsita pesada en una mano y un globo en la otra.
17. Activar juguetes sonoros o darle cuerda a cajas de música
Dispón de juguetes que suenen al halar hilos, aros o al tocarlos con cierta presión. Mostrarle como darle cuerda a una caja de música incentivará a que lo haga, desarrollando con sus manitas la destreza motriz del giro. El premio será la música que haga sonar, descubriendo así la relación causa-efecto.
18. Piscina de pelotas
No pierdas la oportunidad de aprovechar una piscina de pelotas, la suavidad, el colorido, la sensación múltiple que proporcionan, lo hará sentir y experimentar sin riesgo alguno la densidad de su cuerpo en la búsqueda del equilibrio.
19. Venda en los ojos para buscar
Un juego para estimular los sentidos es el que consiste en vendar los ojos del niño y hacer que encuentre a sus amigos sin ver nada. Una vez que los encuentre, tendrá que identificarlos uno a uno.
Otra opción es la de buscar objetos. Para ello, les pediremos que toquen los objetos que se encuentren alrededor (habremos añadido objetos nuevos al entorno) y que adivinen qué objeto es. Por ejemplo, podemos ir a una mesa de estudio, hacer que toquen libros, bolígrafos, gomas de borrar, lámparas, etc., y que digan exactamente lo que sienten, lo que creen que están tocando.
20. El cajón de texturas
Como su nombre indica, vamos a fabricar un cajón con diferentes texturas. Para ello, necesitamos una caja en la que crearemos pequeños espacios separados, por ejemplo, metiendo yogures vacíos dentro.
Vamos a rellenar cada espacio con objetos diferentes. Además de objetos, podemos utilizar otras cosas, como arroz (crudo y cocido), aceite, agua caliente, lino, arena, etc. Dejaremos a los niños que exploren las diferentes texturas con las manos.
21. Siente la bolsa para la estimulación táctil en niños
Un ejercicio más para que los niños exploren la estimulación táctil es el ‘Siente la bolsa’. Pondremos diferentes objetos dentro de una bolsa. Buscaremos objetos fácilmente identificables por el tacto. Por ejemplo, un peine, unas llaves, bloques, canicas, etc.
A continuación, y otra forma de hacerlo, es describir uno de esos objetos a los niños y pedirles que lo busquen dentro de la bolsa sin mirar. La idea es que vayan tocando los objetos, así, sacarán el que más se aproxime a la descripción. También podemos dejar que metan la mano en la bolsa, cojan un objeto, lo toquen y lo describan.
22. Jugar con la espuma
Esta es la actividad más complicada de todas desde el punto de vista organizativo. Se trata de coger varios tazones y poner en cada uno un poco de crema de afeitar. Una vez hecho esto, añadiremos acuarelas para que la espuma se vuelva de colores.
Después de esto, extenderemos papel sobre una mesa (si tenemos papel continuo, mejor). Les pediremos que dibujen un objeto, por ejemplo, un animal o alguna fruta, y que lo coloreen con la espuma tintada usando las manos. Es una actividad muy divertida para experimentar con el tacto y las sensaciones.
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23. Plastilina
La plastilina es un material que gusta a casi todos los niños. Con la plastilina pueden crear muchas cosas, desarrollar la imaginación… Además, favorece la concentración proponiéndoles metas a corto y largo plazo.
Jugar con plastilina no solo divierte, sino que también relaja y hace que trabajen el mindfulness. Es una buena opción para que el niño vuelva a la calma después de algún momento de nervios. Se recomienda mucho en niños hiperactivos.
24. Esconder objetos en arena o arroz
Se trata de una actividad especial para los bebés de pocos meses de edad. El contacto con el arroz o la arena representará una textura nueva para él, generando así la estimulación táctil deseada.
La actividad es muy sencilla, consiste en introducir algunos objetos con los que el niño esté familiarizado en un recipiente con arroz. La idea es que el pequeño introduzca sus manos y trate de encontrarlos. La estimulación táctil será mayor si se trata de un cajón grande, en el que el niño se pueda sentar y sentir la arena o el arroz con otras partes de su cuerpo.
25. Pintar con las manos y los pies
Las manualidades siempre serán una forma efectiva de explorar la estimulación táctil en los niños. Mientras que los mayores pueden moldear con plastilina y otros materiales, los niños más pequeños pueden pintar con sus manos y sus pies.
Esta actividad no solo enviará estímulos al cerebro que agudizan el sentido del tacto, sino que también ayudará a desarrollar la motricidad fina del bebé. Además, puede ser un momento de unión familiar si todos los integrantes de la familia se unen a la actividad.
Conclusión a estas actividades para explorar la estimulación táctil en niños
Con estas sencillas actividades vamos a lograr que los niños exploren su capacidad de tocar y sentir. Explorar y experimentar con la manipulación de objetos y el tacto es una parte fundamental en el proceso de desarrollo de los niños. Con este trabajo se favorece la adquisición de todo tipo de aprendizajes.
Bibliografía
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