Durante la adolescencia, los jóvenes pasan de estar enfocados en la familia a centrarse en los amigos. De hecho, esto puede provocar que un adolescente fabule y trate de exagerar sus logros, justificar errores o inventar sucesos. Por ello, en este artículo te vamos a enseñar qué responder a ‘mi hijo adolescente me miente’.
Cuando descubras que tu hijo miente, lo primero que te recomendamos es que respires profundamente y trates de no ponerte nerviosa. Perder la paciencia es algo normal en la crianza de cualquier niño o joven. Sin embargo, no es la mejor opción, ya que normalmente los hijos mienten para llamar la atención u obtener una reacción.
Para evitar que esto suceda, es importante que tu hijo adolescente confíe en ti. Esto significa que debe sentirse cómodo y refugiarse en tu persona, si alguna vez tiene problemas.
Por lo tanto, fomenta la sinceridad y elogia su actitud cuando suceda. En este sentido, es fundamental que trates de mantener y expresar tus pensamientos sobre la importancia de la honestidad, pero siempre con calma.
Practica estas: 6 claves para hablar con un adolescente
¿Qué puedo hacer si mi hijo me miente?
A continuación, te mostramos 7 tips para evitar que tu hijo te mienta. Se trata, más que nada, de valores que se han de fomentar y estrategias para que se sienta seguro y comparta sus experiencias —tanto las buenas como las malas— contigo.
1. Explica la diferencia entre verdad o mentira
El primer consejo consiste en hablar a tu hijo acerca de decir la verdad y lo que supone mentir. No importa la edad que tenga el adolescente, es muy importante explicarle la diferencia entre decir la verdad y decir una mentira. También debes alertarlo sobre las posibles consecuencias de ser deshonesto.
No obstante, es igual de importante que el niño controle cuándo decir la verdad en lugar de ser extremadamente honesto. Esto significa que tu hijo necesita aprender que no necesariamente tiene que hablar de las cosas solo porque tiene que mostrar honestidad.
Equilibrar la honestidad con la compasión y la evaluación del contexto es una habilidad social sofisticada que debes comenzar a enseñar temprano. Muchas veces, las palabras inadecuadas generan mucho daño a los demás, aunque esa no sea la intención de quien haya hablado.
2. Negocia reglas y límites
Establecer reglas y límites consensuados es una de las formas más efectivas de reducir el conflicto. No olvides que una de las razones por las que los adolescentes mienten es porque piensan que los padres no los escuchan. Si creen que las reglas son injustas y no hay espacio para negociar o hacer excepciones, entonces en su mente, la mentira será la única opción.
Por ende, cuando tu hijo adolescente pretenda una excepción a alguna regla, ese es el momento de escucharlo. Trata de entender lo que es importante para él en cada caso. Luego, piensa en lo que está en juego para ti y valora si puedes encontrar un punto medio.
Obviamente, no siempre podrás hacer eso. Sin embargo, si nunca dejas espacio para la negociación, el adolescente creerá que no tiene sentido preguntar, por lo que no lo hará y recurrirá a la mentira.
“Si creen que las reglas son injustas y no hay espacio para negociar o hacer excepciones, entonces en su mente, la mentira será la única opción”
3. Conecta con tu hijo
Debes tratar de hacer que la conexión con tu hijo sea tu máxima prioridad. Este vínculo entre madre e hijo es la base para que ellos digan siempre la verdad; se trata del fundamento sobre el que crece la honestidad.
Ciertamente, un niño bien conectado en casa querrá compartir aquellos aspectos que se encuentran en su interior sin necesidad de mentir. Por ello, considera que la conexión entre ambos es la medida preventiva más sólida y confiable que puedes tomar contra la mentira. Eso sí: debes tener paciencia para que esta unión se afiance.
4. La comunicación es la clave
La mentira es más que una forma de decir las cosas, una forma de callarlas. Significa utilizar las palabras para encubrir. En la infancia la mentira suele crear mundos; en la adolescencia, los oculta.
Por eso es clave que la comunicación entre padres e hijos fluya con facilidad. Que conozcas de sus intereses, ocupaciones, estudios, amistades y conflictos, en un clima de armonía y cooperación, pues todos necesitamos de compañia, apoyo e impulso para acometer nuestras empresas.
Nuestros hijos con más razón, al estar comprometidos en un proceso de crecimiento y maduración.
5. La confianza se construye
Como te decíamos al principio, es preciso que tu hijo cuente contigo, tus brazos y comprensión. Ahora bien, la confianza no se da ni se recibe de un momento a otro, al contrario, se construye día a día.
La vida nos ofrecerá momentos para edificar este vínculo. Por ejemplo, hemos hecho promesas y las hemos cumplido, hemos sido puntuales, guardamos sus secretos y no exponemos sus debilidades ante los otros.
En fin, son innumerables las oportunidades que tenemos para cimentar la confianza. La cual necesitaremos para que, en caso de ‘mi hijo adolescente me miente’, actuar con comprensión, asertividad y ánimo de solución en conjunto.
6. Juzgar, craso error
Antes que juzgar, mejor comprender. Si no tenemos todos los elementos a la mano para contextualizar, no hagamos el camino más corto, que es emitir juicios.
Indaguemos sin asfixiar, sin preguntas incómodas. Ser pescado en la mentira genera una automática reacción de defensa. Abramos nuestro brazos para que no tema, se incline a evaluar el escenario y a buscar una respuesta que te incluya de alguna forma, con consejos o acciones prácticas.
Fundamental: que sepa que no está solo.
7. Deja que tu hijo se arrepienta
El último de los consejos de esta lista puede parecer poco realista, pero debes tenerlo en cuenta como uno de tus principales objetivos. Lo ideal es que aquellos adolescentes que deciden utilizar la mentira para no reconocer los hechos asuman su error de inmediato.
Ten en cuenta que un joven que está a la defensiva y con intención de mentir piensa en la argumentación y la justificación como técnicas manipuladoras, con el objetivo de evitar asumir la responsabilidad. Si esto sucede, es recomendable hacer una pausa de unos segundos para motivarlo a que se arrepienta y retroceda en sus intenciones.
¿Por qué mi hijo adolescente me miente?
El hijo adolescente miente si cree que con ello evita meterse en problemas. También si siente que al decir la verdad decepcionará a sus padres. De ahí la importancia de implicarse en las decisiones y acciones de los hijos, sobre el entendido de que las cosas pueden salir bien como a veces no tanto, a pesar del empeño que le pongamos.
Es decir, necesitamos educar a nuestros hijos en la convicción de que hay en la vida un margen de error y posibilidades de éxito que no dependen solo del talento sino de condiciones externas favorables. De imponderables que no podemos medir ni controlar.
Eso lo saben -o lo han aprendido- los padres por experiencia y han de transmitírsela a los hijos, para evitar presiones innecesarias. Sobre todo, por esa noción de éxito que enferma con el miedo al fracaso.
Por otro lado, las mentiras suelen tener patas cortas, sobre todo si los padres están atentos, vigilantes y saben apreciar -porque lo conocen- los esfuerzos del adolescente para que las cosas le resulten bien. El tamaño y la gravedad de la mentira en muchos casos resulta proporcional al desinterés y a la incomunicación que los padres mantienen con su hijo. Distancia o desafecto que a veces se pretende acortar con vigilancia, persecución, invasión de la intimidad o diversas formas de maltrato.
La comunicación es fundamental, pero también lo es el respeto. Nadie acepta de buen grado que los demás se inmiscuyan en sus asuntos. Y el adolescente, que está construyendo su personalidad, es particularmente celoso de su vida privada.
Mentira e independencia guardan relación
Otra de las razones por las que el hijo adolescente miente es porque existe una relación muy estrecha entre mentira e independencia. En efecto, cuando miente lo hace como un acto de voluntad, como una decisión que le confiere un margen de acción encubierta. Lo ideal es no llegar a esta situación en la que la mentira abre una puerta oculta para los padres.
En tal sentido, toca a los adultos estar cerca del hijo y de sus decisiones, en especial de las consecuencias, lo cual supone tacto y comprensión. El “te lo dije” o “te lo advertí” suele dejar más heridas que enseñanzas.
Acompañarlo en la planificación y las decisiones, en los gustos y motivaciones, es parte esencial de la orientación paterna.
Para acabar, te recordamos que el hecho de que tu hijo mienta es algo que sucede en muchos jóvenes de su edad. Además, siempre y cuando sean mentiras piadosas, no debes preocuparte en exceso. En todo caso, los consejos anteriores te serán de gran ayuda si deseas que tu hijo adolescente vaya siempre con la verdad por delante.
Bibliografía
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