Poner límites a un niño de 2 años formará adultos responsables

Muchos padres ven a sus hijos de 24 meses muy pequeños para empezar a ponerles normas. Sin embargo, es muy importante establecer ciertos límites desde una edad temprana, para que las rabietas no se conviertan en la forma de conseguir todo lo que desean.
Poner límites a un niño de 2 años formará adultos responsables
María José Roldán

Revisado y aprobado por la psicopedagoga María José Roldán.

Última actualización: 05 agosto, 2020

Poner límites a un niño de 2 años no siempre es fácil, ya que es normal que el niño quiera ser independiente, ¡está formando su identidad! Además, si en la crianza cuando tiene rabietas se cede a sus pretensiones, el pequeño pensará que es la mejor forma para conseguir lo que quiere. Por ello, los padres deben mantener la calma y el equilibrio.

Cuando los padres ponen límites o normas, lo hacen para que el pequeño comprenda cómo debe comportarse. Además, también le enseñan a valorarse y a respetar a los demás y a sí mismo.

Un aspecto importante es que ambos padres son los responsables de poner límites a sus hijos y por ello, es necesario que tengan en cuenta las necesidades y capacidades del niño, así como su nivel madurativo. Por ello, deben estar de acuerdo e informar al resto de familiares para que todos vayan en la misma línea educativa. En vista de esto, ¿cómo pueden los padres poner límites y cuáles son sus beneficios?

7 trucos para poner límites a niños de 2 años

Los límites son necesarios para que los niños aprendan hasta dónde pueden llegar con sus padres y demás familiares. Algunos de los más importantes, son los que mencionamos a continuación.

1. Dar órdenes específicas y concretas

Puesto que los niños de 2 años no entienden los mensajes abstractos, se les debe explicar qué conductas se desea que tengan. No solamente hay que decirle “pórtate bien” o “siéntate bien”, también se le debe explicar qué entendemos por bien y mal.

Las órdenes deben ser claras, sencillas y, sobre todo, respetuosas.

Muchos niños no están dispuestos a comer determinados alimentos.

2. Hablarle de manera firme y tranquila al poner límites

Es necesario explicarles las normas que no están cumpliendo, pero hacerlo de manera tranquila y con un tono serio. Algo que podría ayudar es escribirlas y colocarlas en un lugar visible. En caso de que las incumplan, es bueno recordarles esos límites de forma pacífica -sin gritarles-, ya que nadie merece que le hablen mal.

3. No ceder aunque se enfaden

Los padres deben mantener su postura firme en el NO; no deben ceder, ya que a veces el niño puede empezar a rogar, llorar o hasta agredir a los demás. Si se ha establecido una norma, debe mantenerse pase lo que pase; si se cede, el niño va a notar que si empieza a llorar puede conseguir lo que quiera.

En este sentido, merece la pena destacar que aunque se debe ser firme, hay que saber qué situaciones pueden ser más flexibles. Es importante que los padres no sean demasiado intransigentes en aspectos que no tienen importancia. Por ejemplo, si el pequeño quiere ponerse unos pantalones rojos en lugar de los azules, ¿por qué no se lo vamos a permitir? Dar opciones es una las mejores formas para evitar rabietas innecesarias y generar confianza en los más pequeños. 

4. Hablarle con frases positivas

Los niños obedecen más los límites que se expresan de manera positiva. En vez de pedirle que no llore, se le puede decir que hable con una voz pausada y baja.

Por ejemplo, si está pegando a otro niño, no se le debe decir solo que no se pega, sino que hay que tratar con amor y respeto a los demás niños.

5. Ser consciente de la personalidad del niño al poner límites

Hay que pensar en la personalidad del niño, puesto que no todos son iguales. Esto no significa que se les grite para que hagan caso ni que se les repitan las cosas mil veces. Es suficiente con hablarles desde el corazón, el respeto y el cariño y mirándoles a los ojos.

6. Debe haber mutuo acuerdo entre ambos padres

Si el padre le prohíbe o no le permite hacer algo, la madre debe respetar esa decisión, apoyarlo y viceversa. Porque si se lo permite, el niño va a ver que no vale la pena obedecer la norma que uno de ellos le impuso y buscará al otro para que sea su aliado y lo apoye.

7. Establecerle rutinas al poner límites

Se deben establecer rutinas y cumplirlas. Si se fijó una hora en específico para comer o dormir, es necesario respetarla. Esto ayudará al niño a darse cuenta de que a esa hora hay que realizar lo que se ha establecido. Si por el contrario no desea dormir, se le llevará a la cama y se le explicará que si no duerme temprano amanecerá con sueño y cansado.

Ahora bien, si tu hijo no entiende las palabras que le dices, las rutinas pueden ayudarle a entender qué viene después. Es una forma de que entienda sin palabras lo que se debe hacer. Al principio puede mostrar resistencia, pero con persistencia y mucho respeto, logrará entenderlo. 

Pasar de la cuna a la cama no debe de ser una experiencia traumática para ningún niño

Beneficios de poner límites a un niño de 2 años

Cuando los padres ponen normas y límites a sus hijos, estos pueden obtener muchísimos beneficios, entre ellos se encuentran los siguientes:

  • A medida que van creciendo, aprenderán que es necesario seguir normas. Esto les beneficiará cuando sean adultos.
  • Serán personas responsables.
  • Les dará seguridad saber qué actitud deben adoptar y qué es lo correcto o incorrecto.
  • Les ayudará en el desarrollo de su autoestima.
  • Aumentará su confianza y la seguridad en sí mismos.

En conclusión, poner límites a un niño de 2 años es necesario para que se convierta en un adulto responsable. Es indispensable que se respete su personalidad y sus intereses, y que se establezcan normas flexibles siempre que sea necesario.

Aunque parezca complicado, no es algo difícil. Por ello, ponle límites a tus hijos, pero siempre con cariño: ellos lo agradecerán cuando sean adultos .


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