Mi hijo varón también es cariñoso, cercano y afectuoso

El mito de que los varones no pueden ser sensibles y cariñosos no es más que eso, un mito. Si bien hay ciertas explicaciones biológicas para las diferencias de conducta entre varones y hembras, esto no es una regla rígida. Descubre más a continuación.

El hijo varón también es afectuoso, cercano y cariñoso. Porque la ternura no es exclusiva del género femenino, esto es algo que debemos desechar desde un principio para poder educar niños hábiles en Inteligencia Emocional, personas que más allá de su rol de género entiendan el amor y el afecto como arma de poder.

Hemos de admitirlo, hasta no hace mucho en nuestra sociedad seguía integrado ese férreo esquema mediante el cual, se establecía que los niños debían ser fuertes, las niñas serviciales, los chicos duros, valientes y las chicas sensibles además de bonitas. Esa dicotomía en lo referente al género determinaba casi a la fuerza no solo una imagen, sino un modo de relacionarse con el entorno.

A los niños del ayer que son hoy los hombres del presente, les sigue costando mucho hablar de sus emociones, expresarlas o incluso mostrar esa empatía abierta y cercana con la que gestionar un poco mejor determinadas situaciones. Por ello, si hay algo que deberíamos tener claro desde un principio, es que el género masculino no está exento de sus propias profundidades emocionales, también ellos hablan el lenguaje del amor, también pueden ser y son habilidosos a la hora de transmitir afecto…

Sin embargo, si ya desde bien temprano propiciamos en ellos estas habilidades, les permitiremos sin duda poder llevar una vida más rica en esta dimensión. Ahí donde no tener miedo a expresar sus emociones y donde a su vez, ser buenos artesanos en sus relaciones presentes y futuras. Porque educar en Inteligencia Emocional es educar en sabiduría y eso es algo que todo niño merece.

La testosterona en el cerebro del niño y las neuronas espejo

Dentro del útero materno, los fetos varones empiezan desde bien temprano a experimentar el incremento intenso pero gradual de la testosterona. Se sabe que después del nacimiento, el nivel de testosterona cae en picado hasta que el niño llega a la pubertad, pero a su vez, los neurólogos han demostrado que esta hormona determina también el modo en que se distribuyen y se conectan algunas pequeñas áreas del cerebro.

Ello hace, por ejemplo, que los niños procesen en ocasiones la información de otro modo, o que muestren en a veces, más impulsividad  que las niñas o más conductas competitivas. Sin embargo, no podemos olvidar que también el cerebro femenino tiene su pequeña presencia de “testosterona”, aunque eso sí, en menor cantidad.

¿Quiere decir esto que la testosterona hace que los niños sean “más agresivos y menos afectuosos”?

Esta es una idea muy clásica, pensar que los niños llegan al mundo genéticamente preparados para ser más fuertes y agresivos que las niñas. No es cierto. La agresividad y la baja afectuosidad no entiende de genética, no al menos en una proporción tan alta como pensamos, entiende de modelos educativos.

  • El hijo varón debe ser educado con la misma cercanía, intuición y afecto que una niña.
  • Un niño varón jamás nace siendo agresivo. Si esto es así se debe a los modelos de conducta en los que ha sido criado, ahí donde se le empuja a mostrar ciertos comportamientos con los que demostrar su supuesta “hombría”. Un modelo muy nocivo, tóxico y poco adecuado para un niño.

Los hombres también tienen neuronas espejo

Las neuronas espejo o especulares tiene una función esencial en nuestras capacidades cognitivas: nos ayudan a conectar con los demás, a ponernos en el lugar del otro, a imitarlos, entenderlos y a conectar emocionalmente.

  • Tradicionalmente siempre se ha dicho que las mujeres son quienes disponen de este tipo de neuronas, porque son ellas las que suelen mostrar una capacidad más habitual a la hora de entender a los demás, de cuidar, de establecer uniones más cálidas y afectuosas al entender mejor las perspectivas ajenas.
  • Es momento de aclarar ciertos aspectos. También el género masculino tiene de neuronas espejo. El bebé varón de hecho, al igual que las niñas, son muy sensibles a las emociones, conectan al instante con el rostro de esa mamá que les sonríe, con ese papá que los atiende con afecto y alegría.

Los niños tienen empatía y conectan emocionalmente con los demás al igual que las niñas. Sin embargo, si ya desde bien temprano vetamos en ellos el campo de las emociones, lo más probable es que se retraigan en este aspecto, y que busquen aparentar cierta distancia. No es lo adecuado.

La importancia de educar a tu hijo varón en Inteligencia Emocional

El niño varón también sabe dar abrazos, se preocupa por su mamá, se asusta si la ve llorar, ríe cuando papá está feliz y busca a menudo la cercanía de sus padres de forma cariñosa, pícara y afectuosa.

No hay nada malo en ello, al contrario, es algo maravilloso ver a los pequeños sintiéndose libres a la hora de demostrar sus emociones positivas, buscando el calor de los demás y sabiéndolo trasmitir de forma auténtica.

Por ello, recuerda cada día la importancia de educarlos en Inteligencia Emocional. Jamás caigamos en el clásico error de comentarles aquello de “que los niños no lloran, de que los niños son fuertes y reprimen sus emociones”. No cometamos ese error o de lo contrario, daremos al mundo personas incompetentes, inmaduras y tremendamente infelices el mundo de las emociones.

Educa en amor y deja que tanto las niñas como los niños sean hábiles en esta disciplina.
Imágenes cortesía de Pascal Campion

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