8 consejos de crianza para niños distraídos o despistados

Si tu hijo es distraído y no consigue prestar atención durante mucho tiempo, no siempre se trata de un problema mayor. Quizás te falta ayudarlo a descubrir cuál es su mejor forma de aprendizaje.

Consejos de crianza para niños distraídos

Quizás en algunas situaciones cotidianas notes que tu niño está distraído, como si estuviera «en su mundo». Puede parecer que le hablas, pero no estás seguro de si te escucha. También observa que algunas de las actividades que realiza agotan su atención y las deja a medias.

Aunque esto no indica un problema mayor, como algún tipo de trastorno, es posible que tu hijo sea naturalmente distraído. Sin embargo, es importante tener en cuenta algunas recomendaciones en la crianza para ayudarlo a desarrollar habilidades para enfrentar sus responsabilidades de manera más efectiva.

¿Cómo criar niños distraídos? Consejos útiles

Sin lugar a dudas, la atención es una habilidad esencial que desempeña un papel crucial en todos los aspectos de la vida. Gracias a ella, podemos organizarnos, mantener el hilo de una conversación y lograr resultados. Por esta razón, es fundamental cultivar esta capacidad desde edades tempranas para apoyar a los niños en sus procesos de aprendizaje. A continuación, algunos consejos para ayudar a tu hijo si es distraído.

1. Mantener una rutina

Para un niño que tiene dificultades para mantener la atención, los entornos organizados y previsibles son de gran ayuda. La repetición les permite no tener que repasar una y otra vez qué deben hacer, sino simplemente llevarlo a cabo.

2. Garantizar un correcto descanso

Los buenos hábitos de sueño permiten que los niños descansen y recuperen energías para afrontar las tareas del día siguiente. Por lo tanto, es recomendable mantener una rutina que incluya acostarse a la misma hora, una alimentación adecuada y una cena ligera, además de crear un ambiente propicio para dormir, con suficiente oscuridad y sin ruidos o estímulos molestos.

3. Planificar las tareas en intervalos más breves

A un niño con dificultades para concentrarse puede resultarle beneficioso subdividir las tareas en partes más pequeñas para que pueda comenzarlas y completarlas de manera más efectiva. De esta manera, las tareas se vuelven más manejables y también proporcionan la satisfacción de haber cumplido con cada paso.

4. Empezar por resolver lo más complejo

En relación con el punto anterior, también es aconsejable comenzar por las tareas que le resultan más desafiantes. De esta manera, aprovechas el momento en que aún está atento y no experimenta fatiga, lo que facilita abordar las asignaciones más complicadas con un enfoque fresco y concentrado. Esto no solo mejora su rendimiento, sino también aumentar su confianza al enfrentar los desafíos.

5. Emplear distintos medios para recordar

¿Qué es lo que funciona mejor para tu hijo? ¿Una agenda? ¿Alarmas? ¿Notas adhesivas? Es importante ayudarlo a identificar qué estrategias le ayudan a recordar sus responsabilidades.

La motivación también desempeña un papel crucial en la formación de recuerdos significativos. Puedes descubrir cuál es su fuente de motivación y utilizarla de manera creativa como recurso durante su proceso de aprendizaje.

6. Tener una comunicación efectiva

Cuando converses con tu hijo, asegúrate de que te esté prestando atención. Para lograrlo, es recomendable evitar distracciones, como el uso de dispositivos móviles durante la conversación y mantener contacto visual, entre otras medidas.

También puedes realizar algunas preguntas de refuerzo, como «¿quieres que te repita algo?», o «¿sabes qué es lo que debes hacer?», al darle indicaciones, desarróllalas paso a paso, como en una serie de pasos y luego haz un repaso (o pide al niño que lo haga) como si se tratara de una síntesis para asegurarte de que ha comprendido lo que se espera de él.

7. Fomentar la autodisciplina

Ayuda a tu hijo a desarrollar habilidades de autorregulación y autocontrol. Enséñale a establecer metas y prioridades y a seguir un plan de trabajo. Esto les ayudará a mantenerse enfocados en sus tareas y a aprender a manejar las distracciones de manera más efectiva.

8. Evitar la alarma excesiva

Así como un niño que come más o menos no necesariamente tiene un trastorno alimentario, lo mismo ocurre con los niños distraídos: no necesariamente padecen trastornos de atención, dislexia u otros trastornos relacionados.

Como adultos, es importante darle la debida importancia al asunto sin exagerar ni dramatizar. Cuando existan dudas, siempre es recomendable consultar con un especialista. En ocasiones, los niños pueden tener dificultades para concentrarse debido a problemas visuales o auditivos, que tienen solución, pero requieren evaluación médica.

¿Qué tener en cuenta sobre estos consejos para niños distraídos?

Muchos de estos consejos requieren que pases tiempo con tu hijo y descubras qué lo distrae y qué capta su interés. También es importante comprender cómo es su atención, sus procesos de aprendizaje y sus ritmos individuales.

A algunos niños les funcionan mejor ciertos métodos, como el aprendizaje a través del sentido auditivo. Por ejemplo, pueden aprender mejor cuando se les explica de forma verbal en lugar de leer por su cuenta. Además de preguntarles, sugiere ideas y explorar junto a ellos cuál es la mejor forma de adquirir conocimientos.

En lugar de resaltar este rasgo negativo, sugiere conductas que los ayuden a organizarse y a mantener la atención. Por ejemplo, antes de salir de casa, podrías decir: «hagamos un pequeño repaso, ¿tienes todo lo que necesitas para hoy?»

También pueden contar los elementos que llevan consigo: «tienes tu sudadera, mochila y botella de agua. Al salir de la escuela, asegúrate de que vuelvas con la misma cantidad de cosas». De esta manera, les proporcionas herramientas para recordar sin necesidad de hacer reclamos constantes.

Criar niños distraídos, ¡sin etiquetas!

Aunque tu hijo sea despistado o experimente olvidos frecuentes, es importante que dejes de lado comentarios como «¡qué niño distraído eres! ¡Siempre con lo mismo: olvidándote de todo!». Para cuidar su autoestima, es fundamental aceptarlos tal como son, sin que sus dificultades se conviertan en un estigma o en su «destino».

Cada vez que sugieres estas ideas, las refuerzas y logras captar su atención de manera negativa. Es decir, al recordarle constantemente lo que no hace bien, se establece una conexión con la frustración y el malestar, en lugar de fomentar el aprendizaje. De esta manera, los niños pueden apropiarse de esa etiqueta y comenzar a creer que no pueden mejorar.

Por último, es importante destacar que si el niño es distraído, este es solo un aspecto de su personalidad y no define su totalidad. Por lo tanto, es fundamental no enfocarse solo en ese aspecto, sino también valorar otras fortalezas que lo hacen ser quien es.

Bibliografía

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