5 juegos que fomentan el autocontrol en los niños

El autocontrol es una habilidad necesaria para la vida, ya que facilita la interacción social e incluso es predictora de un mejor rendimiento académico.

A la mayoría de los adultos, alguna vez les llegó una nota en el cuaderno escolar porque su hijo le pegó a un compañerito en una pelea o que rompió un juguete porque no le quisieron prestar otro.

Sin dudas, como progenitores, una de las primeras reacciones es la de enojarse y reprender al niño. Sin embargo, después queda flotando en el aire la pregunta sobre qué hacer para que dicha situación no vuelva a repetirse. Para ello, es importante trabajar el autocontrol a través de juegos y actividades. Veremos algunas en esta nota.

5 juegos que fomentan el autocontrol en los niños

Algunos juegos y actividades que contribuyen al desarrollo del autocontrol en los niños son los siguientes:

1. Me convierto en globo

Una de las primeras cosas que podemos enseñarle a los niños es a respirar. Cuando el cerebro está colapsado de emociones, la respiración aporta ese influjo para ayudar a restablecer la calma. Entonces, de acuerdo con la edad, podemos pedirle al menor que se infle como un globo lo más que pueda y, luego, poco a poco, que empiece a soltar el aire.

Si es posible, podemos guiarlo para que al respirar piense en cómo se siente y que al soltar el aire, imagine alguna emoción o situación agradable.

Jugar a “inflarse como un globo” es un buen ejercicio para aprender a controlar la respiración, lo cual es clave para restablecer la calma.

2. Juego de estatuas o “congelado”

Esta dinámica les permite a los niños explorar y moverse en el espacio a su antojo, siempre y cuando suene la música de fondo. Cuando se detiene la melodía, los pequeños deben quedarse quietos en la misma posición en la que estaban. Solo podrán moverse cuando la música, inicie otra vez. En reemplazo de ella, también podemos dar la orden de que se queden como estatuas o congelados.

3. Técnica del semáforo

Si bien se trata de un juego, es una técnica muy empleada, ya que permite sentar las bases para la regulación emocional y el autocontrol. Se trata de dibujar un semáforo en un papel e indicarle al niño que el color verde representa la conducta correcta y deseada; el amarillo nos envía una señal de alarma, de que estamos en el límite entre lo correcto y lo incorrecto; y el rojo implica detenerse totalmente, por nuestro bien y el de otras personas.

Al principio, podemos ser quienes le indiquen los colores del semáforo y, a medida que crecen, serán los menores quienes van a autoevaluar su comportamiento. La técnica se puede enriquecer con una lluvia de ideas sobre cuáles son las mejores acciones a considerar cuando queremos calmarnos. Por ejemplo, respirar o contar hasta 10, entre otras.

4. Juego de contrarios

Tiene como objetivo pensar en nuestras propias emociones y también considerar las de los demás al momento de actuar. Se realiza de la siguiente manera:

  • Se fabrican dos sombreros de papel.
  • Se forma una pareja para el juego y se ubican frente a frente.
  • Uno de los niños se coloca el sombrero y le ofrece el otro a su compañero.
  • Quien inicia el juego debe realizar una actividad y su par, debe mirarlo y realizar la acción opuesta. Por ejemplo, si el niño llora, el otro debe reír; si permanece en silencio, el otro tendrá que hablar.
En el juego de contrarios, dos niños enfrentados deben realizar acciones opuestas. El objetivo es que cada uno pueda pensar en sus emociones y considerar las del compañero.

5. Simón dice

Este clásico nos ayuda a cumplir con las reglas y a controlar nuestros movimientos y deseos. Tiene que haber un coordinador o guía que dé las instrucciones, como por ejemplo: “Simón dice que saltemos, que lloremos, que gritemos, que bailemos, que nos quedemos en silencio, que cantemos o que cerremos los ojos”. Los niños deberán acatar y realizar cada una de las consignas.

La idea es que se puedan intercalar algunas que impliquen mucha acción con otras que requieren frenar y calmarse. De esta manera, los pequeños se verán tentados a seguir con una acción de movimiento, pero luego deberán mantenerse en silencio y quietos en lugar. Así, poco a poco, comienzan a ejercitar el autocontrol.

Importancia del autocontrol en los niños

El autocontrol es esencial en cualquier momento de nuestras vidas. Habla de nuestra posibilidad de regularnos, de marcar nuestros propios límites y de ser respetuosos y asertivos con quienes nos rodean. A su vez, esta habilidad también tiene que ver con las buenas relaciones, con la calidad de nuestros vínculos y con la integración social.

Por último, según diferentes investigaciones, el autocontrol también está vinculado con un mejor rendimiento académico.

Seamos el ejemplo

Finalmente, es importante recordar que, para la mirada de los niños, los adultos somos sus figuras significativas de referencia. De modo que si al conducir el coche te enojas y le gritas a otro conductor que cometió una infracción, los menores entenderán que ese es un modo correcto o adecuado. Incluso, con ellos mismos, a veces nos enojamos tanto que reaccionamos de una manera desmedida y dejamos que sean las emociones las que nos manejan.

Entonces, la práctica del autocontrol empieza por casa. A veces, después de un largo día, llega “la gota que colmó el vaso”. Sin embargo, también tenemos que saber buscar estrategias para respirar, calmarnos y poner límites. No es una tarea fácil, pero es una habilidad necesaria para la vida en comunidad.

Bibliografía

Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.

  • Andrés, M. L., Castañeiras, C. E., & Richaud, M. C. (2014). Relaciones entre la personalidad y el bienestar emocional en niños. El rol de la regulación emocional. Cuadernos de Neuropsicología/Panamerican Journal of Neuropsychology8(2), 217-241.
  • Bilbao, Alvaro (2015) El cerebro del niño explicado a los padres.Plataforma Actual.
 
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