-No me di cuenta de que habías llegado-. -¿Viste eso?-, -¡No! ¿Qué era?-. Estas son algunas de las frases que demuestran que muchas veces estamos ahí físicamente, pero nuestro pensamiento está en otro lugar. El cuerpo está presente, pero la mente divaga por las miles de actividades pendientes o por los muchos asuntos por resolver. Sigue leyendo para conocer 6 actividades de atención plena para hacer en familia.
Este ritmo frenético y compulsivo no solo nos lleva a sentir estrés de manera continua, sino también a perdernos de conectar con nuestras actividades. Lo que es peor, es que esto es contagioso. Los niños del hogar lo ven, lo viven y lo aprenden. Así, arrasamos con su capacidad natural de pasar horas mirando algo, motivados por la curiosidad y por descubrir el por qué de las cosas. Por eso, veamos de qué modo se pueden realizar actividades de atención plena en familia que resulten positivas.
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Qué es la atención plena
La atención plena tiene que ver con focalizarse, con la concentración y con la vuelta hacia uno mismo o a la actividad que se lleva a cabo en el aquí y ahora.
De esta manera, hacer este tipo de ejercicios con los niños nos permite enseñarles a marcar otros ritmos, a hacer pausas, a que puedan resolver situaciones y a prestar atención. En definitiva, se trata de un antídoto eficaz contra la ansiedad y la frustración futura.
Beneficios de las actividades de atención plena
Realizar actividades de atención plena tiene múltiples beneficios para toda la familia. Entre ellos, destacamos estos dos:
- Mejora la concentración. Se trata de la capacidad de poder estar en una sola cosa, de conectar con ese momento, de comprometerse y de no dejarse llevar por el flujo de los pensamientos automáticos.
- Permite estar conectado con las propias emociones. Es decir, con lo que nos está pasando exactamente en este mismo momento. De esta manera, podemos disfrutarlo porque estamos conectados en cuerpo y mente. También, logramos poner un límite a tiempo si algo nos disgusta.
Conoce 6 actividades de atención plena para hacer en familia
Algunas de las actividades que se pueden realizar con los niños para desarrollar y fortalecer la atención plena son las siguientes:
1. Escaneo corporal
Esta técnica se emplea para relajarse y reducir el estrés, pero también permite conocer los estados internos. Para realizar esta actividad, los integrantes de la familia tienen que estar acostados sobre una superficie cómoda y con los ojos cerrados. Poco a poco, empieza el escaneo corporal guiado, que señala cada una de las partes del cuerpo en donde hay que prestar atención.
Algunas personas emplean audios, mientras que, en otros casos, se hace ese recorrido de manera personal. Se puede añadir un componente de fantasía o de imaginación para darle colorido a la narración, según las edades de los niños. Así, por ejemplo, en lugar de decir “muevan los dedos hacia adelante y hacia atrás”, se puede indicar “muevan los dedos como si le estuvieran haciendo cosquillas a su hermano pequeño”.
2. Escucha de sonidos
Otra de las actividades tiene que ver con prestar atención a los sonidos del entorno. Estos se pueden reproducir, o bien, se puede salir al aire libre, recostarse sobre el césped, mantener los ojos cerrados y prestar concentrarse solo en lo que se escucha alrededor.
3. Deleitar el sentido del gusto
La atención plena también se puede poner en práctica durante el horario de la comida. Por ejemplo, se muestra a los chicos los alimentos que tienen enfrente, uno por uno, y se los invita a concentrarse en su textura, en los sabores, en las sensaciones que producen frío o calor y en los aromas, entre otros.
4. Dibujo en detalle
Otro de los ejercicios es darle un objeto a un pequeño y pedirle que lo dibuje. La idea es que se pueda concentrar en los detalles. Esta actividad, con el mismo objeto, se puede retomar durante dos o tres días seguidos. Se debe animar al niño a que incorpore cada vez más elementos. De este modo, le ayudas a notar que la atención también le permite descubrir cosas diferentes.
5. Respirar “como rana” (o como un globo)
La respiración es uno de los elementos clave para lograr la atención plena. Por eso, es importante que los niños aprendan a inhalar y exhalar de manera consciente. Esto los ayuda a pensar antes de actuar, a tener mayor claridad y a regular sus emociones. De acuerdo con la edad del menor, puedes indicarle que se infle como un globo o como una rana, es decir, que contenga el aire y luego se desinfle lentamente.
6. Paseos con conciencia
Salir en familia y acompañar el paseo con preguntas que nos permitan mirar a nuestro alrededor es una buena opción. Se trata de vivir y de sentir ese momento. Por ejemplo, ejercitar una mirada abierta, notar qué hay en el camino, qué había ayer y ya no está más o cómo nos hace sentir, entre otras. En esta misma actividad se puede incluir la variante en cámara lenta. Consiste en animar a los menores a que se detengan, por ejemplo, para sentir cómo es su pisada y cómo es el movimiento que realizan.
Algunas recomendaciones a tener en cuenta:
Tenemos que saber que la atención plena es una habilidad que se desarrolla de manera gradual, por lo tanto, hay que ejercitarla. En este sentido, la constancia es necesaria. Podemos ser flexibles en qué hacer, en el cómo y en el cuándo, pero lo importante es que estos ejercicios formen parte del día a día.
Por otro lado, también es recomendable finalizar la actividad con una reflexión sobre ella: cómo nos sentimos, qué es lo que más nos gustó, y qué nos llamó la atención.
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El juego es la vía principal de acceso
Por último, una de las principales ventajas de practicar el mindfulness con los niños es que les permite conocerse a sí mismos y aprender de sus estados internos. Es decir que, en cierto modo, se aleja de lo que propone la tecnología, la cual brinda respuestas inmediatas y automáticas.
La forma de poner en práctica la atención plena, especialmente en edades tempranas, es a través de recursos lúdicos como jugar al aire libre, escuchar música o leer cuentos.
Bibliografía
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