Cómo fomentar la atención plena en los niños

La atención plena es fundamental para el desarrollo integral, pero es necesario incluirla en el día a día. Te contamos cómo.
Cómo fomentar la atención plena en los niños
María José Roldán

Escrito y verificado por la psicopedagoga María José Roldán.

Última actualización: 28 febrero, 2021

No podemos negar que vivimos en una sociedad en la que todo va demasiado deprisa, por eso, encontrar la calma mental y la relajación es fundamental para un buen desarrollo presente y futuro. A continuación, vamos a explicarte cómo fomentar la atención plena en los niños. Ellos son nuestro futuro y es fundamental que se les enseñe desde que son bien pequeños.

Vivimos en un mundo donde la sobreestimulación, las prisas, las tareas, el estrés y el ritmo frenético son algo normal, pero debemos ponerle freno a esto cuanto antes. Si no lo hacemos, ello afectará muy negativamente al desarrollo de nuestros hijos. Recuperar el estado de calma es necesario para conectar con uno mismo y con todo lo que nos rodea.

Tiempo libre como clave para la atención plena

Los niños necesitan disfrutar de más tiempo libre para conectar con su atención plena, de tener menos tareas dirigidas y de poder aburrirse para conectar con su imaginación y su creatividad. A los más pequeños les gusta pasar tiempo con sus padres y vivir experiencias juntos. Esto hará que se sientan conectados con ellos mismos y con el mundo que les rodea.

Familia desayunando y poniendo en práctica la atención plena.

No veas al aburrimiento como algo malo, sino como todo lo contrario. Por eso, permite que tus hijos tengan tiempo de no hacer nada, para que sea su imaginación y no tú la que se encargue de que pueda entretenerse y divertirse. Puedes ser su guía, pero olvida las pantallas o los estímulos rápidos para que se entretengan.

Conectar con el mundo

Para conectar con el mundo, primero tienen que conectar con el entorno más cercano. Es la única manera de que los niños disminuyan el ritmo frenético que esta sociedad intenta imponerles.

Necesitan comunicarse mejor con sus seres queridos, hablar y que les escuchen. Hablar sobre sus experiencias, lo que les ocurre o transmitir lo que les preocupa. Esto hará que puedan tener más atención plena casi sin darse cuenta.

Educación con calma

La educación de los padres debe ser relajada y calmada para fomentar la atención plena y evitar el estrés desmesurado que solo puede llevar a conflictos. Necesitan sentir cómo sus padres les respetan por ser quienes son y que les guían en cualquier proceso de aprendizaje en lugar de recriminar, regañar o simplemente imponer.

Es importante que los padres se sientan relajados y que trabajen en sus propia calma para que la educación con sus hijos sea exitosa. Para ello, es muy recomendable buscar momentos de conexión familiar cada día, de atención plena, como las conversaciones, los juegos de mesa y la escucha activa.

También es necesario que a los niños se les involucre en las tareas diarias de la casa y de la vida, siempre teniendo en cuenta su capacidad y sus habilidades dependiendo de su edad. Han de sentirse parte de un todo, de su familia.

No se busca la obediencia ciega, sino que el niño sea capaz de entender que su ayuda y su colaboración en el hogar es imprescindible para que todo funcione bien. Sentirá la responsabilidad como suya y será más fácil que ponga de su parte en las tareas que se le encomienden diariamente. Se deben acordar con ellos previamente y que entiendan por qué son tan importantes.

Las prisas no son buenas para la atención plena

Es necesario que los padres también sean conscientes de que las prisas no son nunca buenas compañeras de la vida y, por eso, es mejor tener las cosas organizadas y con unas rutinas bien establecidas para que, de esta manera, los niños sepan qué viene a cada momento.

Familia pasando una tarde de juegos en casa.

Al anticipar las cosas, tanto adultos como niños podrán tener la mente más relajada, porque saben lo que viene a continuación. Aunque la vida está llena de imprevistos y, si las cosas no salen bien, se buscan alternativas para llegar a los objetivos que se consideraron en un principio.

Relajar la mente es fundamental y, por eso, es buena idea implementar en el día a día actividades que hagan que los niños bajen ese ritmo frenético. Puede ser escuchando música calmada, practicando mindfulness, haciendo yoga, pintando, escribiendo, realizando actividades de tipo sensorial

Con todos estos conejos los niños y los adultos serán capaces de tener una vida más relajada y, lo que es más importante, también se podrá fomentar la atención en los niños. Es la mejor manera de vivir de una manera tranquila, parando ese estrés continuo y disfrutando de cada momento que la vida ofrece. ¡Merece la pena que hagáis la prueba! No os arrepentiréis.

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  • García Vega, L. (2020) Castigar no es educar: Todas las ventajas de la Disciplina Positiva. Editorial: La esfera de los libros.

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