Rituales para decir adiós: cómo pueden ayudar a tus hijos

La muerte, el cambio y el fin son aspectos dolorosos que los niños, en ocasiones, deben enfrentar. Los rituales para decir adiós pueden ayudarles en estos duros momentos.

Niños con una maleta preparados para decir adiós.

Las pérdidas, de cualquier índole, pueden resultar dolorosas. Pero inevitablemente forman parte de nuestra vida. Los más pequeños no están exentos de enfrentar situaciones que implican el final, el cambio y la ausencia.

Sin embargo, a diferencia de los adultos, ellos aún no cuentan con los recursos personales necesarios para hacer frente a estas duras vivencias. Por ello, actividades como los rituales para decir adiós pueden ayudarles enormemente a procesar el dolor y seguir adelante.

Son muchas las situaciones en las que esta técnica puede resultar de utilidad. Y es que despedirse no solo es necesario cuando un ser querido muere. El abandono por parte de alguien cercano, un cambio de escuela o de residencia o la simple transición de la niñez a la pubertad son sucesos cotidianos que requieren una atención especial.

Ayudar a los niños a afrontar estos duelos hará una gran diferencia en su salud emocional. Para ello, podemos valernos de estrategias como los rituales de los que a continuación hablaremos.Niña mirando por la ventana muy triste siguiendo uno de los rituales para decir adiós.

¿Por qué son necesarios los rituales para decir adiós?

Normalmente vivimos inmersos en las obligaciones y quehaceres diarios, e incluso los más jóvenes sufren las consecuencias de este acelerado estilo de vida. Entre la asistencia a la escuela, las actividades extraescolares y las tareas en casa, los menores apenas disponen de tiempo libre. Y si esta sobrecarga resulta negativa en el día a día, cuando el niño se enfrenta a un importante cambio de vida, las consecuencias son aún mayores.

Ante ciertos acontecimientos vitales es importante hacer un alto en el camino y centrar la atención en digerir lo que está sucediendo. Y esto es lo que ocurre con las pérdidas. Cuando tu hijo enfrente una muerte, un cambio o el final de algo significativo en su vida necesitará que le ayudes a gestionar las emociones que le sobrevendrán.

Así, tratar de distraerle, restar importancia a lo ocurrido o negarle la posibilidad de expresar sus sentimientos será totalmente contraproducente.

Ellos necesitan un espacio para sentir, un tiempo para sanar y una guía que les oriente sobre cómo hacerlo. Lo que no expresen se anclará en su interior y formará un nudo de dolor cada vez más difícil de desatar. Lo que se pase por alto continuará pidiendo atención incluso muchos años después. Los rituales para decir adiós son poderosos porque permiten a los niños comprender, aceptar y continuar.

¿Qué son los rituales para decir adiós?

Los rituales para decir adiós son actividades que se realizan para marcar el fin de la vida tal como se conocía hasta ese momento y dar paso a una nueva forma de vivir. Sirven para despedirse de la persona que nos dejó, de la casa en la que habitamos o de la etapa vital que se termina. Por tanto, simbolizan un final y un comienzo; ayudan a integrar el pasado y a comenzar a mirar hacia el futuro.

Por ejemplo, cuando alguien muere, a nivel social realizamos una serie de ritos funerarios que nos ayudan a despedirnos del difunto. Pero también es importante que los niños realicen sus propios rituales personales, ideados y llevados a cabo por ellos mismos y cargados del simbolismo que ellos quieran darles. Es su oportunidad para gestionar emociones dolorosas de una manera activa.

Los rituales para decir adiós pueden ser muy diferentes y es posible utilizar toda la creatividad y todos los recursos que sean necesarios. Pueden consistir en crear un álbum de fotografías, escribir una carta, enterrar algún objeto simbólico… Cualquier opción es válida. Simplemente habremos de decidir junto al niño cómo queremos despedirnos, planear y organizar el ritual y, finalmente, llevarlo a cabo. Una vez completado, será momento de comenzar a mirar hacia adelante.Niño llorando porque sufre depresión infantil.

Sentir para seguir

En definitiva, cualquiera que sea el ritual escogido, este deberá cumplir la función de marcar un antes y un después. Ha de ser un momento dedicado a identificar las emociones, sentirlas plenamente y gestionarlas de forma adecuada. Expresar, compartir y canalizar los sentimientos es lo que permite realizar un ritual de despedida en familia. Actividades de un valor incalculable para un niño que aún se está iniciando en la vida emocional.

Así, no dudes en aplicar este tipo de rituales siempre que sean necesarios. Recuerda que toda pérdida o cambio significativo conlleva un duelo y siempre será positivo animar a los más pequeños a tomarse el tiempo necesario para asumir esa transición. Solo así podrán seguir adelante sin cargas emocionales.

Bibliografía

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