Hay niños que se esfuerzan mientras que otros no, y seguro que a muchos de nosotros nos ha pasado que uno de nuestros hijos se esfuerza y persevera para conseguir algo, mientras que el otro se niega a intentarlo, aun habiendo sido educados de la misma forma y bajo los mismos valores. ¿Por qué? Vamos a verlo en este artículo.
Hay niños que, desde pequeños, son muy independientes y quieren hacer las cosas solos y se esfuerzan hasta que consiguen algo, mientras que otros son más dependientes y van con la ley del mínimo esfuerzo; si en algo fallan, no vuelven a intentarlo. Vamos a ver a qué puede deberse esta diferencia con respecto a dos niños que, incluso educados bajo los mismos valores, son diferentes.
¿Por qué hay niños que se esfuerzan mientras que otros no?
La psicóloga Carol Dweck trabajó muchos años en investigaciones acerca del tema del esfuerzo, perseverancia y motivación en los niños, tras las cuales llegó a la conclusión de que existen dos tipos de mentalidades dependiendo de la actitud del niño ante el esfuerzo:
- Mentalidad fija (fixed): son aquellos niños que tienen una mentalidad cerrada y piensan que sus habilidades o capacidades dependen de su inteligencia, que, además, es imposible de cambiar. Piensan que, si no se les da una cosa bien, es porque no han nacido para ello y no se esfuerzan.
- Mentalidad abierta o de crecimiento (growth): son los que piensan que lo que no saben ahora pueden saberlo en un futuro y que su éxito va a depender de su esfuerzo, perseverancia y trabajo.
Para entender mejor estos dos tipos de mentalidades, vamos a poner un ejemplo. Un niño que está aprendiendo a escribir, cuando intenta escribir una palabra una o dos veces y no lo consigue, deja de intentarlo porque piensa que no se le da bien y punto, no tiene la capacidad para ello. Sin embargo, el pequeño que piensa que puede escribir bien si se esfuerza, lo intentará las veces que haga falta hasta conseguirlo.
Características de los niños que poseen una mentalidad fija
- Evitan desafíos que piensan que no van a lograr.
- No creen que con el esfuerzo puedan llegar a conseguir algo que quieren.
- Consideran que cualquier error es igual a fracaso, por lo que son incapaces de aprender de sus errores.
- Ante algún consejo o crítica constructiva, se ponen a la defensiva.
Características de los niños que poseen una mentalidad abierta
- Para este tipo de chicos, el esfuerzo está relacionado con el proceso de aprendizaje, por lo que piensan que el esfuerzo les va a permitir mejorar cualquiera de sus habilidades o capacidades.
- Asumen los retos que les llegan como algo necesario y no huyen de ellos; se enfrentan a ellos y se esfuerzan por conseguirlos. Son personas resilientes.
- Entienden que el error forma parte del aprendizaje y que los fallos son oportunidades para seguir aprendiendo.
- Admiten cualquier consejo y crítica constructiva, puesto que la consideran aportes beneficiosos para su aprendizaje.
Niños que se esfuerzan mientras que otros no, según el elogio que reciben
Ahora nos podemos preguntar por qué hay niños que piensan que con el esfuerzo se puede conseguir lo que quieran mientras que otros no. Pues, según la investigación de Carol Dweck, se debe al tipo de elogio que reciben los niños por parte de sus familiares, padres, amigos, etc. Podemos hablar, entonces, de dos tipos de elogio:
- Los elogios dirigidos a la inteligencia o habilidad del niño: “qué listo eres; eres un as de las matemáticas; lo haces genial todo…”.
- Elogios que se refieren al esfuerzo del niño: “muy buen intento, casi lo consigues; puedes lograrlo, solo tienes que intentarlo; tú puedes hacerlo; con tu esfuerzo has conseguido lo que te has propuesto…”.
Para comprobar esto, Dwerck analizó a niños desde los 14 meses hasta los 8 años. Aquellos que recibieron elogios por su esfuerzo, mostraban interés y se esforzaban en los desafíos que se les propusiera, mientras que aquellos que recibían elogios por sus habilidades mostraban poco interés en conseguir los desafíos.
¿Sin darnos cuenta, puede que estemos dando distintos elogios a nuestros hijos?
Podemos hacer examen de conciencia y pensar si a cada uno de nuestros hijos lo elogiamos de forma distinta para obtener una respuesta al respecto. Siempre estamos a tiempo de remendar lo que no estamos haciendo bien.
Empieza a cambiar frases del tipo “déjalo, ahora lo hago yo” por “inténtalo tú, a ver qué tal te sale”, o “¿ves como eres bueno en eso?” por “tu esfuerzo ha obtenido su recompensa y has logrado lo que te has propuesto, muy bien”. Todo cerebro es capaz de moldearse y cambiar si recibe los elogios necesarios para cambiar de actitud ante el esfuerzo y la forma de enfrentarse a la vida.
Ya has visto a qué puede deberse que haya niños que se esfuerzan mientras que otros no. Es importante que nos observemos y nos demos cuenta de los mensajes que enviamos a nuestros hijos con nuestras frases. Todos los padres queremos animar a nuestros hijos para que sean personas de éxito en un futuro, pero a veces nos equivocamos en la forma.
Recuerda que nunca es tarde para cambiar algo que, sin querer, no estamos haciendo bien. Cambia los elogios hacia las capacidades o habilidades de tu hijo por elogios hacia su esfuerzo, perseverancia y motivación por conseguir lo que se proponga.
Bibliografía
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- Dweck, C. (2012). Mindset: Changing the way you think to fulfil your potential. Hachette UK.
- Yeager, D. S., & Dweck, C. S. (2012). Mindsets that promote resilience: When students believe that personal characteristics can be developed. Educational psychologist, 47(4), 302-314.
- Dweck, C. (2017). Mindset: la actitud del éxito. EDITORIAL SIRIO SA.