Cómo evitar que los niños busquen la aprobación de los demás

Lograr que un niño tenga una autoestima notable es la mejor manera de evitar que tenga que buscar la constante aprobación de los demás, tanto en casa como en otros ámbitos sociales como la escuela.

Padre chocando los cinco con sus hijos.

Seguro que has visto más de una escena en la que un niño es preguntado por un desconocido y el pequeño, automáticamente, mira a sus padres para saber qué puede o debe hacer. Una situación que en principio es bastante normal, puede llegar a ser un problema para aquellos chicos que constantemente buscan la aprobación de los demás.

Ahora bien, ¿es bueno que los niños necesiten siempre la aprobación de un adulto, un tutor, un padre o incluso un igual? Lo cierto es que no; no siempre es positivo, ya que puede minar su seguridad, su auto-concepto y su autoestima.

Recordemos que si el niño se cría y se desarrolla siendo inseguro y dudando de sí mismo de forma constante, así es cómo se comportará el resto de su vida. Así que, si no queremos que los pequeños acaben siendo adultos con poca autoestima que poseen malos recuerdos de infancia, es importante evitar que busquen la aprobación de los demás a todas horas.Niño pensativo buscando la aprobación de los demás.

Por tanto, las experiencias tempranas son clave y marcarán la personalidad del niño para toda la vida. Así pues, es necesario que el pequeño se desarrolle en un entorno de seguridad y bienestar, con límites claros, sin un sentimiento excesivo de frustración y con una autoestima alta, pero no baja o exacerbada.

¿Por qué hay que evitar que los niños busquen la aprobación de los demás?

Básicamente, el niño pequeño conoce dos entornos que son en los que transcurre gran parte de su vida temprana: la familia y la escuela. Si analizamos bien, descubrimos que durante más de tres cuartas partes del día el pequeño está en el colegio o en casa.

¿Qué significa esto? Que para trabajar la seguridad del niño y evitar que busque la constante aprobación de los demás, hemos de centrarnos en ambos entornos, el familiar y el escolar.

El niño en casa

Es normal que el niño dependa de sus padres, ya que son quienes le dan afecto, sustento y protección. Ahora bien, si el adulto no naturaliza este hecho, podría afectar a la autoestima del pequeño.

Es decir, un padre o una madre debe dar confianza a los chicos para que sepan que no se tienen que ganar su sustento y su cariño. Así, será más sencillo lograr que el pequeño no tenga que estar siempre buscando el respeto y el amor de sus progenitores.

Con una crianza con apego seguro, los pequeños se saben con derecho a tener sus propias opiniones, a aprobarse a sí mismos, a ser más seguros y a confiar en sus posibilidades sin tener que estar siempre buscando ayuda, aprobación y opinión de los adultos.

Pero esto no se debe confundir con actitudes paternas y maternas que sean sobreprotectoras o rígidas en exceso. No se trata de criar niños sumisos y obedientes, sino responsables y capaces de gestionarse adecuadamente.

Escucha constante

Así pues, tendremos que mantener una constante actitud positiva de escucha activa. De esta forma, podremos comprender al niño, saber sus opiniones, darles la importancia que tienen y permitir que las expreses y que se sientan respetados y queridos, sin que en ningún momento crean que eso podría provocar que le retiraremos el cariño y el amor.

Eso sí, también dejaremos claro, si un comportamiento es inadecuado o una opinión no nos parece adecuada, que nuestra postura es contraria a la suya.

La escuela

En este sentido, recordaremos en todo momento que la escuela también juega un papel socializador vital en la formación del niño. En el aula, podría buscar la constante aprobación de profesores o de compañeros para sentirse integrado.Abuela jugando con su nieta.

Por eso, los profesores han de buscar que los chicos forjen una autoestima fuerte y sólida, de manera que sus relaciones no se tornen en problemáticas, tóxicas o demasiado dependientes.

Recordemos que evitar que los niños busquen la aprobación de los demás sirve para que no existan abusos. Por ello, los docentes tienen que demostrarles a los chicos que tienen afecto y respeto por ellos y que por ser más o menos dependientes no cambiará la situación.

Es básico que cada niño tenga claro que sus principios importan, igual que su forma de ser. Lo respetaremos de forma incondicional para que no se sienta obligado a buscar constantemente la aprobación de nadie.

En definitiva, puede ser que ciertos comportamientos del pequeño deban ser corregidos. Pero saber cómo evitar que los niños busquen la aprobación de los demás de forma constante implica resolver cada problema que surja sin que afecte a la autoestima y confianza de los chicos.

Bibliografía

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  • Branden, N. (2001). Los seis pilares de la autoestima. Barcelona: Temas de Hoy.
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