A veces, se utilizan apodos o motes, para referirnos a algunas personas, se centran en alguna característica específica o simplemente porque a su familia se le conocía por ese apodo. Los apodos en los niños, con frecuencia, no tienen una intención negativa, aunque terminan molestando a quien los recibe.
Los apodos, en la mayoría de los casos, intentan resaltar algún defecto físico o comportamental, y pueden molestar y ofender a quien los recibe, y hay niños que los utilizan para reírse y hacer daño. Esto, hecho de forma continuada, puede acabar convirtiéndose en acoso escolar o bullying.
¿Qué consecuencias pueden tener los apodos en los niños? ¿Cuándo los motes acaban convirtiéndose en acoso escolar? ¿Qué se puede hacer ante esta situación? Si quieres saber más sobre este tema, sigue leyendo. ¡No te lo pierdas!
Consecuencias de los apodos en los niños
Aunque estos apodos, en principio, no tengan una intención de producir acoso escolar o hacer daño al otro, en muchas ocasiones sí producen consecuencias negativas. Y si no se interviene a tiempo, estas empeoran día a día.
Algunas de estas consecuencias pueden ser
- Fracaso escolar. Los niños a los que les ponen los apodos y acaban siendo el objeto de risas, pierden el interés por estudiar y no quieren ir al colegio.
- Baja autoestima. Una apodo o sobrenombre etiqueta al pequeño y este acaba creyéndose eso, es decir, lo toman como una identidad. Por esta razón, los niños empiezan a tener una imagen distorsionada y negativa de sí mismos.
- Actitud pasiva frente al acosador. Ya no les importa nada ni nadie; adquieren una actitud pasiva frente a todos.
- Puede acabar en una depresión. Los niños se sienten mal, dejan de quererse, pierden el interés por todo lo que le gustaba, no confían en nadie, pueden dejar de comer o, al contrario, darse atracones, y no quieren salir a la calle.
- Pueden aparecer las fobias. Fobia a salir de casa, a ir al colegio; miedo excesivo casi a todo.
- Problemas para dormir. Pesadillas, terrores nocturnos, insomnio, etc.
¿Cuándo los apodos de los niños empiezan a ser acoso escolar?
Muchos casos de acoso escolar o bullying, hoy en día, pasan desapercibidos porque, a veces, las situaciones en las que se usan apodos para hacer daño no son percibidas. Y esto es debido a que es difícil diferenciar entre el uso del apodo como broma o cuando es utilizado para ofender y hacer daño.
Cuando estos sobrenombres son utilizados por lo pequeños como un intercambio social, aprenden a gestionar las criticas constructivas y a enfrentarse a ellas. Normalmente, cuando son utilizadas para bromear con un amigo, tienen un carácter afectivo y son tomadas por el otro de una forma positiva. En este caso, no existe acoso, pues el apodo es utilizado como una forma de comunicación entre el grupo de iguales y son inofensivas.
La cosa cambia y se convierte en un problema cuando el apodo ya no es utilizado como una forma de relacionarse y sí lo es para herir y hacer sentir mal a la “víctima” y el acosador acaba hallándose con más poder.
¿Cómo se puede distinguir entre un apodo usado para una broma de otro utilizado para herir?
- Si el niño utiliza una broma negativa y este molesta al que la recibe, el bromista suele parar. En este caso, el apodo sería utilizado como una broma.
- Si este apodo perdura en el tiempo y su intención es la de herir y atemorizar al niño que lo recibe, esto deja de ser una broma y pasa a ser acoso escolar o bullying.
¿Qué podemos hacer ante esta situación de apodos en los niños?
En la era de las redes sociales, puede darse con frecuencia acoso escolar mediante el uso de apodos, motes o humillaciones a través de estas. Es difícil que los padres podamos evitar que llamen a nuestros hijos con un apodo o mote despectivo.
No podemos controlar los comportamientos de los demás ni cambiar sus conductas, pero lo que sí podemos hacer es enseñar a nuestros hijos a cambiar su forma de reaccionar ante estos apodos para que, así, los “bromistas” dejen de considerar divertido el meterse con ellos. Vamos a ver algunas cosas que podemos hacer.
Aumentar la comunicación con nuestro hijo
La comunicación con el niño es fundamental y podemos hacerle algunas preguntas para ver en qué situación se encuentra, como:
- ¿Quién te ha puesto el apodo?
- ¿Cómo te sientes al escuchar ese mote?
- ¿Con qué intención crees que te han puesto ese apodo?
- ¿Le has dicho que no te gusta que te diga eso?
- ¿Cómo le contestas tú?
Con estas preguntas podemos saber si el mote o apodo forma parte de una broma entre su grupo de amigos o es algo más.
Indicarle que es una persona especial, única e irrepetible
Todos somos diferentes, pero únicos. No hay nadie mejor que otro, ni por lo que tiene ni por lo que es.
Enseñarle a asumir una conducta asertiva
Cada vez que reciba el sobrenombre, debe actuar de forma asertiva, no mostrarse afectado y tener la fortaleza mental para transmitir a sus compañeros que no le gusta ese mote y que, por favor, no lo hagan más. Ha de usar un tono de voz tranquilo, pero firme.
Darle confianza para que recurra a nosotros si necesita ayuda
Si, a pesar de poner en marcha las estrategias que le hemos dado para poder enfrentarse a estos comportamientos no ha conseguido que dejen de hacerlo, tenemos que hacerle saber que cuenta con nuestra ayuda y que puede confiar en nosotros siempre.
Ayudarle a trabajar su autoestima
La mayor parte de los motes se utilizan para resaltar algo particular del aspecto físico de la persona o niño que lo recibe. Por eso, es importante que hagamos entender a los pequeños que su carácter y forma de ser van mucho más allá de un físico para fortalecer, así, su autoestima.
Sobre los apodos en los niños como forma de acoso escolar
Ahora ya sabes cómo los apodos en los niños pueden acabar convirtiéndose en una forma de acoso escolar y qué podemos hacer los padres para poder mejorar esta situación o darnos cuenta de si los motes son parte de una broma o de algo más dañino.
Es muy importante estar atento a cualquier cambio de comportamiento de nuestro hijo que nos puede estar indicando que algo no marcha bien y, sobre todo, comunicarnos con él, pues eso es la base fundamental para poder ayudarlo.
Bibliografía
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- Bisquerra, R. (coord). (2014). Prevención del acoso escolar con educación emocional. Bilbao: Desclée de Brouwer.
- Olweus, D. (1998). Conductas de acoso y amenazas entre escolares. Madrid: Morata.
- Matamala, A., Huerta, E. (2005). El maltrato entre escolares. Técnicas de autoprotección y defensa emocional. Para alumnos, padres y educadores. Madrid: A. Machado Libros