La llegada del segundo hijo a la familia produce un cambio en la estructura familiar. Ahora, además de mamá y papá, también está el hermano mayor y el que acaba de llegar, que será el pequeño. Esto, a veces, supone para el mayor una pérdida de privilegios y de tiempo con los padres que puede provocar el inicio del complejo de Caín.
¿Qué pasa si el nacimiento del hermano menor provoca unos celos desmedidos en el hermano mayor? A esto se le conoce como el complejo de Caín. ¿Quieres saber más acerca de este complejo y sobre cómo se puede gestionar? A continuación, intentaremos dar respuesta a estas preguntas
El complejo de Caín: ¿cómo saber si el hijo mayor lo padece?
Este complejo se refiere a los celos desmedidos que puede sentir el hermano mayor hacia el hermano pequeño; puede, incluso, llegar a hacerle daño al pequeño cuando no están presentes los padres.
El psicólogo Charles Baudouin fue quien hizo esta observación al notar que los primogénitos sentían celos desmesurados cuando llegaba un nuevo miembro a la familia. Este problema suele surgir entre los 3 y los 6 años, y es debido a que el hijo menor necesita más atención, lo que provoca los celos desmedidos en el mayor.
Características
Algunas características de este problema afectivo son
- Regresión: el hermano mayor puede volver a una etapa evolutiva anterior a la que le pertenece para recibir mayor atención por parte de sus padres. Por ejemplo, si había dejado de hacerse pipí en la cama, puede volver a hacerlo.
- Agresiones: estas pueden ser físicas (golpear al hermano) o no físicas (ignorar al hermano pequeño o insultarlo). También puede llegar a agredir a los padres.
- Fijaciones: se queda detenido en una etapa evolutiva y no da señales de avanzar. Se niega a dormir o comer solo cuando antes sí lo hacía.
- Llantos frecuentes.
- Mayor sensibilidad.
- Inquietud e intranquilidad.
- Alta sensibilidad.
¿Cómo manejar este complejo?
Con la llegada del segundo hijo, la estructura y la dinámica familiar cambia, algo completamente normal. También cambian los horarios y el reparto de responsabilidades. Hay niños que no entienden estas variaciones, lo que hace que no se sientan como “el hermano mayor”, sino desplazados, sin la atención de sus padres, con pérdida de privilegios y de espacio.
Cabe decir que es normal que los celos surjan en los niños, porque hay un cambio en la dinámica familiar a la que todos deben adaptarse. El problema radica cuando el niño mayor no es capaz de gestionar los celos que siente.
¿Qué tienen que hacer los padres para afrontar el complejo de Caín?
- Hay que preparar al niño antes de la llegada del hermano pequeño: podemos explicarle que él será el hermano mayor y que, al principio, el bebé no podrá hacer cosas por él mismo y tendremos que atenderlo y, por eso, necesitará de más atención.
- Dedicar ratos a pasarlos con el hermano mayor: estos momentos solo serán dedicados para él para jugar, ver una película juntos y para transmitirle que el amor que sentimos por él sigue siendo el mismo.
- Evitar frases del tipo: “como ya eres mayor, puedes hacer esto…”. No podemos decirle que haga cierta cosa por ser el mayor. Sí le debemos llamar la atención si tiene comportamientos inadecuados.
- Evitar los castigos debidos a los celos: es mejor que le contemos historias o cuentos para que pueda identificar la emoción que están sintiendo con la llegada de su hermano.
- Respetar siempre las rutinas que tenía antes de la llegada del nuevo hermano: si jugábamos con él en cierto momento del día, lo seguiremos haciendo.
- Evitar darle responsabilidades relacionadas con el hermano pequeño: “vigila al hermano pequeño”, “cuida a tu hermano”, “ten cuidado de tu hermanito”, etc. Todas estas frases las evitaremos, puesto que esto no es su responsabilidad. Pueden participar y ayudarnos, pero nunca hacerlos responsables a ellos.
- No hacer comparaciones entre los hermanos: “tu hermano es más pequeño que tú y mira cómo hace esto”. Cada uno tiene unas capacidades y una personalidad distinta, por lo que no debemos nunca comparar, ya que esto aumentará los celos.
Como padres, debemos afrontar esta situación cuanto antes, porque los celos pueden ser duraderos y generar conflictos en el ambiente familiar.
Los niños y el complejo de Caín
Como has podido ver, los celos desmedidos pueden producir el complejo de Caín, que es más grave que el síndrome del príncipe destronado, en el que los celos son menos intensos. Si con estos consejos no notas mejoría en la conducta de tu hijo, lo más indicado es acudir a un profesional para que os oriente y apoye en la gestión emocional y la modificación de la conducta problema.