¿Qué es el aborto diferido?
Dependiendo de la causa, existen distintas clasificaciones para los abortos. Uno de ellos, quizás el más difícil de sobrellevar, es el denominado aborto diferido. ¿Deseas saber más sobre este desafortunado evento? ¡Sigue leyendo!
Se habla de aborto diferido cuando el embarazo termina repentinamente, pero el embrión sigue implantado por razones inexplicables. En la mayoría de los casos, lo que ocurre es que el feto muere, pero sigue estando presente durante varias semanas o meses dentro del útero.
Esto sucede porque el cuerpo retiene al feto, la placenta, así como todas las células y órganos presentes en la gestación. A veces, la muerte del feto puede pasar inadvertida por la falta de síntomas de aborto, por lo que la madre tarda en enterarse de la pérdida.
¿Cómo se explica el aborto diferido?
El ginecólogo Juan Víctor Valdivia indica que la expulsión del feto no se produce de manera natural. Se cree que la causa principal es que el cuerpo no es consciente de la pérdida.
Valdivia explica que este tipo de aborto es uno de los más graves, porque representa una amenaza para la salud de la madre. Pone en riesgo la vida de la gestante porque actúa silenciosamente. Aunque lo más recomendable es que el feto sea expulsado de forma espontánea, a veces se necesitan otros métodos.
La mejor forma para llevar a cabo este proceso es a través de un legrado. Es una operación quirúrgica que consiste en raspar las paredes del útero para eliminar los restos del feto.
Aunque es la forma más eficaz de expulsar los tejidos fetales con éxito, lamentablemente no siempre funciona. También se pueden utilizar diversos fármacos que provoquen la dilatación del cuello uterino para eliminar los restos residuales. De hecho, estudios han determinado que medicamentos como el misoprostol son muy útiles en estos casos.
¿En qué momento del embarazo puede ocurrir?
Este tipo de abortos suelen producirse entre la semana 9 y la 12 de gestación. 10 días después de la muerte del feto, las pruebas de embarazo comienzan a ser negativas y el útero deja de crecer. Por consiguiente, el vientre no continuará su proceso de ensanchamiento, caracterizado por ser protuberante y redondo.
Por otro lado, el aborto diferido también puede observarse en el segundo o tercer trimestre del embarazo, cuando el feto tiene un tamaño considerable. En estos casos, la muerte fetal suele deberse a posibles complicaciones o enfermedades maternas.
¿Cuáles son las causas de un aborto diferido?
Las principales causas de aborto diferido son las alteraciones en el número de cromosomas en el momento de la concepción. La mayoría de las alteraciones genéticas y cromosómicas son incompatibles con la vida, por lo que generan la muerte del producto de la concepción en las primeras semanas.
Este tipo de aborto también sucede en caso de trombofilias y por infecciones como lo veremos a continuación:
- Causas infecciosas: muchos microorganismos como las bacterias o los hogos son capaces de crear toxinas que afectan tanto a la placenta como al feto. Estas sustancias pueden generar daños permanentes, e incluso la muerte si no se atienden de forma oportuna.
- Causas autoinmunes: se basa en la creación de anticuerpos en el organismo de la madre contra los tejidos fetales. Una de las causas más comunes es por la incompatibilidad sanguínea así como la presencia del síndrome antifosfolipídico.
- Causas endocrinas: las hormonas deben estar en perfecto balance para que el embarazo progrese sin mayores complicaciones. En este sentido, un desequilibrio hormonal como el exceso de prolactina puede generar estragos en el feto y en la madre.
¿Cómo se diagnostica?
Muchas mujeres no se dan cuenta de que han sufrido un aborto por la falta de sangrado, y porque no existe la expulsión del embrión. En estos casos, se sienten náuseas y se tienen vómitos, así como cólicos y dolor en los pechos durante unas semanas como le sucede normalmente a las mujeres embarazadas.
La única forma de examinar y diagnosticar un aborto diferido es a través de una ecografía pélvica. Mediante esta prueba, se observa si existe o no ritmo cardíaco en el embrión. En este caso, debe haber ausencia de actividad cardiaca cuando ya se había confirmado en controles anteriores. Otro signo ecográfico presente es la ausencia del polo fetal cuando mide más de 25 milímetros.
Riesgos para la salud de la madre
Como el feto ya no tiene vida dentro del útero, hay un mayor riesgo para la salud de la madre. De hecho, hasta en el 9 % de los casos necesitarán una nueva consulta médica según estudios.
Existe la posibilidad de que se presente una grave alteración de la coagulación, ya que el tejido desvitalizado puede consumir sustancias. También es probable que aparezcan otro tipo de complicaciones que precisen atención médica, como una hemorragia.
Embarazo después de un aborto diferido
Un embarazo posterior puede traer riesgos si no ha pasado el tiempo suficiente para la cicatrización. Es recomendable que se espere una media de tres meses antes de volver a intentar otra concepción.
Esta recomendación se basa en que la cavidad uterina debe tener tiempo para sanar. También es importante para que las hormonas que regulan el ciclo menstrual vuelvan a su estado natural. En otro intento posterior, las probabilidades de un nuevo aborto son escasas.
Es inevitable que la pérdida de un bebé para la mujer sea un episodio muy doloroso y triste. Conviene que la mujer que ha pasado por esta situación se tome el tiempo que necesite para superar el duelo. Hay algunas mujeres que no logran superar lo que ha ocurrido por sí solas, y necesitan apoyo psicológico y familiar.
Los controles ginecológicos son fundamentales
Todas las mujeres deben acudir a todos los exámenes ginecológicos rutinarios para evitar cualquier tipo de complicación con el bebé. Se debe observar el estado en el que se encuentra y si se halla algo anormal o diferente, como por ejemplo, la falta de movimientos fetales. Ante un sangrado vaginal se debe acudir de inmediato al médico encargado para verificar lo que ocurre.
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