Acompañar a nuestros hijos en la importante etapa de transición de bebés a niños

Hoy te presentamos una serie de recomendaciones para que les brindes a los hijos tu compañía y aprendas a guiarlos con amor y respeto en la nueva etapa que comienzan.

La infancia de los pequeños pasa en un abrir y cerrar de ojos. Ya que en un momento son seres indefensos que dependen totalmente de sus padres y al siguiente comienzan a ganar poco a poco más autonomía. Saber acompañar a nuestros hijos en su transición de bebés a niños es sumamente importante para brindarles nuestro apoyo mediante una crianza positiva.

El primer cumpleaños de los bebés es un momento muy especial para toda la familia. Puesto que no solo representa el tiempo compartido a su lado, sino que nos demuestra que debemos aprovechar y disfrutar al máximo de su primera infancia. Y es que a partir de los 12 meses los niños comienzan a dejar su etapa de bebé para entrar a vivir su etapa “toddler”.

¿Qué caracteriza la etapa de transición de bebés a niños?

Al periodo de tiempo que comprende entre los 12 y los 36 meses de vida de los hijos se le conoce popularmente como la etapa “toddler”. Una época de desarrollo en la que los pequeños experimentan una serie de cambios a nivel cognitivo, emocional y físico que les permitirá cultivar su individualidad para comenzar a entablar más relaciones sociales.

Papá e hijos en el sofá
Los hijos necesitan de la compañía de sus padres durante todas sus etapas de desarrollo para que los guíen y les permitan mejorar cada día.

Es una etapa crucial en el sano crecimiento de los niños, puesto que durante esos primeros tres años se verán sumamente influidos por su entorno. Lo que conllevará a que poco a poco vayan cultivando su personalidad, autoestima y confianza en sí mismos. Además de aprender, gracias al ejemplo que les brindan sus padres, a ser excelentes hijos y replicar buenos hábitos de vida.

Estas son algunas características de la etapa “toddler”.

1. Desarrollo de su motricidad gruesa y fina

Durante los primeros tres años de vida de nuestros pequeños su desarrollo se da a pasos gigantes. Esto puede observarse con facilidad, ya que, a partir de su primer cumpleaños, comienzan su desarrollo motriz grueso mediante la adquisición del movimiento. Primero con su tímido gateo, que luego se convertirá en sus primeros pasos, y finalmente el completo control de su equilibrio.

Además, su motricidad fina se verá cada vez más perfeccionada, pues serán capaces de realizar movimientos más precisos y puntuales. Esto gracias a la mejora de su coordinación óculo-manual. Igualmente, el desarrollo del lenguaje que va acompañado de la adquisición de habilidades sociales también tendrán gran protagonismo. Debido a que les permitirán a los niños comenzar a comunicarse.

2. Formación de su personalidad única

Los primeros 36 meses en la vida de los niños les permiten recolectar la suficiente información de su entorno como para comenzar a afianzar su personalidad. Por lo que no es de sorprender que, alrededor de los dos y los tres años, los pequeños experimenten la famosa “etapa del no”. Periodo en donde comprenden el poder que tienen sus palabras en las actitudes de sus padres y les permite hacer parte de la toma de decisiones.

3. Fomento de su independencia y autonomía

A pesar de que durante sus tres primeros años los hijos siguen requiriendo de la completa atención de sus padres, en el momento en el que comienzan a desarrollar su movimiento y su lenguaje, la independencia comienza a hacer sus primeros pasos.

Esto se debe a que empiezan a darse cuenta de que son personas independientes a su mamá o su papá y pueden realizar acciones sencillas por sí mismos. Es por lo que durante esta época es muy importante motivarlos a alcanzar pequeños logros y enseñarles a través del ejemplo a perfeccionarlos.

Consejos para acompañar a los hijos en su transición de bebés a niños

La etapa “toddler” se caracteriza por la gran actividad neuronal que los pequeños experimentan para ganar nuevas habilidades y afianzar su personalidad. Por tal motivo, es fundamental que acompañemos y guiemos a nuestros hijos de manera amorosa y respetuosa. Ya que, dependiendo de la crianza y la educación que les brindemos, podremos impactar de manera positiva o negativa en su desarrollo físico y emocional.

Estas son algunas recomendaciones de gran ayuda para emplear con tus hijos.

1. Cultiva un apego seguro

Estar presentes en la vida de nuestros hijos y ejercer una maternidad y paternidad activa en su desarrollo emocional es crucial. Por tal motivo, procura acompañar a tus pequeños en cada paso que logren dar y demuéstrales tu amor y respeto constante para que generen un apego seguro con sus padres que les brinde la confianza para avanzar.

Debido a esto, emplea una crianza positiva, en donde los eduques y corrijas desde la empatía. Además, por supuesto, de darles muestras de afecto como besos, abrazos y palabras de apoyo. De esta manera, tus hijos crecerán cultivando su autoestima y confianza y aprenderán mediante el ejemplo cómo se debe tratar a las demás personas.

2. Fomenta su creatividad y su autonomía

A pesar de que durante sus primeros tres años los pequeños aún están aprendiendo a moverse con libertad y a dominar su psicomotricidad fina, anímalos a realizar actividades sencillas que les permitan ganar autonomía e independencia. Algo de suma importancia para que se sientan útiles en el hogar y vayan adquiriendo el conocimiento necesario para poco a poco enfrentarse a nuevas metas.

Niña lavándose las manos
Podemos fomentar la autonomía de los niños permitiéndoles enfrentarse a nuevos retos que podrán ir perfeccionando.

Así que llénate de paciencia y respeto, puesto que puede ser una etapa compleja si no tenemos la suficiente empatía. Ya que será natural que tus hijos comiencen a explorar su entorno y hagan cosas que pueden causar un poco de estrés. No obstante, ten presente que nadie nació aprendido, por lo que emplea toda tu inteligencia emocional para calmar las posibles rabietas y berrinches.

3. Impone límites y potencia los buenos hábitos

Los hijos requieren del acompañamiento físico y emocional de sus padres para aprender a diferenciar entre las cosas que están bien y las que no. Debido a esto, establece límites de manera amorosa y respetuosa en tu hogar para que puedan ser acatados. De esta manera, sabrán cómo comportarse en situaciones de tensión al controlar sus emociones de manera inteligente.

Además, ten presente que el ejemplo que les brindamos será el combustible que les permitirá adquirir buenos o malos hábitos. Así que sé consciente del papel de mentor que tienes en la vida de tus hijos e inculca en ellos buenas prácticas como rutinas sencillas de higiene y alimentación. De este modo les enseñarás con tus actos cómo deben cuidar de sí mismos y de los demás.

Acompaña con amor a tus hijos en su transición de bebés a niños

Ser las guías y los modelos para seguir de los pequeños durante su etapa “toddler” es una obligación que tenemos todos los padres con nuestros hijos. Así que acompáñalos con amor y respeto y enséñales de la mano de los juegos y del diálogo todas esas habilidades que toda buena persona necesita conocer para dar lo mejor de sí misma.

Por último, recuerda llenarte de mucha paciencia y empatía para reconocer todas las necesidades emocionales y físicas que los hijos requieren. Así, los irás preparando poco a poco desde el hogar para enfrentar sus nuevas etapas de desarrollo. Lo cual se logra fomentando cada día en ellos su autonomía, autoestima y seguridad en sí mismos.

Bibliografía

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