Niño de tres años: desarrollo físico y mental

A los tres años el razonamiento, las emociones y las habilidades físicas de los niños experimentan un gran avance. Te mostramos qué cosas caracterizan el desarrollo a esta edad.
Niño de tres años: desarrollo físico y mental
Elena Sanz Martín

Revisado y aprobado por la psicóloga Elena Sanz Martín.

Escrito por Elena Sanz Martín

Última actualización: 10 enero, 2022

Cada etapa del desarrollo infantil es importante a su manera y contiene avances muy valiosos. Sin embargo, los tres años son una edad de grandes revoluciones. Pues la maduración cognitiva y física que adquiere el infante en este momento le permite explorar mejor su entorno y perfeccionar sus habilidades. Si tienes en casa a un niño de tres años, te mostramos los principales hitos y avances que observarás en él.

Cabe mencionar que los tres años son también una etapa de transición. Muchos niños comienzan a acudir al colegio o la escuela infantil a esta edad y su mundo social se amplía más allá de la familia. Esto les permite recibir una estimulación más rica y variada, así como alcanzar una mayor independencia y autonomía.

Desarrollo físico en el niño de tres años

Aunque cada niño sigue su propio ritmo de crecimiento, en general, los niños de tres años aumentan unos 2 kilos y unos 8 centímetros desde su segundo cumpleaños. Además, el abdomen prominente y redondeado propio de los bebés tiende a aplanarse, lo que les da un aspecto más delgado y estilizado. Finalmente, la mayoría ya posee todos sus dientes de leche en la boca.

Las habilidades motrices de los pequeños también experimentan grandes avances a esta edad. En cuanto a la motricidad gruesa, los niños ya pueden correr, trepar, saltar y agacharse sin apoyo. También, son capaces de alternar los pies al subir y bajar las escaleras y pueden participar en actividades lúdicas, como pedalear en un triciclo o patear la pelota.

La motricidad fina también se perfecciona y en este momento los infantes pueden utilizar los cubiertos, pasar las páginas de un libro o coger el lapicero de forma correcta. Además, gracias a su mejor coordinación, son capaces de realizar dos actividades al mismo tiempo: por ejemplo, subir las escaleras mientras cantan una canción.

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Desarrollo mental en el niño de tres años

En el plano psicológico y emocional también suceden eventos importantes que marcan un antes y un después en su desarrollo. Los siguientes aspectos son algunos de los más relevantes.

Autoafirmación

Un niño de tres años se encuentra metido de lleno en la famosa etapa de las rabietas. En realidad, se trata de un momento evolutivo en el que el niño busca afirmar su identidad como individuo y tiende a oponerse a sus padres para lograrlo. Cuando no consigue salirse con la suya, puede experimentar una frustración que aún no sabe manejar y que desemboca en una pataleta.

También, reclamará una mayor independencia: querrá vestirse solo, caminar por la calle sin darle la mano a un adulto o servirse él mismo la leche en la taza del desayuno. Se volverá cada vez más autónomo y necesitará cada vez menos la ayuda de sus progenitores.

Sociabilidad y expresión emocional

A esta edad, los niños experimentan una amplia gama de emociones y suelen expresar afecto de forma espontánea. La ansiedad de separación comienza a disminuir y progresivamente, se sienten más cómodos en presencia de adultos y de niños desconocidos. Sus habilidades sociales mejoran, especialmente al convivir con sus pares en las escuelas infantiles.

Pensamiento y razonamiento

Tu niño de tres años ya sabe su nombre y su edad y se identifica como niño o niña. También, puede identificar a otros en este aspecto.

Puede memorizar números en orden y recitar las letras del alfabeto, aunque esto no siempre implica que pueda reconocerlas individualmente o dentro de palabras.

Es capaz también de seguir instrucciones e indicaciones de dos a tres pasos y de completar rompecabezas sencillos. Ha logrado un mejor manejo de su atención y puede dirigirla voluntariamente. Además, sus habilidades memorísticas se han incrementado y es posible que narre eventos pasados y recuerde distintos conceptos.

Su pensamiento todavía no es lógico y está condicionado por la experiencia y lo que puede percibirse a través de los sentidos. Para el pequeño de tres, aún no es posible adoptar ni comprender perspectivas diferentes a las suyas. Sin embargo, cuenta con una rica imaginación que se plasma sobre todo en el juego simbólico.

Control de esfínteres

A partir de los dos años la mayoría de los niños comienzan el proceso de control de esfínteres. Por ello, en este momento es probable que tu hijo tenga interés por abandonar el pañal y comenzar a utilizar el baño.

Debes tener presente que se trata de un proceso gradual, que comienza con el control de las heces durante la noche y luego, durante el día. Posteriormente, continúa con el control de la orina durante el día y finaliza con la retención de la orina nocturna.

Aunque entre el 75 % y el 80 % de los niños están listos para completar este proceso a los tres años, es posible que tu hijo necesite algo más de tiempo y está bien.

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Lenguaje y lectoescritura

El lenguaje crece exponencialmente durante este periodo. El niño comienza a comprender y a utilizar un vocabulario cada vez más amplio, puede formar frases completas con pronombres y plurales y afina su pronunciación.

Probablemente, a los tres años tu hijo será capaz de escribir su nombre (aunque su trazo sea irregular y desproporcionado) y reconocerlo al verlo escrito. Sin embargo, aún le queda un largo camino para dominar la lecto-escritura y este proceso no debe forzarse ni acelerarse.

El niño de tres años: un mundo de posibilidades

En definitiva, tu hijo de tres años está en pleno proceso de apertura al mundo: explora sus horizontes más allá del hogar y descubre nuevas y maravillosas habilidades personales. Adora su incipiente independencia, le fascinan los sonidos y el movimiento y disfruta al relacionarse con los demás.

Nuestra recomendación es que saborees cada segundo de esta etapa y atesores en tu memoria los valiosos recuerdos que vivirás junto a tu pequeño durante sus tres años.


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  • Díaz, P., & Bonet, C. (2005). Las rabietas en la infancia: qué son y cómo aconsejar a los padres. Revista Pediatría de Atención Primaria, 7(25).
  • Sociedad de Pediatría de Asturias, Cantabria y Castilla y León. (2005). Control de esfínteres en los niños. SCCALP. Recuperado enero de 2022, de https://www.sccalp.org/documents/0000/0380/esfinteres.pdf

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