Las responsabilidades en el ámbito educativo han sido muy debatidas en la historia de la educación. El proceso educativo comienza en la familia y continúa en la escuela. Los dos elementos son necesarios para que los resultados obtenidos en educación sean correctos.
Fijándonos en la mayoría de estudios conocidos, podemos afirmar que estas responsabilidades se reparten entre padres y profesores. Los padres, normalmente, se decantan por potenciar las actividades educativas que se refieren a valores, habilidades sociales y convivencia. Los profesores, por aquellas que hacen referencia a enseñar conocimientos y estrategias de educación.
Cooperación en las responsabilidades en el ámbito educativo entre familias y centros escolares
Son muchos los estudios que hablan de las relaciones que hay entre escuela y familia. Por ejemplo, Ignasi Vila, Catedrático de Psicología Evolutiva y de la Educación en la Universidad de Girona, en su estudio en 1998 hace hincapié en la necesidad educativa de promover una cooperación clara entre las familias y centros escolares.
Este estudio destaca amplios efectos positivos para padres, alumnos y profesores al colaborar en las responsabilidades en el ámbito educativo.
Los profesores Mercedes Mañani y Pedro J. Sánchez (Universidad Complutense) en un artículo (1997) exponen que la familia siempre ha sido el primer agente de socialización en la vida del niño. Hasta los 6 años esto se mantenía así. Pero es algo que ha ido sufriendo evoluciones.
Las responsabilidades en el ámbito educativo evolucionan con los cambios sociales
Esto ha ido cambiando porque han ido cambiando las familias:
- Nos encontramos cada vez más con núcleos familiares más pequeños: menos hermanos, tíos, abuelos.
- También cada vez hay menos convivencia en el núcleo familiar.
- Aumentan las familias monoparentales.
- Además, se adelanta la edad de inicio de escolaridad obligatoria.
Con el paso del tiempo, la socialización familiar de los niños es una responsabilidad que recae cada vez más en los padres. Se producen cambios sociales con consecuencias negativas en la socialización de los niños. Asimismo, las familias tienen que pensar en nuevos medios para el cuidado de sus hijos.
“Pese a todo esto la familia sigue siendo uno de los núcleos sociales esenciales donde se ejerce una poderosa influencia sobre el individuo.”
-Luengo-
Desde principios del siglo XX, los maestros enseñan sobre materias más complejas y utilizan métodos que, a veces, nada tienen que ver con la experiencia de los padres. Esto se produce porque la labor pedagógica se va especializando.
Empieza a verse que los padres parecen tener menos que decir sobre lo que pasa dentro de la escuela. Así pues, se considera que responsabilidades de familia y escuela parecen distintas. Padres y profesores empiezan a buscar objetivos diferentes, por lo que las relaciones entre ellos entran en conflicto.
Últimos años
Pero en los últimos años esta forma de ver las cosas cambia: se empieza a defender la idea de que escuela y familia tienen influencias superpuestas y una responsabilidad educativa compartida. Son dos instituciones que tienen que cooperar en la educación de los niños.
“Padres y profesores tienen que redefinir sus relaciones sustituyendo el conflicto por la colaboración”
-Oliva y Palacios-
Se ha comprobado la importancia de que familia y escuela se relacionen. La responsabilidad educativa es algo que a ambas partes corresponde, y hay muchos motivos que así lo justifican.
“Los padres tienen esa sensibilidad innata, necesaria para vivir con niños, para escuchar la mayor insignificancia, para hablar con ese trato y cariño que nosotros, los maestros, perdemos a veces, en aras de una excesiva profesionalización.”
-Veci y Jorganes-
Por otra parte, el padre que participa se encuentra con ventajas:
“Puede cubrir mejor que los que no lo hacen su necesidad y su derecho a ser más conscientes de su papel de educador, de responsable último del despegue de su hijo. Los maestros seremos los expertos que les ayuden, pero ellos han de preocuparse de lo que yo, maestro, haga con su hijo.”
-Veci y Jorganes-
Conclusión
En conclusión, tanto la familia como la escuela tienen un objetivo en común: el desarrollo integral de niños y niñas. La responsabilidad educativa, por lo tanto, es una labor que recae tanto en maestros como en padres.
A veces se tiende a querer dejar que toda la responsabilidad recaiga en los maestros, pero la parte educacional que empieza en casa se desarrolla en la escuela, y viceversa.
Bibliografía
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