Las necesidades básicas de la infancia
“¿Cuáles son las necesidades básicas de la infancia?” “¿qué no le debe faltar nunca a un niño?” Estas son algunas de las cuestiones que cualquier madre o padre que se acaba de estrenar en la paternidad se plantea. Sigue leyendo y descubre cuáles son los pilares que sostienen un desarrollo saludable.
T. Berry Brazelton y Stanley I. Greenspan no dudan sobre lo que puede llegar a comprometer la satisfacción de las necesidades básicas de la infancia. Defienden que, si se cubren las necesidades fundamentales, se proporciona la base sobre la que se construirán las habilidades intelectuales, sociales y emocionales.
Las necesidades básicas de la infancia
Toma nota de aquellas cuestiones de las que no puedes dejar de ocuparte, relacionadas al cuidado y a la crianza de tus hijos.
1. Seguridad
Los niños deben desarrollarse en un ambiente seguro y saludable. Un pack que incluye, por supuesto, todas las necesidades básicas de supervivencia: ropa, refugio, nutrición, atención sanitaria, protección, entre otras.
No obstante, con seguridad también hacemos referencia a la parte emocional. Situaciones que, como adultos nos pueden parecer sencillas o insignificantes, para los niños pueden resultar angustiosas. Es importante que les ayudemos a entender aquellas emociones que desarrollan.
2. Las necesidades básicas de la infancia en cuanto a relaciones afectivas
Es importante educar a los niños no solo a base de disciplina. Las palabras y acciones deben fomentar confianza y respeto. El modo en cómo se establezcan los vínculos familiares influirá en el desarrollo emocional del niño.
Psicólogos como Anna Freud o Erik Erikson argumentan que los niños no solo necesitan que les cubran sus carencias, sino que también necesitan consolidar relaciones afectivas sólidas que les ayuden a desarrollar seguridad.
Brazelton y Greenspan entienden que la interacción emocional, el afecto y la calidez ayudan a la evolución adecuada del sistema nervioso central de los bebés y los niños pequeños. Es decir, durante la infancia, el aprendizaje más importante se recibe a través del contacto y la interacción humana.
3. Estabilidad y consistencia como necesidades básicas de la infancia
Los niños deben recibir directrices e instrucciones consistentes. Es decir, no vale la dinámica “poli bueno y poli malo”. Los padres deben sincronizarse para que ambos hagan llegar el mismo mensaje y los mismos valores a sus hijos.
Por otro lado, los niños deben criarse en un entorno estable al que puedan llamar “hogar”. Un hogar en el que reine la tranquilidad, la afectividad y la comprensión, en el cual sus miembros puedan relacionarse con confianza.
4. Ocio
Todos los niños deben tener su tiempo diario de ocio. Esta necesidad es igual de importante que las demás. El ocio invita a romper con la rutina y a experimentar con lo nuevo.
El ocio es una experiencia positiva y, como tal, se relaciona directamente con el desarrollo humano. Manuel Cuenca en su libro Ocio Valioso señala que el ocio amplía y potencia los recursos intelectuales, sociales y físicos, especialmente en los niños.
5. Actividad física
Últimamente, cada vez es más frecuente ver cómo los niños manifiestan un estilo de vida sedentario. No solo ha cambiado su forma de divertirse, sino también su forma de vincularse. Es decir, no tienen la necesidad de salir de casa y quedar a menudo con sus amigos porque desde casa pueden cubrir la necesidad de relacionarse.
Para los expertos en salud, la inactividad física en los niños es un tema alarmante. José Devís y Carmen Peiró, expertos en educación física, aprecian que la ausencia de actividad física es un riesgo para las enfermedades cardiovasculares.
Los padres y el centro educativo deben preocuparse por satisfacer esta necesidad básica de la infancia. Tienen la tarea de instaurar en los niños el hábito de llevar un estilo de vida donde la actividad física esté presente. Y es que, en definitiva, dicha actividad es imprescindible tanto para la salud física como para la salud mental.
6. Educación
La educación juega un papel determinante en nuestra forma de ser y estar en el mundo. Sin duda, es una necesidad humana y gracias a ella, sabemos cómo comportarnos en la sociedad y seguir sus normas para poder formar parte de ella.
Los niños deben recibir desde temprana edad una educación de calidad que les ayude a entender cómo funciona el mundo y a saber estar en él. De hecho, la educación es la mejor herramienta para poder formar parte de la sociedad.
“Únicamente por la educación el hombre puede llegar a ser hombre”.
-Kant-
7. Experiencias que lo ayuden a crecer
Vivir experiencias acordes a su edad y a su nivel de desarrollo, es una necesidad básica. Que se vean forzados a trabajar y que se pierdan de la oportunidad única en la vida de jugar y hacer amigos, de ir a la escuela o a un parque, es tronchar una parte fundamental de su existencia.
Lo esencial se aprende jugando, la vida en sociedad se ejercita con los otros, las destrezas y habilidades físicas se nutren corriendo y saltando al aire libre. Pero todo ello será posible si tiene el tiempo y la protección de la familia.
8. Vida comunitaria
Los niños tienen la necesidad de vivir rodeados por una comunidad que los reconoce. Es en ella donde construyen las relaciones, los vínculos, los apegos sociales, comunitarios y también territoriales, que le dan raíz a sus sueños.
Si tienen un hogar, una comunidad, una localidad, siempre tendrán a donde regresar. La identidad no es solo individual, es una construcción social, un encuentro de voluntades y destinos.
9. Derecho al futuro
Cuántas veces hemos escuchado la expresión, los niños son el futuro. Y es verdad que crecerán, pero se encontrarán con el mundo que les dejemos. Los adultos, parientes y comunidad debemos esforzarnos por hacer que los niños crezcan protegidos, en un ambiente sano.
Porque el futuro se construye en el presente. Es así como en cada momento se precisa del compromiso por un mundo que tenga verdaderas posibilidades de seguir existiendo en condiciones de garantizar la vida de la especie humana.
Como ya se sabe, la infancia es una etapa en la que coexisten numerosos factores del entorno que resultan determinantes para el desarrollo del niño. Claramente, existen un sinfín de posibles necesidades que puede requerir un niño. Pero no hay duda de que todo niño debe tener cubiertas sus necesidades básicas de la infancia.
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