En algún momento de la vida, los padres se enfrentan con el síndrome del ‘nido vacío’; esto sucede porque sus hijos se van de su casa a vivir de manera independiente a otra ciudad o residencia. Es el momento de la gran pregunta: ‘¿Qué debo hacer si mi hijo quiere irse a estudiar a otra ciudad?
Esta situación suele traer asociados sentimientos de soledad en los adultos, una nueva búsqueda del sentido a la vida y de realización personal fuera del rol de padres. Para que esta crisis emocional sea más fácil de sobrellevar, es importante entender y saber qué hacer si el hijo quiere irse a estudiar a otra ciudad.
En la mayoría de los casos, los jóvenes se van de su hogar porque deben continuar sus estudios en otro sitio; también puede ocurrir que quieran independizarse y comenzar su vida adulta.
Acompañar a los hijos en la distancia
Cuando un hijo quiere irse a estudiar a otra ciudad, ya sea en el mismo país o en el extranjero, hay varias formas de ofrecerle apoyo. Existen pautas y herramientas para que logre adaptarse a su nueva vida como adulto responsable.
Acostumbrarse a otra localidad, ingresar al ámbito universitario y hacerse nuevos amigos puede ser un proceso emocional difícil para un joven. Por eso, hay que acompañarlo y aportarle confianza; esto es importante para que pueda enfrentarse a los retos que se le presenten.
Responsabilidad y organización
Es muy positivo enseñar, antes de la partida, tareas que el emancipado deberá realizar; por ejemplo, cómo organizarse la comida semanalmente, qué productos de limpieza debe utilizar, qué debe hacer si está enfermo, como poner correctamente la lavadora.
Junto a lo anterior, es preciso inculcar a nuestros hijos que deben ser organizados y responsables con el dinero. Un manejo correcto de su presupuesto mensual evitará que realice gastos innecesarios sin prever los gastos fijos necesarios del mes.
¿Cómo ayudarlo a elegir un nuevo hogar?
Una vez que decida a donde va a trasladarse, es importante que el joven tenga en cuenta sus posibilidades económicas para elegir dónde residir; para eso, debe tener presente qué tipo de residencia considera más adecuada, según su estilo de vida.
Actualmente, hay varias opciones de viviendas para jóvenes, como pisos compartidos o residencias universitarias; ambas opciones tienen sus ventajas y desventajas. Su elección dependerá de sus posibilidades y prioridades.
Por un lado, las residencias ofrecen servicios y más facilidades para los estudiantes. Suelen estar cerca de la facultad, ofrecen servicio de lavandería, comedor universitario y la mayoría poseen salas donde estudiar. Como desventaja, el costo puede ser mucho más alto que un piso.
Además, compartir un piso es mucho más económico, pero la zona donde se encuentre el departamento puede estar alejada de la universidad. Otra cuestión a tener en cuenta es la de encontrar compañeros agradables, lo que dependerá casi exclusivamente de la suerte; esto influirá en la convivencia y también en la rutina diaria del estudiante.
“Ingresar al ámbito universitario y hacerse nuevos amigos puede ser un proceso emocional difícil para un joven. Hay que acompañarlo y aportarle confianza”
Aprender a usar la tecnología
Otro de los consejos importantes si tu hijo quiere irse a estudiar a otra ciudad es aprender a usar la tecnología e instalar las aplicaciones de los aparatos móviles que utiliza.
Hoy en día, para poder mantener el contacto con nuestros seres queridos en la distancia, el uso de la tecnología es esencial. No solo nos acerca a ellos, sino que, además, abarata costos y nos permite contactar al instante.
La aplicación más utilizada por los jóvenes hoy en día es WhatsApp, que permitirá enviar mensajes, fotos y audios en cualquier momento. También se pueden hacer videollamadas o llamar telefónicamente.
Respeta los tiempos de tu hijo
Aunque tengamos angustia por su ausencia, es preciso ser considerados, respetar los tiempos y el espacio que te delimita tu hijo. Al iniciar una nueva vida en otra ciudad, el joven intentará comportarse de manera más independiente, estará organizando su nueva rutina y esto puede repercutir en su disponibilidad horaria.
Por todo ello, si no quieres sentirte mal por ser ignorado o comunicarte con él, acuerda una hora con él para llamarlo cuando esté disponible y relajado.
De esta forma, y aunque puedas charlar menos días a la semana, conseguirás una comunicación más relajada; con ello, puedes tener una conversación más profunda y establecer un vínculo en la distancia.
Nuevamente hay que recordar la necesidad de apoyo. A pesar de la distancia; debes hacer sentir seguro de sí mismo al niño y acompañado. Las palabras en momentos de tristeza o frustración pueden ser un gran soporte que lo guiará en situaciones difíciles.