Cuando somos madres, la salud de nuestros hijos se encuentra en primer lugar sobre todas las cosas. Por eso, si se enferman, buscamos todas las formas posibles de revertir la situación. Una preocupación común en las mamás es cuando un hijo vomita sin motivo; sin darnos cuenta, los niños se pueden deshidratar rápidamente.
Así, es frecuente que en las conversaciones entre mamás surja el siguiente interrogante: “¿Por qué mi hijo vomita sin motivo?”. Si como mamá has presenciado a tu hijo vomitar de forma excesiva sin razón aparente, lo primero es buscar los motivos más comunes y asociarlos. Te enseñamos todo lo que deberías saber al respecto.
¿Por qué se produce el vómito?
Para empezar, debemos saber que el vómito es la expulsión de forma rápida y violenta del contenido del estómago por la cavidad oral hacia el exterior. En cambio, si se realiza una leve expulsión de contenido de alimento por la boca, estaríamos hablando de una regurgitación, algo común en pequeños lactantes.
En general, y siguiendo a los especialistas, se trata de una reacción con la cual el organismo evita la ingestión o digestión de sustancias que pueden ser potencialmente tóxicas. A menudo se acompaña de náuseas, su principal catalizador, así como de arcadas. Estas últimas son contracciones que incentivan la expulsión del contenido estomacal sin lograrlo propiamente.
Gastroenteritis: la principal causa de los vómitos en niños
Tal y como señalan los expertos la gastroenteritis es el principal catalizador de los vómitos en los niños. La gastroenteritis viral o gripe estomacal es una patología cuya principal manifestación clínica son los vómitos. Esta patología también se acompañan de diarrea y malestar general en la mayoría de los casos.
El origen de los vómitos en niños puede pasar desapercibido en muchas ocasiones, sobre todo al inicio de la enfermedad. Se sabe que en pequeños menores de 24 meses se produce por la infección por rotavirus, y luego de esta franja de edad el catalizador es Shigella.
De acuerdo con las estimaciones cada año se reportan entre 3 y 5 mil millones de casos de gastroenteritis aguda, las cuales derivan en uno 2 millones de muertes en niños menores de 5 años. Los casos más graves se postergan por más de 7 días, y se pueden acompañar de complicaciones como fiebre, dolor abdominal y anorexia.
Mi hijo vomita sin motivo: 5 posibles causas
Aunque la gastroenteritis es la principal causa de los vómitos en la población pediátrica, lo cierto es que existen decenas y decenas de explicaciones paralelas. Te dejamos así con otras causas que pueden ocasionar que tu hijo vomite sin razón aparente.
1. Cambios emocionales
Los vómitos psicogénicos son un tipo de vómito que se relaciona con causas psicológicas u emocionales de forma intensa. Se pueden presentar en dos formas:
- Vómitos psicogénicos intencionados: son los que se presentan de forma consciente o provocada, como ocurre en las personas que sufren de bulimia nerviosa. Es un episodio de vómito inducido.
- Vómitos psicogénicos no intencionados: son los que se presentan por nervios, exceso de ansiedad o mucho estrés.
Si tienes un niño que suele preocuparse mucho, que por lo general se frustra por cada pequeña dificultad, puede que tengas un niño ansioso. A ellos se les dificulta mantener la calma en casos de estrés y, de forma inconsciente, somatizan los problemas con episodios de vómito.
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De acuerdo con los expertos, las principales manifestaciones físicas de los ataques de ansiedad son dolores de cabeza, dolores de estómago, mareos, vómitos, náuseas e hiperventilación. Si los vómitos se acompañan dentro de este cuadro clínico es posible que se originen debido a un ataque de ansiedad.
Por otro lado, puede que los episodios de vómito en tu hijo se presenten en momentos en los que aparecen cambios fuertes en su vida, como por ejemplo un divorcio, una pelea, una mudanza, entre otros. En estos casos, el vómito es una manera de sacar las emociones que siente y que se le dificulta expresar.
2. Intoxicación o envenenamiento
Bien sea debido a la ingesta de alimentos contaminados o por ingerir medicamentos o productos tóxicos (como detergentes). Ambos episodios con muy comunes, más de lo que los padres piensan.
En el primer caso, y de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) cada año ocurren 600 millones de casos de enfermedades transmitidas por los alimentos y 420 000 muertes. Lo más afectados son niños menores de 5 años.
Por su parte, la ingesta accidental de medicamentos pueden ocasionar síntomas como vómitos y náuseas. Estimaciones recientes le atribuyen hasta el 40 % de la carga clínica a la ingesta accidental de fármacos de todos los episodios de envenenamiento o intoxicación pediátrica.
Siguiendo a la evidencia, los agentes tóxicos ajenos a los medicamentos que generan intoxicación pediátrica son limpiador de baños, bolas de naftalina, removedor de esmalte de uñas, queroseno, soluciones de jabón y bicarbonato de sodio. Estos tres catalizadores (alimentos, medicamentos y productos tóxicos) pueden estar detrás de los vómitos en tu pequeño.
3. Alergias alimentarias
Se estima que hasta el 4 % de la población pediátrica mundial padece de alergias alimentarias. En términos muy simples, se genera debido a una respuesta anormal luego de la ingestión de un alimento. Se distingue de la intolerancia alimentaria en función del mecanismo fisiológico que desencadena el episodio.
Los expertos distinguen tres tipos de síntomas clínicos en los niños: síntomas cutáneos, síntomas respiratorios, síntomas gastrointestinales y síntomas cardiovasculares y neurológicos. Los vómitos se corresponden con los síntomas gastrointestinales, donde también destacan el dolor abdominal y la diarrea.
4. Síndrome de vómitos cíclicos
Los especialistas utilizan el término síndrome de vómitos clínicos para hacer referencia a episodios agudos y recurrentes de náuseas intensas con vómitos incoercibles. Pueden extenderse desde horas hasta días, y se trata de una condición infradiagnosticada en la práctica clínica.
Se trata de un diagnóstico de exclusión; esto debido a que se se clasifica un episodio como tal cuando se han descartado todas las posibles explicaciones del o los síntomas. Debido a ello, pueden pasar meses e incluso años antes de que un pediátrica lo diagnostique como tal. Se sabe que es más común entre los 3 y los 7 años.
5. Obstrucción intestinal
Aunque es más común en los recién nacidos, también puede ocurrir en niños más grandes. Alude a una obstrucción mecánica o funcional del intestino delgado o el intestino grueso; y puede ser tanto parcial como completa. La evidencia señala al dolor abdominal, las náuseas, los vómitos y al estreñimiento como sus principales síntomas.
A pesar de que depende de su gravedad, la mayoría de los episodios se consideran una emergencia médica. Cuando se aborda con prontitud de la mano de un equipo de especialistas el pronóstico es bueno. Se puede tratar de forma quirúrgica o no quirúrgica.
¿Qué hay que hacer?
Lo primero que debes hacer si tu hijo vomita sin motivo es mantener la calma. Vomitar el algo común en niños; si nos alarmamos, el pequeño puede verse aún más afectado por la situación.
Si ya has llevado a tu hijo al pediatra y no han podido hallar una razón física u orgánica para esta situación, es momento de que busques un especialista en psicología infantil. Este podrá evaluar a tu hijo y darte la mejor solución. Hazlo solo cuando el pediatra así te lo recomiende.
Vómitos en los niños, un problema frecuente
Que los niños experimenten vómitos es algo relativamente normal. No debes preocuparte si son esporádicos. Si se repiten de forma continuada o cíclica, será recomendable que lo lleves al médico para valorar el origen. Lo importante es que asegures su hidratación y nutrición, dos aspectos que suelen comprometerse en durante el proceso.
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