Familias monoparentales: los desafíos

Las familias monoparentales son más comunes de lo que se suele pensar, sobre todo en la actualidad, y como veremos se enfrentan a múltiples desafíos. Surgen debido a diversas circunstancias, como separaciones, divorcios, fallecimiento de uno de los progenitores, emigración, entre otras.

Sin embargo, lo que mejor las describe es la siguiente cualidad: solo un adulto asume el papel de cabeza de familia, ya sea el padre o la madre, siendo esta última la que se ve con mayor frecuencia.

¿Cómo es la familia monoparental?

Es diferente de aquella que, por tradición, está constituida por los padres y los hijos; empero, la esencia es similar. Es un núcleo en el cual se distinguen las mismas funciones de la familia: seguridad, protección, educación, amor, socialización, identidad y crecimiento personal.

De hecho, cada vez nos cuesta menos acostumbrarnos a este nuevo estilo, sobre todo porque las causas han proliferado. Incluso es posible hablar de una subcategoría: por ejemplo, cuando el núcleo monoparental vive con los abuelos u otros familiares. Por esa razón, muchos de nosotros podemos tener un caso en nuestro entorno más cercano.

Tipos más comunes de familia monoparental

“La categoría monoparental más común suele ser la de madre soltera o divorciada. En la mayoría de los casos, es la progenitora quien asume la custodia y la responsabilidad de la educación, alimentación y crianza, como afirma un artículo de la revista AMMENTU.

Con frecuencia la familia monoparental se asocia a madres solteras por elección, madres solas, madres sin pareja o madres cabeza de familia. No obstante, hay casos donde el hombre se queda solo con sus hijos por viudez, divorcio o porque la madre abandona el hogar.

La evidencia confirma que, por lo general, es la mujer quien asume este rol. Los números en España son concluyentes: 89,13 % por mujeres contra un 10,87 % de hogares monoparentales encabezados por hombres, según datos recogidos en la publicación Relaciones Laborales y Derecho del Empleo.

También, el núcleo familiar monoparental suele recibir apoyo externo, ya sea institucional, familiar o afín, en parte porque existe consideración por la situación en la que viven. Siempre necesitan ayuda para cuidar a los niños y contribuir en todas las formas posibles a su crianza. Sin duda, las familias monoparentales enfrentan numerosos desafíos.

Desafíos de las familias monoparentales

Se denomina monoparental a aquella familia cuyos hijos son menores de edad y dependientes del padre o la madre, estableciendo las condiciones de la responsabilidad del progenitor ausente y el tipo de ausencia. A partir de esta definición podemos hablar a continuación de los desafíos a los que se enfrenta.

Vulnerabilidad económica

Existen más riesgos de que la economía sea desfavorable, pues el cuidado de los niños implica menos dedicación al trabajo o menos oportunidades laborales. Al mismo tiempo, los compromisos impiden un adecuado seguimiento de horarios y desde luego una relación de ingresos inferior.

Un estudio desarrollado en la Universidad de Valladolid, determina que estas familias se enfrentan a mayores dificultades económicas y la tasa de pobreza es más alta que en las biparentales. Apunta además que solo en la Unión Europea el 32,8 % de los hogares monoparentales estaban en situación de riesgo de pobreza en 2019.

Tiempo limitado para el ocio y el crecimiento personal

Es difícil que exista tiempo personal en donde la familia se desconecte por momentos y pueda tener cierta independencia. En este sentido, la persona responsable se agota física y mentalmente.

Pese a que el tiempo dedicado a los hijos es exclusivo, este es limitado, porque las obligaciones laborales y familiares impiden que se dedique más tiempo a actividades planificadas.

Al respecto, leemos en la revista Economía y Sociedad que en el caso de las mujeres a cargo del hogar, estas tienen las mismas responsabilidades que los hombres, solo que con menos ingresos. Además, cuentan con menos tiempo para dedicar al ocio y a su desarrollo personal, lo que repercute en la salud emocional de los niños.

Pese a todo, es posible que existan menos conflictos familiares debido a que no hay oposición en las decisiones importantes. Aunque, no deja de ser un reto tener que decidir sin el apoyo de otra persona que comparta el mismo interés y responsabilidad.

Sobrecarga de responsabilidades

Las responsabilidades recaen sobre la misma persona; todos los desafíos posibles deben ser sorteados por el único padre disponible. No hay lugar para delegar funciones en el otro progenitor, por lo cual todos los planes deben cancelarse para atender a la situación de mayor prioridad.

Es sabido que la mujer a cargo del hogar debe atender los roles de proveedora económica, cuidadora y educadora; y encontrar tiempo para todo en un contexto de restricciones sociales y económicas, así lo revela este estudio desarrollado en la Universidad Autónoma del Estado de Morelos.

Exceso de trabajo remunerado y no remunerado

A pesar de que el trabajo no sea el ideal y se estén realizando grandes esfuerzos, no hay manera de que el padre o la madre a cargo deje de trabajar por ninguna razón. El compromiso con los hijos implica que se debe preservar el sustento a toda costa, por eso es posible que estos padres pudieran llegar a ser explotados en lo laboral.

El panorama se complica cuando las mujeres deben ejecutar dobles jornadas, fuera y dentro del hogar. Esto se agrava por la percepción generalizada de que los cuidados parentales son responsabilidad exclusiva de las madres, como se detalla en una investigación en psicología realizada por la Universidad de Uruguay.

Dificultades para manejar en la sociedad el tema de la monoparentalidad

Los niños de las familias monoparentales, pueden sentirse incomodados por otros niños, si estos les hacen preguntas difíciles de contestar. Este es un problema llevado a casa, con el cual todo el núcleo debe lidiar.

Si en el pasado existió un fuerte estigma social que recaía sobre la madre sola o soltera, la situación ha cambiado sobre todo al construirse una narrativa de resiliencia y superación. Los retos están presentes, pero cada vez más personas deciden u optan por asumir la crianza monoparental.

Tanto es así, que la reproducción humana asistida es un novedoso desafío que representa una oportunidad para aquellos que quieren ser padre o madre, aun si no tienen pareja. Por lo general, son adultos que cuestionan el modelo tradicional en el que los hijos nacen del amor de pareja, y del ejercicio de la sexualidad con su carga genética. Así lo describe esta disertación abordada en el XIII Congreso Internacional de Investigación y Práctica Profesional en Psicología.

Las realidades cambian y los tipos de familia también

La familia, como vemos, es una institución cambiante y como tal ha sido testigo del aumento de la soltería, de la edad para tener el primer hijo, de las separaciones y divorcios. Por ende, del incremento de la monoparentalidad.

En España se han identificado cerca de 2 millones de hogares monoparentales. Esto supone el 10,1 % del total de los hogares y el 14,6 % del total de los hogares con menores de edad a su cargo, según datos tomados de una publicación de la revista Azarbe.

Ello, acompañado de la incorporación de la mujer al trabajo y un mayor acceso a la educación, que le brindan relativos márgenes de autonomía. Hace parte de los desafíos, vencer estereotipos y las dificultades propias de la desigualdad, del estrés y la sobrecarga del trabajo doméstico, elementos que rodean la exigente cotidianidad de las familias monoparentales.