¿A quién hacer caso cuando mamá dice SÍ y papá NO?

Una buena comunicación familiar es la base de relaciones de confianza y apoyo.

La pregunta de “¿a quién hacer caso, a papá o a mamá?” puede ser un tema de debate en muchas familias. El niño debe hacer caso a mamá -dicen ellas-, porque es mamá quien pasa con ellas el día entero y es quien las cuida, las alimenta, las educa y mejor conoce sus necesidades e intereses. Antes que, a mamá, hay que hacer caso a papá -dicen ellos-, porque papá es el guía de la familia, al que más hay que respetar y obedecer. Pero cuando mamá dice SÍ y papá dice NO, al niño le resulta difícil decidir a cuál de los dos obedecer.

Al final, más que analizar quién lleva la razón, el niño se decantará por su gusto y terminará por hacer caso al que más le convenga en ese momento.

Los niños no son responsables de las discrepancias que existan entre sus progenitores. Si los padres no tienen una buena comunicación entre ellos y nunca están de acuerdo en algo, los niños no tienen por qué sufrir las consecuencias. Las dudas de los padres acerca de qué respuesta dar en un determinado momento pueden desorientar al niño y hacer que no sepa cómo actuar.

¿De qué forma los padres deben llegar a un consenso y ponerse de acuerdo?

Ponerse de acuerdo no significa pelear o discutir en voz alta acerca de lo que “le vas a decir o le vas a dejar de decir al niño”. Llegar a un consenso tampoco es dejar que “el otro dé la respuesta para culparlo en el caso de que lo que el niño vaya a hacer y para lo cual pidió permiso genere algún reproche”.

Es bueno que los padres hablen y se comuniquen para tomar juntos las decisiones

Ponerse de acuerdo y llegar a un consenso es dialogar y colocar sobre el tapete los pros y los contras para que ambos padres, juntos, digan SÍ o digan NO. El niño que recibe la misma respuesta de ambos progenitores se siente más seguro.

Mientras tratamos de enseñar a nuestros hijos todo acerca de la vida, nuestros hijos nos enseñan de qué trata la vida

—Angela Schwindt—

Seguridad, felicidad y educación

La protección física y mental del niño debe ser la primera premisa a tener en cuenta a la hora de tomar cualquier decisión que implique al niño.

También hay que concebir su felicidad, sus deseos y sus necesidades emocionales. Un niño necesita y tiene el derecho a ser feliz y a que sus padres hagan lo que esté en su mano por garantizarlo.

Por último, a la par de la felicidad, está la educación. No siempre los deseos más fervientes pueden hacerse realidad porque van en contra de la educación y la disciplina que queremos para nuestro hijo.

Seguridad, felicidad y educación son los principios que deben prevalecer en cualquiera de las respuestas que se le de al niño

¿En qué momento hablar acerca de la petición del niño?

Los adultos tienen que buscar el momento preciso para hablar, sobre todo cuando cada uno piensa diferente. Esta conversación compete solo a los padres, por eso no es necesario que el niño esté delante y escuche aquello sobre lo que los padres tienen que discutir. Es bueno que los hijos no vean que los padres se llevan la contraria delante de ellos para que tengan una única referencia acerca de lo que está bien o mal, de lo que deben y lo que no deben hacer.

Muchas veces los padres se preguntan a quién hacer caso, al padre o a la madre. Los dos tienen que saber ponerse de acuerdo

Cualquier momento puede ser bueno para hablar con tu pareja siempre y cuando el niño no esté presente.

¿Cómo darle la respuesta al niño?

Las respuestas al niño, ya sean afirmativas o negativas, deben darse de manera directa y firme. No hay que andar con rodeos para decirle a algo que SÍ o que NO. Hasta que tu hijo no tenga la capacidad necesaria para decidir y escoger la opción que mejor le conviene por sí mismo, tú eres responsable de todo lo que le ocurre y, por lo tanto, de elegir por él.

No tengáis miedo si al principio os cuesta poneros de acuerdo. Cada persona es distinta y es normal que tengáis opiniones diferentes. La tarea de ser padres consiste muchas veces en escuchar al otro y estar abierto a nuevas formas de entender la vida. Poco a poco veréis que con el tiempo os cuesta menos encontrar una misma solución sin tener que enfrentaros o discutir. Recuerda que el diálogo es el mejor aliado para tener una buena relación con tu pareja.

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