El divertido arte de las cosquillas, los besos o de las clásicas “pedorretas” efectuadas en la barriguita del bebé, trae maravillosos efectos secundarios: risas explosivas y emociones positivas.
Pocos padres y casi ninguna mamá se resiste a la deliciosa tentación de hundir sus rostros en esos rincones tan tiernos de sus hijos para dedicarles toda una sinfonía de besos y caricias que al instante, arrancan las risas de los bebés (también en los papás). No solo es todo un clásico, lo creamos o no, es un modo de establecer un vínculo social y emocional temprano y fuerte con nuestros niños.
Hoy en “Eres Mamá” queremos hablarte de este sano ejercicio, de esta gran terapia que se viene practicando de generación en generación. Sus beneficios son tan inmensos que seguramente, te convencerás de seguir practicándolo hasta que tu hijo sea mayor y por sí mismo, te diga aquello de que “ya no tiene edad para esas cosas”.
Besos en la barriga para educar con amor y menos enfados
El instante idóneo, mágico y perfecto para la saludable terapia de los besos y las “pedorretas” es cuando los bañamos o les cambiamos el pañal.
Este arte lo practicaremoos de forma temprana pero con sumo cuidado y adecuado divertimiento. El área que más agradecerá tu bebé que estimules a base de besos y cosquillas es la zona del vientre, el pecho y también las plantas de los pies.
Los efectos secundarios, como vas a ver, son maravillosos.
Liberamos oxitocina
La oxitocina es la hormona del cariño, del cuidado y del afecto y ese vínculo que establecemos con las personas que queremos. A mayor contacto físico positivo, liberaremos no solo más oxitocina, sino que el bebé recibirá un buen aporte de endorfinas, esas otras hormonas asociadas al placer y al bienestar.
Las cosquillas tienen un fin muy concreto: crean vínculos sociales y emocionales
Hay un hecho que sin duda todos nosotros tenemos claro: para que las cosquillas nos hagan reír y nos produzcan divertimiento y placer, deben venir de parte de alguien a quien queremos.
- Ningún extraño puede ni debe hacernos cosquillas. Esto es algo que un bebé aprenderá de forma temprana, que son sus padres, esas figuras de apego más cercanas y cotidianas, los que le proveen de ese bienestar, de esa sensación divertida y reconfortante.
- Las cosquillas establecen vínculos sociales y emocionales entre personas de un mismo entorno, de un mismo grupo personal donde hay afecto, donde hay cercanía y donde unos y otros se “regalan” de forma altruista emociones positivas.
Los besos y las cosquillas favorecen el apego
Besos y pedorretas en el cuello, en la barriga o en los pies del bebé. Algo tan sencillo y divertido hará que tanto la mamá y el bebé o el papá y el bebé, construyan ese vínculo temprano de un apego saludable que tanto necesitan los niños para crecer y madurar de forma óptima.
No podemos olvidar que el contacto físico positivo basado en la cercanía piel con piel, en las caricias o en esos besos que acaban en carcajadas son sinónimo de alimento emocional. Un pilar imprescindible para que el bebé madure de forma óptima, para que se sienta querido, amado y respetado en todo momento.
Cuando el bebé se enfada o estalla en una pataleta, nada mejor que una sinfonía de besos y “pedorretas”
En nuestro espacio ya te hemos hablado muchas veces de esos bebés de alta demanda que todo lo quieren y que por todo protestan.
- En ocasiones, se niegan a que les pongas el pijama o a veces, incluso estallan en gritos hasta el punto de querer darte un manotazo o tirarte del pelo.
- Si el bebé es aún pequeño, todos tenemos claro que no van a servir de nada los discursos o una seria conversación con él. En este caso, echaremos mano de algo infalible, la terapia de los besos y las cosquillas.
- Te resultará sorprendente cómo cambia la carga emocional del niño. Sus tensiones se apaciguan, quedan sorprendidos por tu reacción y al instante se rinden.
Lo creas o no, es un modo de que el bebé se sienta atendido, de que su ira o su frustración temprana se vea controlada y gestionada. Más tarde llegará la época en que ya podremos razonar con él, pero en esos dos primeros años de vida suelen ser muy efectivas este tipo de caricias emocionales.
Las cosquillas respetuosas tienen más efecto
Algo que merece la pena puntualizar es que la terapia de las cosquillas tiene un límite. No deben ser molestas. Todos tenemos algún recuerdo de infancia en que alguien de la familia tenía la mala costumbre de abalanzarse sobre nosotros hasta el punto de ver las cosquillas casi como una tortura antes que como un placer.
Debemos ser cautos, y recordar que este arte debe ser justo, limitado y equilibrado. Sirve para estimular y divertir y por ello, cuanto más breve mejor.
Sin embargo, en lo que se refiere a los besos y las sonoras pedorretas, puedes regalarlas a tu bebé sin límites y tantas veces como desees.
Bibliografía
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