Aunque Daniel LaRusso, el famoso personaje de Karate Kid, comenzó en la secundaria, la edad ideal para que los niños empiecen a practicar artes marciales es mucho más temprana. ¿Por qué? Porque esta disciplina ofrece múltiples beneficios que los pequeños pueden aprovechar durante su infancia.
Las artes marciales incluyen prácticas, tradiciones, procedimientos y métodos de lucha que se han ido elaborando a lo largo de la historia. Con sus rituales y combates simulados, se enfocan en la integridad personal, la autodefensa y el mínimo impacto en terceros.
Lejos de ser un deporte que incite a la violencia, esta disciplina promueve una filosofía y visión del mundo que inculcan el respeto y enseñan valores positivos a quienes las practican. ¿Tu pequeño está listo para el «dojo» y los cinturones de colores? Veamos qué debes tener en cuenta.
¿A qué edad empezar las artes marciales?
No hay una edad determinada ni límite para que los niños empiecen a practicar artes marciales. Sin embargo, este es uno de los deportes con más beneficios para los niños, por eso, mientras más temprano los pequeños se involucren con una disciplina de combate, habrá más posibilidades de que adquieran los hábitos deportivos necesarios para desarrollar habilidades y destrezas a nivel técnico y mental.
En términos generales, la edad más apropiada para comenzar a practicar deportes de combate es alrededor de los 4 o 5 años. En esa etapa, los niños han alcanzado un nivel de madurez física y emocional que les permite aprovechar plenamente los beneficios de las artes marciales.
El momento adecuado según la disciplina
Es importante reconocer que cada disciplina tiene sus propias particularidades y, según el caso, será conveniente que los niños empiecen con las prácticas de artes marciales a una edad diferente.
El karate, por ejemplo, suele ser una opción accesible para niños a partir de los 3 años. Los programas diseñados específicamente para esta edad introducen movimientos simples y ejercicios que fomentan el desarrollo físico y cognitivo de manera progresiva.
Por otro lado, disciplinas como el judo requieren un mayor nivel de concentración, coordinación, autocontrol y habilidades motoras. En este caso, es preferible que los pequeños se inicien en este deporte a partir de los 5 años, una vez que hayan desarrollado las capacidades necesarias.
Algunas escuelas de artes marciales ofrecen programas diseñados para niños a partir de los 2 o 3 años. Estos programas se enfocan en actividades lúdicas que promueven habilidades motoras, así como equilibrio, coordinación y concentración.
Otros aspectos a tener en cuenta
Además de la disciplina a practicar, hay otros factores que ayudan a determinar la edad ideal para que los niños empiecen artes marciales. Cada pequeño es diferente y el momento adecuado para introducirse en este deporte es bastante personal.
Observar el desarrollo individual de tu hijo, su nivel de interés y motivación te orientarán sobre el momento indicado para empezar con las prácticas. Considera si tu pequeño te lo ha pedido, se siente con ganas, es capaz de quedarse solo y puede comprender las enseñanzas del instructor.
Explorar programas adaptados a su edad y las propuestas de las escuelas de artes marciales también te ayudarán a saber si este deporte es una opción adecuada para tu pequeño.
¿Qué arte marcial elegir?
Las artes marciales engloban una amplia variedad de disciplinas de combate que presentan técnicas, prácticas y enfoques diversos. Si consideras que tu hijo ya está listo para comenzar con este tipo de deporte, es importante elegir la opción más adecuada.
El judo o el karate, por ejemplo, son ideales para los niños más pequeños, ya que se enfocan en el desarrollo de habilidades motoras y la autoconfianza. A medida que crecen, pueden explorar otras disciplinas más complejas como el taekwondo o el kung-fu, que incorporan técnicas más avanzadas y promueven la concentración y la perseverancia.
Conocer las diferentes alternativas disponibles en tu ciudad, los intereses de tu hijo y el enfoque de cada disciplina te ayudará a encontrar la opción adecuada para él o ella. Te contamos las características de las más populares.
Karate
Originario de Okinawa, Japón, el karate se caracteriza por los puñetazos, palmadas, patadas y bloqueos ejecutados con firmeza y potencia. En el combate, el objetivo es derrotar al oponente mediante la aplicación eficiente de unos pocos golpes.
Este tipo de arte marcial no solo se destaca por sus técnicas, sino también por la promoción de valores esenciales como el respeto y la cortesía. El karate en los niños es una opción integral y beneficiosa, ya que contribuye al desarrollo del aparato psicomotor, la velocidad, la flexibilidad, la tolerancia a la frustración y al crecimiento emocional y mental.
Judo
Con raíces japonesas, el judo se distingue como un arte marcial que tiene en el agarre su principal mecánica de combate. En esta disciplina, la destreza radica en absorber la fuerza y el peso del oponente para lograr su derrota. Considerado probablemente como el arte marcial menos agresivo, el judo se enfoca, de manera principal, en la defensa.
Esta disciplina ofrece la oportunidad de ejecutar una amplia gama de movimientos y técnicas, promoviendo la exploración y dominio del propio cuerpo. Esto, a su vez, fomenta el autocontrol, la autoestima y la seguridad personal. Además, el judo imparte valores positivos, como el respeto y el compañerismo.
Taekwondo
Originario de Corea, el taekwondo se distingue por dar prioridad al uso de patadas y golpes ejecutados con los pies y las piernas, reservando en menor medida el uso de las manos y los codos. Se trata de un arte marcial de contacto directo, caracterizado por golpear a distancias más amplias, fundamentando su enfoque en la habilidad y potencia de las piernas.
El taekwondo en los niños, no solo se centra en la destreza física. También busca mejorar la alineación corporal, el fortalecimiento del cuerpo y la capacidad de conexión con él.
Kung-fu
El kung-fu es una de las artes marciales más antiguas y reconocidas. Su linaje se remonta a los monjes shaolín, quienes la crearon con el propósito de adquirir habilidades defensivas. Pero esta disciplina milenaria no solo es un arte marcial; también se considera una forma de espiritualidad.
Se caracteriza por el uso del «cuerpo a cuerpo», incorporando puñetazos, patadas, agarres, desplazamientos y diversos movimientos acrobáticos. El kung-fu en los niños promueve valores esenciales como la no violencia y el autocontrol. Además, es una vía para explorar y perfeccionar la conexión entre el cuerpo y la mente, permitiendo un desarrollo tanto a nivel físico como espiritual.
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Beneficios de las artes marciales en los niños
Los diferentes tipos de disciplinas dentro de las artes marciales en los niños son mucho más que una simple actividad física. Realizar estos tipos de deportes aporta beneficios significativos tanto para su salud física como mental. Veamos los más significativos.
- Mejoran el autocontrol y la atención: estas disciplinas requieren una concentración constante para aprender y ejecutar movimientos específicos. En las prácticas se desarrolla la capacidad de mantener la atención y controlar el propio cuerpo, tanto física como mentalmente.
- Cultivan el crecimiento individual: las artes marciales se centran en el crecimiento individual en lugar de la competencia en equipo, enfatizando la mejora personal y la autosuperación. Esta filosofía libera a los niños de la presión competitiva y les permite concentrarse en su propio desarrollo.
- Aportan estructura y disciplina: las reglas claras y la constante reafirmación de la disciplina por parte de los instructores proporcionan una estructura esencial para los niños que practican artes marciales.
- Inculcan valores importantes: más allá del entrenamiento físico, los pequeños aprenden sobre la confianza, la justicia, la perseverancia, la voluntad, la humildad, la valentía y la honestidad. Asimilar estos valores positivos los ayuda a aplicarlos en su vida diaria.
- Permiten liberar energía: los movimientos específicos permiten a los niños disipar tensiones, frustraciones y energía adicional, promoviendo así el autocontrol y la concentración. Además, esta actividad resulta beneficiosa para aquellos que son muy inquietos o padecen trastornos por déficit de atención e hiperactividad (TDAH).
- Potencian el desarrollo psicomotriz: los movimientos y posturas de estas disciplinas perfeccionan habilidades como el equilibrio, el control de tronco y la coordinación.
- Favorecen la socialización: las artes marciales ofrecen oportunidades para que los niños interacciones con pares y así promover sus habilidades sociales.
Las artes marciales, lejos de promover la violencia, se centran en el control y la justicia. Aunque los niños liberan adrenalina en sus clases, aprenden que fuera de ellas no deben poner en práctica sus conocimientos, reservándolos solo para defenderse en caso de necesidad.
Empezar poco a poco
Aunque las ventajas de las artes marciales en los niños sean una excelente motivación para que consideres este tipo de actividad para tu pequeño, es importante que prestes atención a sus intereses.
Permite que tu hijo explore y descubra su afinidad por estas disciplinas, recordando siempre que tu tarea es acompañar, no imponer. La decisión de escoger un arte marcial debe ser una elección principalmente del niño.
El proceso de aproximación, donde se evalúa el nivel de motivación después de la primera práctica, constituye un momento valioso para forjar un vínculo duradero entre el niño y la disciplina.
Observar a sus compañeros, descubrir y practicar los ejercicios y querer ser parte del grupo fomentan un entorno propicio para que tu pequeño se sienta atraído y quiera participar de manera activa.
Al superar desafíos en el «dojo», tu hijo no solo ganará habilidades físicas, sino que cultivará su autoestima y la capacidad de enfrentar la adversidad en otros aspectos de la vida. Esto de seguro lo mantendrá motivado e interesado en continuar explorando todo lo que las artes marciales tienen para enseñar.
Si tu hijo muestra interés y motivación para practicar artes marciales, no dudes en aprovechar esta oportunidad.
Bibliografía
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