Cuando un padre o una madre aconseja a su hijo, lo hace siempre con la mejor intención. Sin embargo, en un tema tan delicado como es el acoso escolar, no cualquier frase vale. Las palabras pueden no solo no aliviar a los niños, sino incrementar su malestar y dañar incluso más su autoestima. Por esto, hoy queremos hablar sobre lo que no debes decirle a una víctima de bullying.
En ocasiones, los adultos pecamos de poco empáticos y restamos importancia y validez a las preocupaciones de niños y adolescentes. Consideramos que a su edad no hay nada tan grave, que todo pasará o que cualquier cosa puede solucionarse con «una buena actitud».
Escuchar este tipo de afirmaciones puede ser, para un joven que sufre acoso, devastadoras, en especial si provienen de sus principales figuras de apoyo. Por lo mismo, conviene tener presente qué tipo de expresiones es mejor que nos ahorremos.
¿Qué no debes decirle a una víctima de bullying?
Si tu hijo es víctima de acoso escolar, la forma en que lo acompañes puede ser determinante para preservar su salud psicológica y ayudarlo a superar este desafío. De hecho, según recoge un artículo publicado en la Revista de Psicodidáctica, el hecho de recibir apoyo por parte de los adultos significativos puede ayudar a mitigar los efectos del bullying.
En concreto, el soporte proporcionado por los profesores, pero sobre todo por los padres, ayuda a los menores víctimas de acoso a mantener niveles superiores de satisfacción con la vida.
Por el contrario, si no ofrecemos este sostén de forma apropiada, podemos dañar la autoestima y la confianza del adolescente, contribuir a su sensación de aislamiento, e incluso, colocarle en situaciones peligrosas. Pero, ¿qué debemos evitar decir?
1. «No es para tanto, exageras»
Si hablamos de bullying, ¿cuántas veces hemos escuchado aquella frase de que «son cosas de niños»? Aunque de verdad se trate de una trifulca puntual o una pelea que no entraría en la categoría de acoso propiamente dicha, aun así sería importante para nuestro hijo. Por lo que, menospreciar o invalidar sus sentimientos no es la mejor opción.
Sin embargo, cuando hablamos de acoso escolar, nos referimos a un hostigamiento continuado, a una desigualdad de poder, a una situación que coloca en peligro a un menor cada día en un entorno (la escuela) que para él debería ser seguro. Desde luego, este no es un tema menor y no debemos tomarlo como tal ni transmitirles esa idea a nuestros hijos.
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2. «No está bien delatar a otros»
Muchas veces, en un intento de inculcar valores o actitudes de vida, les reprochamos a los niños que se expresen sobre los problemas que tienen con otros. Sin embargo, esto es peligroso y dañino, ya que estamos cortando las vías de comunicación.
Si queremos proteger a nuestro hijo y cuidar su integridad física y mental, necesitamos estar al tanto de lo que le ocurre. Y, si realizamos estos comentarios, lo más probable es que no vuelva a acudir a nosotros. Por lo mismo, esta es una de las frases que no debemos decirle a una víctima de bullying.
3. «Tienes que aprender a resolver tus problemas»
Muy relacionado con el punto anterior se encuentra este en el que, básicamente, animamos al joven a buscar por sí mismo una solución a su situación. Tal vez pensemos que estamos fomentando la independencia, la fortaleza o la capacidad de resolver problemas. Sin embargo, solo le estamos mostrando a nuestro hijo que está solo ante el peligro.
Conviene recordar que un joven no puede afrontar una situación de acoso a solas y se requiere una intervención por parte del centro y las autoridades pertinentes. Negarle esta posibilidad de pedir ayuda solo incrementará su sensación de soledad, aislamiento y desesperanza.
4. «Ignóralo»
Pedirle a una víctima de bullying que ignore lo que ocurre no solo es un consejo desacertado, sino que puede ser peligroso. Ese acoso está teniendo lugar e ignorarlo implicaría de algún modo reprimir todas las emociones asociadas y negarse el derecho a sentir el miedo, la angustia o la necesidad de apoyo.
Esto puede ser doloroso para el adolescente. Pero, además, ignorar a su agresor no hará que este se retire, sino que, probablemente, hará que se crezca en su rol y que intensifique el hostigamiento. Y es que el silencio de la víctima es una de las formas en que se perpetúa el maltrato: tu hijo tiene derecho a defenderse.
5. «Devuélvele el golpe»
Ahora bien, cuando hablamos de defenderse no nos referimos a que devuelva el golpe, la agresión o la humillación. Aconsejar a un joven que se enfrente a su agresor lo coloca en una posición de gran riesgo, pues es probable que el contrincante esté dispuesto a pelear y cuente con una ventaja física o con un desequilibrio de poder.
Además, combatir la violencia con violencia no es una enseñanza apropiada para un joven, ya que no será útil aplicarla en las distintas situaciones de su vida. Incluso, puede conllevarle consecuencias bastante negativas, como la expulsión del centro educativo o una demanda.
Apoyar a una víctima de bullying de forma apropiada es posible
Sufrir bullying durante la etapa escolar tiene serias repercusiones. Según recoge un artículo publicado en The Canadian Journal of Psychiatry, estos niños y adolescentes experimentan gran angustia psicológica, bajos niveles de bienestar, un pobre ajuste social y diversos problemas de salud.
Por lo mismo, lejos de dejarlo pasar, es importante tomar cartas en el asunto. Un primer paso fundamental es permanecer alerta para detectar aquellas señales que pueden indicar que nuestro hijo está sufriendo acoso. Y es que, con frecuencia, padres y profesores no se percatan de esta realidad hasta que la violencia ya ha escalado en exceso.
Por otro lado, si queremos acompañar a un joven víctima de bullying, es crucial que fomentemos una comunicación abierta y fluida, llamemos al acoso por su nombre, seamos empáticos con el menor y tomemos las medidas pertinentes, apoyando y resolviendo la situación.
En cualquier caso, busca ayuda
Es lícito que, como padres o madres, no sepamos bien qué decir en estos casos o cómo abordarlos. No obstante, antes de pronunciar aquello que no debes decirle a una víctima de bullying, informémonos o busquemos ayuda de personas expertas que puedan asesorarnos en cómo acompañar apropiadamente a nuestros jóvenes.
Bibliografía
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