Kéfir: ¿los niños pueden beber esta leche?

El kéfir es una bebida láctea con alto valor nutricional. Te contamos si tu hijo puede beber o no kéfir y todo lo que debes saber sobre esta bebida, sus efectos y propiedades.

Kéfir: ¿los niños pueden beber esta leche?

Cuando estamos frente a un nuevo alimento para nuestros niños, de inmediato encendemos las señales de alerta para saber si será bueno o no. Solemos preguntarnos de qué está hecho y qué contiene. Este es el caso del kéfir, una bebida láctea fermentada con probióticos, nutrientes, buena textura y buen sabor. Pero, ¿los niños pueden tomar esta leche?

La duda es válida al pensar incluirlo en su dieta, ya que contiene alcohol. Por eso, para tu tranquilidad y seguridad, en este artículo comentamos: ¿qué es y dónde se encuentra?, ¿en qué beneficia a los niños?, ¿cuál es la cantidad que deben tomar?, ¿cuáles nutrientes aporta?, y si tiene o no contraindicaciones. Continúa leyendo para saber más.

¿Qué es el kéfir y dónde se encuentra?

El término «kéfir» deriva de la palabra turca kef que significa «sabor agradable». Es una bebida fermentada a base de leche de vaca, oveja, búfala o de cabra. Se elabora al añadir grupos de microorganismos llamados «granos de kéfir». Estos granos contienen bacterias ácido lácticas y levaduras que juntas benefician la salud.

Los microorganismos transforman la lactosa de la leche en ácido láctico, anhídrido carbónico o CO₂ y alcohol. Esto le da cierta efervescencia a la bebida, un sabor un poco ácido, picante y una textura cremosa similar al yogur.

Se pueden encontrar en tiendas de alimentos saludables e incluso se puede elaborar desde la casa al comprar los granos de kéfir. En la actualidad, se considera uno de los alimentos probióticos de mayor disponibilidad.

Beneficios del kéfir en la dieta infantil

Esta bebida fermentada está repleta de probióticos y otros nutrientes esenciales que pueden marcar una diferencia positiva en el bienestar de los pequeños. Desde mejorar la digestión hasta fortalecer las defensas del organismo, el kéfir ofrece una amplia gama de beneficios que hacen que sea una elección nutritiva en la dieta de los niños.

Se considera una fuente de probióticos

Un artículo publicado en la revista Frontiers in Microbiology explica que los granos de kéfir están formados por una gran variedad de microorganismos (lactobacilos, levaduras y hongos). Estos cumplen funciones probióticas al modular la microbiota intestinal.

Asimismo, en el artículo Guía de Alimentos Fermentados para Niños se señala que el kéfir es uno de los alimentos más recomendados para la buena salud intestinal. Además, introduce un agradable sabor en la alimentación e impacta de manera positiva en cantidad y diversidad en el microbioma intestinal del niño.

Por su parte, un estudio publicado en la revista Nutrición Hospitalaria indica que los probióticos en niños son usados para el tratamiento de la diarrea aguda, la enfermedad inflamatoria del intestino, en el estreñimiento, en la enfermedad celíaca, en la obesidad y otras.

Aporta los nutrientes de la leche y más

Los datos registrados en la tabla nutricional del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) demuestran que 240 ml de kéfir aporta: 139 calorías, 8 gramos de grasa, 9 gramos de carbohidratos (de los cuales 7 son azúcares), 300 miligramos de calcio y 300 unidades internacionales de vitamina A.

El kéfir convierte parte de los carbohidratos de la leche en ácido láctico. Esto hace que las proteínas sean más fáciles de digerir, pero las grasas no cambian en cantidad ni calidad. Así, al consumir kéfir, se obtienen beneficios digestivos y proteínas más accesibles.

En cuanto a los minerales, El Instituto Nacional de Salud de los Estados Unidos recomienda valores de calcio entre 700 y 1000 miligramos para los niños de entre 1 a 8 años. Una taza de kéfir cubre entre 30 a casi el 50 % de lo que necesitan.

Además, en los productos fermentados, el calcio está más biodisponible (fácil de digerir) y aumenta su absorción. Tal como lo describe un artículo en la revista The Open Nutrition Journal.

En este mismo contexto, un estudio difundido en la revista Plos One sugiere que el consumo de kéfir aumenta la formación de los huesos, ayuda a prevenir la pérdida ósea y promueve su reconstrucción. Esto es ideal para el niño en crecimiento.

Puede ser una alternativa para la intolerancia a la lactosa

La ciencia reconoce los beneficios de las leches fermentadas para mejorar los trastornos gastrointestinales. Por tanto, las recomiendan dentro de las dietas saludables. Como ya se ha comentado, en el kéfir, una parte del azúcar de la leche (lactosa), es usada por los microorganismos fermentadores para convertirla en ácido láctico, quedando algunos restos.

Un artículo divulgado por la revista Journal of Dairy Research explica que algunas bacterias probióticas en los productos lácteos pueden producir una enzima que ayuda a descomponer la lactosa en el intestino delgado. Esto beneficia a las personas con intolerancia a la lactosa al facilitar la digestión del azúcar de la leche y reducir las molestias.

En el mismo estudio, también comentan que los productos lácteos probióticos pueden alterar de manera favorable la actividad metabólica de la flora microbiana del colon para mejorar los síntomas de la intolerancia a la lactosa.

Por otro lado, los padres deben saber que la intolerancia a la lactosa no es lo mismo que la alergia a la proteína de la leche. El kéfir contiene ácido láctico, pero las proteínas desnaturalizadas siguen estando en el producto. Así que no debes dar kéfir a tu hijo si es alérgico a la proteína láctea.

A pesar de estos beneficios, queda la duda de la presencia del alcohol en el kéfir. ¿Qué se dice sobre su contenido para los niños?

¿Cuánto alcohol tiene?

Los productos de la fermentación de los granos de kéfir dependen del tipo de leche, de la zona geográfica, de la temperatura, las condiciones de fermentación, entre otros factores. Por eso, un trabajo difundido por la revista Nutrients aclara que la cantidad de alcohol del kéfir es variable, oscilando entre 0.5 al 2%. 

Estos valores se consideran bajos al comparar con otras bebidas fermentadas alcohólicas, como la cerveza light, que tiene 4,2%. Por otro lado, los límites para clasificar las bebidas fermentadas como alcohólicas o no varían en los distintos países.

En este sentido, un artículo publicado por la misma revista Nutrients explica que en la mayoría de los países europeos, al igual que en los Estados Unidos, el límite para una «bebida sin alcohol» es del 0,5%. En el caso del kéfir, la consideran una bebida fermentada tolerable en alcohol.

Pero, si el kéfir lo toman en España se tolera hasta 1% de alcohol, en Francia 1,2%, en el Reino Unido 0,05% y en los países asiáticos entre 0,5 y 1%. A pesar de las diferencias, lo importante por destacar es que, debido a sus bajos niveles de alcohol, el kéfir se clasifica como una bebida fermentada «sin alcohol» y puede ser consumido por los niños.

Una buena forma de diluir el alcohol del kéfir, si lo prefieres así, es mezclándolo con frutas, frutos secos o preparando batidos con cereales como la avena. También puedes agregar un poco de miel a la preparación.

¿Qué cantidad de kéfir puede tomar un niño?

Al igual que el yogur, la cantidad que puede tomar dependerá de qué tanto le guste. Cuando apenas se inicia el kéfir en la dieta, sobre todo en los bebés entre los 6 a 8 meses de edad, se puede ir probando tolerancia para notar que no haya alguna reacción digestiva, alérgica o al sabor.

Se comienza con pequeñas cantidades. Si tolera se va aumentando de manera progresiva. Lo puedes dar como merienda, mezclado con cereales integrales o frutas, pero no debe sustituir la comida principal.

Efectos adversos y contraindicaciones

En asuntos de salud, no todas las personas reaccionan igual a un mismo alimento. Por ejemplo, el kéfir puede producir gases o calambres intestinales. Asimismo, aquellos niños con epilepsia que cumplan con dietas cetogénicas o diabetes infantil, no pueden incluir kéfir en la dieta.

La tabla nutricional de la USDA reporta cantidades de carbohidratos que pueden incrementar la cantidad recomendada en estas patologías. Para los niños que no toleren mínimas cantidades de alcohol también debe excluirse.

Lo que debes tomar en cuenta

Los niños sí pueden beber kéfir. Pero, te recomendamos que antes de introducirlo en la dieta, consultes con el pediatra sobre la conveniencia o no para tu niño. Algunas circunstancias, como alergia a la proteína de la leche, epilepsia, diabetes o algún trastorno relacionado con el alcohol, no permiten su consumo.

Cuando lo incluyas, debes hacerlo de a poco para probar la tolerancia y aceptabilidad. Una vez asegurado el nuevo producto en la dieta del niño, puedes usarlo solo, combinado con las frutas de su preferencia, con cereales integrales, batidos de frutas, con frutos secos o edulcorado con miel.

Recuerda que cada plan de alimentación es individualizado. Son los profesionales de salud quienes llevarán la evolución en el crecimiento y desarrollo de tu hijo. Consulta cada vez que quieras incluir un nuevo producto a la dieta de tu hijo, enfocándote en alimentos saludables, nutritivos y que sumen equilibrio a la dieta.

Bibliografía

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