La educación emocional es uno de los aspectos educativos a los que más importancia damos en los últimos tiempos. Padres y maestros hacen su mejor esfuerzo para inculcar a los niños valores, estrategias de regulación y habilidades sociales que les sean útiles en el día a día. Si estás inmerso en esta tarea, queremos hablarte sobre los 5 lenguajes de la disculpa y por qué es importante que los trabajes con tus hijos.
Todos cometemos errores y los niños también. Esto es natural y aceptable; sin embargo, es importante transmitirles la suficiente humildad como para reconocer sus fallos y tratar de mejorar. Ahora bien, no todos tenemos la misma idea de lo que es una disculpa. Así, en ocasiones, la buena voluntad del otro no basta para que sintamos que se ha resarcido el daño.
¿Qué son los 5 lenguajes de la disculpa?
Quizá, anteriormente ya hayas escuchado hablar de los cinco lenguajes del amor, de Gary Chapman. Con esta propuesta, el autor afirma que hay cinco vías diferentes para expresar afecto y que cada persona siente predilección por unas u otras. En la misma línea, este autor estadounidense ha descrito cinco maneras de proceder cuando necesitamos disculparnos con otros y subsanar la relación.
Es precisamente la diferencia de lenguajes de la disculpa lo que causa grandes malentendidos y socava los vínculos. Quizá, el perdón que nos pide la otra persona no suena sincero, se siente incompleto o no es suficiente para restaurar la confianza. Y esto se debe a que habla con unos códigos diferentes a los nuestros.
Si enseñamos a los niños acerca de esto, les mostramos que cada persona necesita algo diferente para perdonar y que es importante tenerlo en cuenta para dárselo. También, les ayudamos a entender qué necesitan ellos para otorgar un perdón, a fin de que puedan poner sus límites y expresarse con claridad y asertividad ante los desacuerdos. Pero, ¿cuáles son estos 5 lenguajes de la disculpa? Te los mostramos a continuación.
1. Expresar arrepentimiento
Habla del aspecto emocional de la disculpa; es decir, expresar cómo te sientes por lo que has hecho. Puede ser avergonzado, culpable, triste o agobiado, entre otras. La idea es remarcar que tu error ha calado en ti y te hace sentir mal haberlo cometido. Igualmente, se validan las emociones de otra persona al expresar que entiendes que tu conducta le ha causado dolor, tristeza o ira.
2. Aceptar la responsabilidad
En este caso, se trata de asumir, sin peros y sin excusas, que se ha cometido un fallo o que se ha obrado mal. Debemos aceptar que somos responsables, sin tratar de culpar a otros o a las circunstancias, ni buscar atenuantes. Por ejemplo, decir «siento haber roto tu juguete, pero es que me habías hecho enfadar», no es una buena disculpa en este contexto. Pues, cualquier «pero» anula esa asunción de la responsabilidad.
3. Restituir el daño ocasionado
Para quienes tienen este lenguaje del perdón es muy importante saber que la otra persona aún los quiere incluso después de lo sucedido. Por eso, valoran las muestras de interés y el esfuerzo por resarcir el daño causado. Aprecian que el otro se muestre dispuesto a compensarles y que pregunte qué puede hacer para solucionar la situación.
4. Expresar un propósito de cambio
Muchas personas aprecian por encima de todo que quien les ha dañado esté dispuesto a cambiar para no volver a cometer el mismo error. Esto indica que sabe que ha obrado mal y no quiere volver a hacerlo. Por tanto, necesitan que el otro verbalice que trabajará en mejorar, aunque esto le lleve algún tiempo.
5. Pedir perdón
Por último, hay quien necesita que el otro pida perdón de forma directa y humilde. Es decir, que dé al ofendido la posibilidad de decidir si acepta o no sus disculpas una vez que ha expresado cuánto desea ser perdonado. Para algunas personas esto es difícil de hacer, porque pone en jaque su orgullo personal y las hace sentir demasiado vulnerables o expuestas a la respuesta del otro. Sin embargo, puede ser necesario en algunos casos.
Trabajar los 5 lenguajes de la disculpa con los niños
Para los pequeños puede ser difícil entender la diferencia entre estas 5 formas de perdón. Por ello, es muy positivo utilizar juegos y actividades prácticas para acercarles. Por ejemplo, se puede procederse de esta forma:
- Explicar que cada persona necesita que le pidan disculpas de una forma diferente y contar en qué consisten cada uno de los 5 lenguajes.
- Ayudar al niño a identificar cuál es el suyo y comentar cuál prefiere cada miembro de la familia.
- Hacer ejercicios de role playing, en los que se actúen o escenifiquen las diferentes formas de perdón. Por ejemplo, «¿cómo pedirías disculpas a quien tiene un lenguaje de expresar arrepentimiento?». Esto les ayudará a practicar y a tener las frases y acciones necesarias para manejar los distintos lenguajes del perdón.
- Apoyarse en cuentos o películas. Si se contempla alguna escena en la que los protagonistas cometen un error y se disculpan, se puede aprovechar para debatir qué tipo de lenguaje ha utilizado.
- Crear tarjetas o flshcards con frases que representen los distintos lenguajes. Al sacarlas, pedir al niño que adivine de cuál se trata. Por ejemplo, una tarjeta que diga «lo que hice está mal, no tengo excusa», representaría al lenguaje de asumir la responsabilidad.
Disfrutar de relaciones sanas
Con estas actividades que pueden servir a modo de juego, los niños se familiarizan con las diferentes formas de pedir perdón y serán cada vez más hábiles en su manejo. Lo cierto es que se ha encontrado que los menores naturalmente tienden a disculparse y para ello usan diferentes estrategias.
En concreto, los 5 lenguajes de la disculpa les ayudarán a resolver conflictos con sus hermanos y compañeros y a evitar malentendidos. Si son capaces de asumir sus errores y entender qué necesita el otro para sentirse mejor, disfrutarán de relaciones más sanas y duraderas.
Bibliografía
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- Chapman, G., & Thomas, J. M. (2008). The five languages of apology: How to experience healing in all your relationships. Moody Publishers.
- Kampf, Z., & Blum-Kulka, S. (2007). Do children apologize to each other? Apology events in young Israeli peer discourse.