La hipertensión arterial es un problema de salud con gran impacto en la población. En un 5 % de las embarazadas puede aparecer desde antes o durante la gestación. Uno de los factores principales a cuidar es la dieta, por lo que conocer los principales nutrientes a controlar en la hipertensión de la embarazada puede ayudar a una gestación más saludable. Te contamos más a continuación.
Hipertensión en el embarazo
La OMS refiere que la hipertensión arterial es un trastorno donde de manera persistente los vasos sanguíneos tienen una presión elevada. La tensión arterial se produce por la fuerza de la sangre que empuja las paredes de las arterias cada vez que el corazón bombea. Así, entre más alta es esa tensión, más difícil será que el corazón pueda bombear la sangre.
Cuando la hipertensión no manifiesta síntomas o no es tratada, puede incrementar las enfermedades cardiovasculares, cerebrales y renales, entre otras.
Lee también:: Hipertensión en el embarazo: todo lo que debes saber
Clasificación
La hipertensión arterial de la embarazada se clasifica en 4 tipos:
- Hipertensión crónica: cuando la tensión arterial es alta desde antes del embarazo.
- Hipertensión gestacional: cuando la tensión arterial aumenta por primera vez después de la semana 20 de embarazo. No hay signos de daño a órganos.
- Hipertensión inducida por el embarazo: también se le conoce como preeclampsia y se presenta después de las 20 semanas de gestación. Complica entre el 3 a 5 % de los embarazos y produce daño en otros órganos, como el riñón, el hígado, la sangre o el cerebro.
- Hipertensión crónica con preeclampsia: en este caso, la hipertensión crónica hace que empeore la tensión arterial durante el embarazo.
Riesgos de la hipertensión en el embarazo
Una presión arterial alta durante el embarazo puede presentar diferentes riesgos. Por ejemplo, puede llegar menor flujo de sangre a la placenta y afectar el suministro de oxígeno y nutrientes al feto. En otros casos, ocurre un desprendimiento de placenta con sangrado intenso y, en casos más extremos, parto prematuro.
Entre los factores dietéticos que más afectan la hipertensión, la deficiencia o exceso en algunos nutrientes y el alto consumo de sal y de grasa visible, así como la obesidad, son de los más estudiados.
Nutrientes a controlar en la hipertensión de la embarazada
De acuerdo con la OMS, una dieta sana y equilibrada debería ayudar a reducir el riesgo de preeclampsia. Sin embargo, hay algunos nutrientes clave, además del sodio y el potasio, que ayudan a prevenir la hipertensión de la embarazada.
Calcio
La revista Nutrients revela que la baja ingesta de calcio puede conducir a una presión arterial alta al estimular la liberación de ciertas hormonas. Estas provocan constricción y aumento de la resistencia de los vasos sanguíneos e incrementan la presión arterial.
Se recomienda una suplementación de 1 gramo de calcio al día desde las 20 semanas hasta el parto. Las de mayor riesgo deben ingerir entre 1 a 2 gramos diarios. Por su parte, las principales fuentes alimenticias de calcio son los quesos frescos como el cottage, el yogur, el requesón y la leche descremada, entre otros.
Vitamina D
La vitamina D puede ser protectora contra la hipertensión por su capacidad para regular las respuestas proinflamatorias, promover la formación de vasos sanguíneos y disminuir la presión arterial. Además, la suplementación da como resultado una disminución del estrés oxidativo.
En las mujeres embarazadas se recomienda una suplementación de 10 a 25 microgramos al día para reducir el riesgo de preeclampsia. Una revisión publicada en el Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism ha mostrado que la deficiencia en sangre de la vitamina D, entre de 50 y 75 nanomol por litro, es un riesgo para desarrollarla. Sin embargo, otros investigadores opinan que deben diseñarse más ensayos clínicos al respecto.
Selenio
Una revisión plasmada en la revista Journal of Reproductive inmunology explica que el selenio forma parte de unas proteínas llamadas selenoproteínas. Estas reducen el estrés oxidativo y la inflamación característicos de la preeclampsia.
Una revisión llevada a cabo en 2020 muestra que un nivel bajo de selenio puede ser un riesgo de preeclampsia. Por este motivo, se recomienda aumentar el consumo de sus fuentes alimenticias, como los pescados y mariscos. Para ello, se deben incluir más de 2 raciones a la semana. Además, se debe tomar un suplemento para el embarazo que contenga entre 50 a 100 microgramos de selenio al día. También, se recomienda el consumo de huevos, granos, pollo e hígado, entre otros.
Ácido fólico
Un 85 % de los estudios señalan que las embarazadas con preeclampsia tienen una concentración del aminoácido homocisteína más alta. Así, cuando el folato está bajo, aumenta la concentración de homocisteína. Por su parte, el folato reduce la presión arterial, el estrés oxidativo y restaura el flujo de sangre mediante cambios en el tono y el diámetro del vaso sanguíneo.
Como medida de protección se recomienda una ingesta diaria de 400 microgramos diarios de ácido fólico durante el primer trimestre. Las principales fuentes de fólico son las hortalizas y vegetales de color verde oscuro, como las coles, las espinacas, las acelgas, la rúcula, el brócoli y los repollitos de Bruselas, entre otros.
Lee también:: La importancia del ácido fólico en el embarazo
Ácidos grasos omega-3
Algunas investigaciones han encontrado que las embarazadas que consumen 100 miligramos de los omega-3, DHA y EPA, disminuyeron el riesgo de preeclampsia. Lo mismo ocurrió cuando ingirieron una porción de pescado al día. Sin embargo, el pescado, además de los omega-3, también contiene péptidos bioactivos con actividades antihipertensivas, antioxidantes y antiinflamatorias.
Hay que tener en cuenta que los pescados y mariscos que más los contienen son el salmón, la caballa, las sardinas, el boquerón, el arenque, el atún, las anchoas y las ostras, entre otros.
Fibra dietética
Las embarazadas con preeclampsia cursan con los triglicéridos y el colesterol malo LDL aumentado. La fibra dietética logra reducirlos, tal como lo revelan varios estudios. Al mismo tiempo, la fibra ayuda a reducir la presión arterial y la inflamación.
Se sugiere aumentar el consumo de fibra entre 27 a 30 gramos al día durante el embarazo. Sin embargo, se hace énfasis en que por encima de este valor el riesgo puede aumentar. Por su parte, los cereales y los granos integrales, las legumbres, las frutas enteras, las hortalizas y otras verduras son buena fuente de fibra.
Sodio y potasio
El exceso de sodio y el déficit de potasio tiene un efecto directo en el aumento de la tensión arterial. Por eso, se debe bajar o eliminar la sal, así como todos aquellos alimentos procesados que la contengan. Al mismo tiempo, en caso de déficit, hay que aumentar el consumo de frutas y hortalizas que contienen potasio.
Otras recomendaciones
El médico obstetra y el nutricionista son los encargados de controlar la hipertensión en la mujer embarazada. Las recomendaciones dietéticas establecidas para la vitamina D, el calcio, el selenio, el sodio, el potasio, los omega-3, la fibra y el ácido fólico, deben combinarse con otras estrategias preventivas. Por ejemplo, establecer políticas de detección y la indicación de agentes farmacológicos por parte del médico tratante.
Como el sodio es un mineral de cuidado en la hipertensión, se recuerda excluir aquellos alimentos que lo contienen en exceso. Por ejemplo, procesados, enlatados, quesos madurados, productos de panificación, derivados cárnicos y cualquier otro que determine el profesional de salud.
Una forma de llevar un embarazo saludable es incluir una alimentación variada y equilibrada desde el inicio. En ella deben predominar las proteínas magras, los cereales integrales, las legumbres, las grasas omega-3, las frutas y los vegetales frescos mínimamente procesados.
Bibliografía
Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.
- Arvizu, M., Afeiche, M. C., Hansen, S., Halldorsson, T. F., Olsen, S. F., & Chavarro, J. E. (2019). Fat intake during pregnancy and risk of preeclampsia: a prospective cohort study in Denmark. European journal of clinical nutrition, 73(7), 1040–1048. https://doi.org/10.1038/s41430-018-0290-z
- Cheteu Wabo, T. M., Wu, X., Sun, C., Boah, M., Ngo Nkondjock, V. R., Kosgey Cheruiyot, J., Amporfro Adjei, D., & Shah, I. (2022). Association of dietary calcium, magnesium, sodium, and potassium intake and hypertension: a study on an 8-year dietary intake data from the National Health and Nutrition Examination Survey. Nutrition research and practice, 16(1), 74–93. https://doi.org/10.4162/nrp.2022.16.1.74
- Kinshella, M.-L., Omar, S., Scherbinsky, K., Vidler, M., Magee, L., von Dadelszen, P., Moore, S., et al. (2021). Effects of Maternal Nutritional Supplements and Dietary Interventions on Placental Complications: An Umbrella Review, Meta-Analysis and Evidence Map. Nutrients, 13(2), 472. MDPI AG. Retrieved from http://dx.doi.org/10.3390/nu13020472
- Mardali, F., Fatahi, S., Alinaghizadeh, M., Kord Varkaneh, H., Sohouli, M. H., Shidfar, F., & Găman, M. A. (2021). Association between abnormal maternal serum levels of vitamin B12 and preeclampsia: a systematic review and meta-analysis. Nutrition reviews, 79(5), 518–528. https://doi.org/10.1093/nutrit/nuaa096
- Organización Mundial de la Salud. OMS. Hipertensión. Disponible en: https://www.who.int/es/health-topics/hypertension#tab=tab_1
- Qiu, C., Coughlin, K. B., Frederick, I. O., Sorensen, T. K., & Williams, M. A. (2008). Dietary fiber intake in early pregnancy and risk of subsequent preeclampsia. American journal of hypertension, 21(8), 903–909. https://doi.org/10.1038/ajh.2008.209
- Roberts, J. M., & Bell, M. J. (2013). If we know so much about preeclampsia, why haven't we cured the disease?. Journal of reproductive immunology, 99(1-2), 1–9. https://doi.org/10.1016/j.jri.2013.05.003
- Senevirathne, M., & Kim, S. K. (2012). Development of bioactive peptides from fish proteins and their health promoting ability. Advances in food and nutrition research, 65, 235–248. https://doi.org/10.1016/B978-0-12-416003-3.00015-9
- Singh, D. K., Sinha, N., Bera, O. P., Saleem, S. M., Tripathi, S., Shikha, D., Goyal, M., & Bhattacharya, S. (2021). Effects of diet on hypertensive disorders during pregnancy: A cross-sectional study from a teaching hospital. Journal of family medicine and primary care, 10(9), 3268–3272. https://doi.org/10.4103/jfmpc.jfmpc_96_21.
- Tabesh, M., Salehi-Abargouei, A., Tabesh, M., & Esmaillzadeh, A. (2013). Maternal vitamin D status and risk of pre-eclampsia: a systematic review and meta-analysis. The Journal of clinical endocrinology and metabolism, 98(8), 3165–3173. https://doi.org/10.1210/jc.2013-1257
- Villa-Etchegoyen, C., Lombarte, M., Matamoros, N., Belizán, J. M., & Cormick, G. (2019). Mechanisms involved in the relationship between low calcium intake and high blood pressure. Nutrients, 11(5), 1112.
- Winther, K. H., Rayman, M. P., Bonnema, S. J., & Hegedüs, L. (2020). Selenium in thyroid disorders - essential knowledge for clinicians. Nature reviews. Endocrinology, 16(3), 165–176. https://doi.org/10.1038/s41574-019-0311-6