Defender a nuestro hijo es una prioridad. Aquí te explicamos algunas razones por las cuales debes conocer sus derechos.
Como seres humanos todos tenemos derechos. Sin embargo, los niños tienen unos propios los cuales se ajustan a su realidad particular. De hecho, frente al derecho nacional e internacional, ellos son sujetos prioritarios y de protección.
Por tal razón, sus garantías son una prioridad de todos los adultos que los rodean. Como padres no solo debemos conocer sus derechos, sino que además es vital enseñárselos a ellos, para que tengan conciencia de estos.
A continuación 5 razones que debes tener presente con respecto a los derechos de tu retoño.
El niño es un ser pensante que merece respeto a sus garantías
1. Respetar a nuestros niños cuando se es adulto
Muchas veces creemos que por ser adultos lo sabemos todo. Cuando llega el momento de tener hijos pensamos que ellos solo deben ser obedientes, porque asumimos no saben lo “suficiente”.
No hay nada más alejado de la realidad que esta idea. Los pequeños, ven, sienten, padecen y sacan sus propias conclusiones desde sus capacidades. Aunque tengan conceptos limitados pueden entender lo que ocurre a su alrededor.
La mayoría de las veces nosotros nos olvidamos de la importancia de escucharlos y hacer respetar su voz. Por eso, leer sus derechos nos permiten recordar que son seres consientes y que su opinión también tiene peso.
Criar a un niño consciente de su libertad es garantizar un buen ciudadano en el futuro
2. No olvidar que son seres libres
Por muy pequeños que sean, los niños son libres y esto está establecido en la declaración de sus derechos. Este principio está contenido en diversas leyes y constituciones nacionales. La libertad no puede ser letra muerta, es real y legal.
Todo hijo está bajo el cuidado y responsabilidad de sus padres. Esto significa que no somos sus dueños, sino sus protectores y garantes de su bienestar. Como progenitores jamás debemos censurarlos o privarlos de lo que les pertenece.
Por el contrario, nuestra labor es entenderlos y darles las herramientas para que de forma progresiva ellos, en el futuro puedan usar sus libertades. Esta noción a veces se nos olvida cuando ejercemos algún rol de autoridad. ¡Mucho cuidado!
Contribuyamos a reducir las violaciones de los derechos a menores
3. Defender a los niños con derechos vulnerados
La mayoría de nosotras tratamos a nuestros hijos con mucho amor y cumplimos con sus necesidades básicas y complementarias. Sin embargo, todas hemos visto algún pequeño en situación de precariedad o víctima de algún abuso.
La verdad es que en todas partes hay infantes abandonados, mal atendidos, maltratados y con carencias. Hay padres que no tratan bien a sus propios hijos y lo vemos en las calles a diario. ¡No seamos cómplices y denunciemos estos casos!
Como adultos es posible velar por todos los niños. Si observamos a un pequeñín pasando por este tipo de aprietos nuestro deber es contactar a las autoridades y denunciar a los culpables. Tú podrías salvar una vida inocente en cualquier momento.
Una atención oportuna hace la diferencia entre la vida y la muerte
4. Darles ventajas ante las dificultades
Es muy común citar el derecho que corresponde “a que un niño debe estar entre los primeros en recibir ayuda ante cualquier circunstancia”. Esto demuestra que son la prioridad social ante cualquier emergencia.
Por ejemplo, tu pequeño tiene problemas de salud y requiere atención de emergencia, él centro médico al que acudan está en la obligación de atenderlo de inmediato. Ni el dinero, ni la cantidad de personas deben interponerse cuando se trata de niños.
Lo mismo ocurre ante cualquier crimen, abuso, necesidad de asesoría legal y catástrofe natural. En primer lugar, porque son muy débiles y en segundo lugar, son el futuro.
Motívalo a aprender y reforzarás sus instinto de protección
5. Para que se los enseñes y le ayudes a protegerse
Lo ideal será que como madre consciente primero te los aprendas para que luego se los enseñes y así puedas ayudar al niño a aclarar su alcance y significado. Al conocer sus derechos, tu chiquillo entenderá lo valioso que es y su autoestima aumentará al 100%.
Posteriormente, él mismo será el propio vigilante de sus derechos, evitando que otras personas le hagan daño. Tu hijo te informará de cualquier situación irregular que le ocurra y eso te permitirá actuar para defenderlo.
Pronto también transmitirá sus enseñanzas a los amiguitos. Esto es como una cadena de voluntades que logrará optimizar la protección de nuestros consentidos. La construcción de un mundo mejor está en tus manos.
Un repaso a la Convención sobre los Derechos del Niño
Este documento ratificado por todos los Estados, contiene 54 artículos y fue aprobado por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 20 de noviembre de 1989. Sus principios son:
- El derecho a la igualdad, sin distinción de raza, religión o nacionalidad.
- El derecho a tener una protección especial para el desarrollo físico, mental y social del niño.
- El derecho a un nombre y a una nacionalidad desde su nacimiento.
- El derecho a una alimentación, vivienda y atención médicos adecuados.
- El derecho a una educación y a un tratamiento especial para aquellos niños que sufren alguna discapacidad mental o física.
- El derecho a la comprensión y al amor de los padres y de la sociedad.
- El derecho a actividades recreativas y a una educación gratuita.
- El derecho a estar entre los primeros en recibir ayuda en cualquier circunstancia.
- El derecho a la protección contra cualquier forma de abandono, crueldad y explotación.
- El derecho a ser criado con un espíritu de comprensión, tolerancia, amistad entre los pueblos y hermandad universal.
Plantean los organismos que velan por la protección de la infancia, como UNICEF, que en los adultos recae la responsabilidad de cuidarlos y de satisfacer sus necesidades. Por otro lado, que los gobiernos deben ser cuidadosos a la hora de emitir sus políticas, porque todas afectan de alguna manera a los niños.
También repercuten en ellos, los feńomenos globales como el cambio climático, la digitalización, la migración y los patrones de empleo, así como las transformaciones de la estructura familiar.
Las experiencias tempranas de los niños intervienen produndamente en su desarrollo, lo que a la larga determinará el curso de la sociedad.
Bibliografía
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- Casas-Muñoz, A., & Loredo-Abdalá, A. (2014). ¿ Por qué debemos conocer los derechos de niñas, niños y adolescentes?. Acta pediátrica de México, 35(6), 437-439. https://www.medigraphic.com/pdfs/actpedmex/apm-2014/apm146a.pdf
- MacCormick, N. (1988). Los derechos de los niños: una prueba de fuego para las teorías de los derechos. Anuario de filosofía del derecho, (5), 293-306. https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/142142.pdf