Desde que te convertiste en madre, casi que se te ha olvidado tu nombre. Ahora, normalmente eres “mamá”. Tu mente está constantemente centrada en las necesidades de tus hijos y en su bienestar y ya casi no recuerdas en qué empleabas tu tiempo libre antes de que ellos nacieran. Sin darte cuenta, has dejado de lado esos otros roles de esposa, amiga, hija y mujer y sientes que te pierdes en el proceso. ¿Esto te ocurre? Si es así, no te preocupes, se trata de algo mucho más común de lo que crees y hoy vamos a compartirte algunas claves para recuperar tu identidad después de tener hijos.
Esta pérdida de la identidad y de la individualidad es natural y comprensible hasta cierto grado. Durante el posparto, la oxitocina pone en marcha y potencia una serie de conductas maternales encaminadas a garantizar la supervivencia y el bienestar del bebé. Es por eso que tu atención está siempre alerta ante sus necesidades y tu pequeño se convierte en el centro de tu mundo.
Sin embargo, también hay una fuerte imposición cultural que perpetúa la imagen de la madre abnegada y sacrificada que se abandona a sí misma para darse a su familia. Y muchas mujeres la asumen como propia y se sienten culpables cuando se desvían de este estrecho sendero. Pero lo cierto es que tus pequeños te necesitan feliz, plena y realizada. Por ello, es importante que recuperes tu identidad después de tener hijos.
Claves para recuperar tu identidad después de tener hijos
Estas son algunas pautas que puedes aplicar para recuperar tu identidad y tu bienestar en este complejo momento de transformaciones que estás experimentando.
Asume tu derecho a ser más que madre
El primer paso para salir de esta situación es que te creas tu derecho a recuperar tu identidad. Has de borrar de tu mente la idea de que eres egoísta por pensar en ti y no solo en tu bebé. Debes desechar la culpa cuando dedicas tiempo a otras personas o actividades.
Recuerda que solo una madre sana y feliz puede ofrecer unas buenas condiciones de crianza a sus hijos. Si estás agotada, frustrada y triste, trasladarás estas emociones a tu día a día con ellos y no podrás ser la madre que deseas ser. Necesitas cuidarte y sentirte bien para protegerlos y criarlos bien.
Practica el autocuidado
Es muy común que las madres se abandonen tan pronto como llegan sus hijos al mundo. Siempre se dejan en el último lugar, por lo que descuidan su aspecto, su descanso y su salud. Es hora de revertir esta situación y de volver a ocuparte de ti misma.
Comienza por atender tus necesidades básicas. Aliméntate bien, procura descansar lo suficiente, busca momentos para hacer ejercicio y para nutrir tu mente. En la vorágine diaria de una familia esto parece misión imposible, pero si haces de esto una prioridad encontrarás el modo de hacer pequeños avances.
Algo tan sencillo como tomarte un tiempo para darte crema después de la ducha, practicar la respiración durante 10 minutos al día o prepararte tu comida favorita puede marcar la diferencia. Por ello, procura cada día hacer algo por ti, aunque sea algo pequeño.
Cultiva tus relaciones
Muchas madres sienten fuertemente la soledad de la maternidad cuando su único contacto social se reduce a su pequeño. Necesitas relacionarte con tu pareja, con familiares y con amigos. Por esto, es importante que busques momentos para tener una rica conversación telefónica o para pasar un par de horas en su compañía.
En estos momentos, evita que la conversación gire en torno al bebé y aprovecha para hablar de ti y de los otros. Esa es una excelente forma de recordar cuánto tienes por aportar como persona y de sentirte apreciada y reconocida por quien eres.
Recupera y adapta tus aficiones
La mejor forma de recuperar tu identidad como mujer es recuperar tus aficiones e intereses. Aquello que siempre te motivó o te hizo sentir realizada. Puede ser la pintura, la música, el deporte, la lectura o el cine. En cualquier caso, ya no encuentras cabida para estas actividades en tu nueva vida.
Si es así, es importante adaptarlas y buscarles ese espacio. Por ejemplo, puedes acudir a clases de yoga para madres y bebés, poner tu música favorita en casa o leer un libro mientras tu bebé duerme. Aunque parezca insignificante, es la forma de volver a conectar con tu esencia e integrarla en tu nueva vida de mamá. Al fin y al cabo, no tienes que escoger ni renunciar a nada, sino integrar.
Delega y pide ayuda para recuperar tu identidad después de tener hijos
Es cierto que la falta de tiempo es uno de los mayores obstáculos para poder cumplir con los anteriores pasos. Si eres la principal encargada de ocuparte de tu bebé, te será más difícil atenderte a ti misma, a tus relaciones y a tus aficiones. Por esto es fundamental aprender a delegar.
Sabemos que sientes que nadie podrá cuidar a tu bebé tan bien como tú, pero no hay inconveniente en pedir ayuda en ocasiones. De hecho, para tu hijo también será positivo establecer vínculos con otras personas. Por eso, organízate con tu pareja para poder tener momentos propios y no tengas miedo de pedir ayuda a familiares o amigos para que cuiden a tu pequeño en ciertas ocasiones.
En suma, para no perderte a ti misma en el proceso de ser madre, tendrás que hacer un esfuerzo por cuidarte y priorizarte. Habrá que vencer la inercia, la culpa y el miedo y recordar que al recuperar quien eres le estarás dando a tus hijos el mejor ejemplo. Una mujer sana, equilibrada y feliz es mucho más capaz de ofrecer paciencia, afecto y guía positiva a sus niños.
Bibliografía
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- Caba, M. (2003). Oxitocina: la hormona del amor materno. La Ciencia y el Hombre, enero-abril 2003 , no. 1, p. 37-42
- Molina Torterolo, S. (2014). El mito del instinto maternal y su relación con el control social de las mujeres. Facultad de Psicología de la Universidad de la República.