Masturbación en la adolescencia: lo que deben saber los padres

Quizás te cuesta hacerte a la idea de que ese niño o niña que ayer dormía entre tus brazos hoy es una persona con deseos propios. Quizás proviene de la educación conservadora que recibiste o de lo que no te enseñaron acerca del desarrollo de la sexualidad. Es posible que si perteneces a cierta generación y te remontas a tus años de infancia, jamás hayas hablado con tus padres de ciertos temas.

Sin embargo, no hacerlo no implica que no suceda, pues la sexualidad está allí, desde que nacemos hasta que morimos. Y se expresa de diferentes maneras, según la etapa de la vida en la que nos encontremos. Pero existe siempre y nos atraviesa como seres humanos.

Uno de los momentos más desafiantes para los progenitores en torno a la sexualidad de sus hijos tiene que ver con la masturbación, pues es el momento en el que surge la curiosidad y el deseo de explorar la genitalidad. En la adolescencia, este aspecto es un factor clave del desarrollo normal y hoy vamos a ayudarte a entender mejor de qué se trata y cómo abordar el tema con tus hijos.

Qué implicancias tiene la masturbación en la adolescencia

A veces, el “despertar” de la curiosidad por los genitales y las sensaciones que se experimentan durante la masturbación toma a los adultos por sorpresa. De hecho, no siempre se cuentan con las herramientas para abordar el tema con los hijos, ya sea por la propia educación recibida, por la desinformación actual o por la vergüenza y el pudor que giran en torno a estos temas. Sin embargo, es importante romper ciertas barreras y lograr acercarse a los jóvenes para guiarlos en este y otros temas.

El desarrollo de la sexualidad es un fenómeno natural y la masturbación forma parte de un proceso fisiológico y saludable. Este acto constituye una forma de explorarnos, descubrirnos, comprender qué es lo que nos gusta y qué no, con qué nos sentimos cómodos o incómodos.

Además de ser una cuestión vinculada a la genitalidad, como parte del desarrollo sexual la masturbación tiene otras implicancias. Se relaciona al establecimiento de las relaciones sexoafectivas, al respeto por los otros, al cuidado del propio cuerpo y sus necesidades y al autoconocimiento.

Por eso, abordar la masturbación desde una mirada positiva implica brindarle a los hijos herramientas útiles para sentar bases seguras de unas relaciones sanas, plenas, respetuosas y de cuidado mutuo.

Algunas recomendaciones para hablar sobre la masturbación en la adolescencia

Antes de hablar sobre la sexualidad y la masturbación con tus hijos adolescentes, revisa algunas de estas sugerencias:

• Analiza lo que sabes (y crees que sabes) acerca de la masturbación. De este modo, podrás identificar cuáles son tus prejuicios, derribar los mitos y evitar transmitir ideas erróneas a tus hijos.
• Evita hacer una diferencia por género. La masturbación no es exclusiva de los varones, pues las mujeres también pueden hacerlo. De este modo, evita generar una idea equivocada o diferencial entre chicas y chicos.
• Ten presente que es tan nocivo no hablar de la masturbación y de la sexualidad, como hacerlo de una manera inadecuada. Esto quiere decir que ciertos temas se presentan y surgen de acuerdo al momento evolutivo de los hijos y que no hay que forzar situaciones o temáticas porque “es mejor que sepan de más y no de menos”. La comprensión e integración de la información va de la mano con la madurez de cada niño o joven y las explicaciones siempre deben ser graduales y claras.
• Establece algunas normas en torno a la masturbación. Hay que normalizar que las personas se masturban y que no debería sentirse ninguna vergüenza por eso. Sin embargo, se trata de un acto íntimo y que, si se hace con otra persona, debe haber un consentimiento de ambas partes. También, implica no dar detalles al respecto, si el que lo hace no desea darlos o su entorno no desea conocerlos.
• El cómo es tan importante como el qué. Tus gestos, tu tono de voz, tu lenguaje corporal también transmite mucha información, más allá del contenido en sí. Procura entonces no contradecir lo que dices con aquello que haces. En este sentido, si notas que no sabes cómo abordar el tema o te causa incomodidad, puedes valerte de recursos audiovisuales.
• Pregunta qué es lo que saben o piensan tus hijos. Muchas veces, los jóvenes manejan ideas equivocadas, las cuales les impiden conectar de un modo saludable con la sexualidad y los lleva a vivirla con culpa.

No tengas miedo de admitir que no lo sabes todo

Por último, es importante que los adultos nos relajemos con la idea de tener todas las respuestas a todas las preguntas. Si hay algo que los hijos vienen a enseñarnos es que más de una vez se aprenderá con ellos y de ellos. Por eso, lo mejor es admitir las propias limitaciones, informarse para buscar una respuesta o incluso, descubrirla en conjunto.

Si esperamos a que sean expertos antes de experimentar su propia sexualidad, llegaremos tarde. Es mejor generar el espacio de intercambio y darles a los adolescentes la posibilidad de adquirir a tiempo las herramientas útiles para disfrutar de una vida plena.