El foie grass es un producto que se elabora a partir de las grasas de los animales, generalmente del pato o de la oca. Si bien se trata de un comestible nutritivo, durante ciertas etapas de la vida hay que restringir su ingesta, pues aumenta el riesgo microbiológico. Hoy te vamos a contar si el embarazo es uno de esos momentos en los que vale excluirlo de la dieta.
Antes de comenzar hay que destacar que la optimización de la dieta durante el periodo gestacional es crucial, pues es necesario asegurar un aporte suficiente de nutrientes esenciales para el feto. De lo contrario, se podría poner en peligro su desarrollo y su salud a futuro.
Dicho todo esto, ¡empecemos!
Beneficios del foie grass para el organismo
Desde el punto de vista nutricional, hay que destacar la presencia de ácidos grasos insaturados en el foie grass. Estos compuestos contribuyen a modular los mecanismos inflamatorios del organismo. Esto se traduce en una mejor preservación de la salud cardiovascular, tal como evidencia una investigación publicada en la revista Circulation. Incluso, la ingesta de este tipo de grasas mejora en el perfil lipídico de quien las consume.
Además de los beneficios cardiovasculares, la ingesta de ácidos grasos ofrece otros beneficios. Por ejemplo, sirven como medio de transporte para las vitaminas liposolubles, lo que evita carencias en nutrientes claves para el mantenimiento de la salud. Entre estas se puede mencionar la vitamina D, la cual se produce a través de la piel, pero también se ingiere a través de los alimentos. En general, la población suele tener carencia en este nutriente crucial, sobre todo luego del confinamiento de la pandemia de COVID-19.
Consumo de foie grass en el embarazo
En el supermercado se pueden encontrar diferentes variedades de foie grass y esto es lo que determinará la posibilidad o no de incluirlo en la dieta de las mujeres embarazadas.
Aquel producto que sea fresco, semicocido o en forma de paté se debe evitar durante el periodo gestacional, pues podría contener bacterias patógenas capaces de dañar al feto. Tal como sucede con los embutidos.
Sin embargo, también cabe la alternativa de adquirir una conserva de foie grass que haya superado un proceso de esterilización previo, con una cocción a temperatura superior a los 110 grados. En este caso, el riesgo microbiológico se elimina, ya que los gérmenes estar presentes en el alimento se destruyen con ese nivel de calor.
Otros alimentos que conviene evitar durante el embarazo
El foie grass fresco o semicrudo no es el único comestible que se debe eliminar de la pauta de la embarazada. También se desaconseja el consumo de embutidos, de salsas elaboradas con huevos crudos o de quesos frescos o azules. El motivo es el mismo: existe mayor riesgo de contaminación bacteriana de los comestibles y esto puede causar daños en el feto o producir un aborto espontáneo.
Normalmente, los alimentos de origen animal cuentan con un mayor riesgo microbiológico que los vegetales. Para evitar un desenlace adverso, basta con asegurar un cocinado completo de las carnes, el huevo, los lácteos y sus derivados. Por supuesto, habrá que evitar totalmente el consumo de preparación como el steak tartare y similares.
Lo mismo que mencionamos antes aplica para el pescado, ya que también puede estar contaminado con bacterias y parásitos. Incluso, la ingesta de peces de gran tamaño está desaconsejada, porque acumulan metales pesados en su interior.
El calor destruye a los microorganismos patógenos, pero además de prestar atención a la cocción y a la elaboración, es preciso ser muy cautos con la conservación de los comestibles.
Algún tipo de foie grass se puede comer en el embarazo
Como has podido comprobar, existen algunas variedades de foie grass que se pueden comer en el embarazo, siempre y cuando se comercialicen en conserva y hayan sido sometidas a un proceso térmico de esterilización. De lo contrario, podrían existir bacterias en su interior capaces de afectar al feto y a su mamá.
Para terminar, recuerda que es clave plantear una dieta óptima durante la gestación, que satisfaga las necesidades nutricionales del binomio. Algunos suplementos son de consumo obligatorio, como el ácido fólico. Incluso, conviene plantear un aporte extra de hierro, ya que este mineral cuenta con una tasa de absorción baja y modula el transporte de oxígeno a través de la sangre. Un déficit del mismo puede dar lugar a la anemia.
Bibliografía
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