Durante la gestación debería limitarse el consumo de determinados alimentos por su riesgo microbiológico o por presentar un peligro para el feto. Es necesario cuidar más que nunca la pauta dietética en este momento, ya que de ello puede depender la salud futura del bebé. Por este motivo, te vamos a contar si se debe comer jamón en el embarazo.
Lo primero que has de tener claro es que existen muchas bacterias que no suponen ningún riesgo para los adultos, pero que pueden causar grandes daños al feto si llegan a él mediante la placenta. Una infección durante esta etapa podría condicionar negativamente el desarrollo y provocar problemas neurológicos o retrasos en el crecimiento posterior e incluso abortos.
Algún tipo de jamón puede consumirse en el embarazo
Los embutidos pueden contener en su interior una bacteria conocida como toxoplasma. Esta causa una patología que no resulta peligrosa para la madre, pero sí para el bebé que crece en su interior. Por este motivo, se recomienda como norma general evitar su consumo. Sin embargo, con el jamón podría ser distinto, ya que si el proceso de curación supera los 18 meses, la bacteria se destruiría, de acuerdo con la información brindada por el Centro Tecnológico Agroalimentario.
De todos modos, existe la posibilidad de que la mujer ya haya desarrollado y superado la toxoplasmosis en algún momento previo a la gestación. En este caso no habría riesgo, ya que existirían los anticuerpos necesarios para hacer frente con solvencia a la enfermedad. En el caso contrario, la vida del feto podría verse en peligro, según un estudio publicado en la European Journal of Obstetrics, Gynecology and Reproductive Biology.
Por otra parte, hay que tener en cuenta que el jamón ibérico cuenta con al menos 24 meses de curación, por lo que está permitido su consumo en cualquier circunstancia. En el resto de los productos, habrá que contrastar cuál ha sido el periodo de curación para saber si es seguro incluir el alimento en la dieta de la embarazada.
No se prohíbe el consumo de jamón en el embarazo
Los expertos sanitarios han dejado de prohibir el consumo de jamón en el embarazo, aunque con ciertos matices. No obstante, la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia recomienda prudencia y alerta que es necesario realizar más ensayos al respecto. Lo que sí se ha demostrado es que el desarrollo de la toxoplasmosis es muy nocivo en el feto y que causa daños cardiovasculares y neurológicos.
Comer jamón en forma segura
De todos modos, existe una alternativa para poder incluir el jamón en la dieta durante el embarazo de manera segura. Consiste en someter el alimento a un proceso de congelación previo. En este caso, el frío elimina la capacidad infectiva del toxoplasma, siempre y cuando se mantenga el comestible durante más de 48 horas bajo temperaturas inferiores a -20 grados. Es importante destacar que muchos congeladores domésticos no alcanzan este punto.
Por otra parte, cabe la opción de realizar una prueba para conocer si existen anticuerpos contra el toxoplasma. Sin embargo, en el caso de que se hayan generado durante etapas anteriores, se podrá comer jamón en el embarazo sin ningún tipo de problema. En el resto de los casos lo mejor es respetar el principio de precaución y congelar primero el alimento.
Ten en cuenta que ante cualquier duda siempre puedes consultar con un especialista en nutrición para que te aconseje de manera individual. Existen más precauciones a nivel dietético que se han de poner en marcha durante este periodo para asegurar que todo salga bien.
Se puede comer jamón en el embarazo
Como has visto, es posible comer jamón en el embarazo. Será necesario esperar a que salgan más estudios que confirmen si realmente el proceso de curación elimina por completo los riesgos. Por lo pronto, es mejor ser conservadores y asegurar un proceso de congelado previo o comprobar si se ha pasado ya la enfermedad antes de introducir este alimento en la dieta. A pesar de que se trata de un comestible de buena calidad, existen otras alternativas con un buen perfil nutricional.
Por último, ten en cuenta que durante la gestación será necesario optimizar la pauta con el objetivo de asegurar el correcto desarrollo del feto. Ciertos requerimientos vitamínicos y nutricionales están aumentados, por lo que puede ser preciso realizar algunas modificaciones y ajustes con el fin de satisfacer las demandas. De lo contrario, se podrían experimentar retrasos en el crecimiento o problemas en la salud metabólica futura del bebé.
Bibliografía
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- Ahmed, M., Sood, A., & Gupta, J. (2020). Toxoplasmosis in pregnancy. European journal of obstetrics, gynecology, and reproductive biology, 255, 44–50. https://doi.org/10.1016/j.ejogrb.2020.10.003
- Paquet, C., & Yudin, M. H. (2018). No. 285-Toxoplasmosis in Pregnancy: Prevention, Screening, and Treatment. Journal of obstetrics and gynaecology Canada : JOGC = Journal d'obstetrique et gynecologie du Canada : JOGC, 40(8), e687–e693. https://doi.org/10.1016/j.jogc.2018.05.036