Los batidos de proteínas durante el embarazo, ¿son seguros?

Este tipo de suplementos pueden ser útiles. Sin embargo, hay que tener en cuenta algunas consideraciones importantes. Toma nota de todos los detalles a continuación.
Los batidos de proteínas durante el embarazo, ¿son seguros?
María Patricia Piñero

Revisado y aprobado por la nutricionista María Patricia Piñero.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 19 abril, 2023

Existen muchos productos alimentarios cuyo uso genera dudas durante la gestación. Para algunos ya se dispone de consejos de consumo, pero poco se habla de los batidos de proteínas en el embarazo.

Por el momento, los efectos concretos sobre su inclusión en la dieta de la mujer embarazada no se han evaluado. Pero pueden ser una opción válida en algunas ocasiones, si se toman de forma puntual y bajo el consejo médico.

Para saber más sobre los tipos de suplementos proteicos, su presencia en el embarazo y cómo elegir un producto adecuado, te animamos a seguir leyendo el artículo.

Las proteínas en el embarazo

Durante la gestación, la alimentación correcta permite el aporte óptimo de nutrientes al bebé, el avance adecuado del embarazo y el bienestar y la salud de la madre.

Para poder asegurar dichos objetivos, existe un consenso acerca del aumento de las necesidades energéticas y de algunos nutrientes concretos en la dieta de la mujer embarazada.

Uno de ellos son las proteínas. Tal y como indican los autores Elango y Ball, estas son cruciales para garantizar un resultado favorable en la gestación.

Se trata de un macronutriente necesario para el rápido crecimiento del feto, el mantenimiento del equilibrio en la madre y la preparación para la lactancia.

Según la American Pregnancy Association, las recomendaciones de ingesta son de entre 75 y 100 gramos de proteínas diarias. Su aporte se ve aumentado durante el segundo y el tercer trimestre de la gestación.



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Las proteínas son un nutriente importante durante el embarazo y sus necesidades se han de cubrir, de manera prioritaria, con alimentos.

Hay que tener en cuenta que, según se puede leer en la revista Nutrients, tanto el déficit como el exceso proteico son perjudiciales. Tomar cantidades por debajo de las sugeridas se asocia con problemas de peso y talla insuficientes al nacer.

Por el contrario, una sobre ingesta puede conducir a dificultades en el desarrollo fetal. Otros estudios aparecidos en The American Journal of Clinical Nutrition, han mostrado que también se relaciona con un mayor riesgo de nacimiento prematuro, peso bajo al nacer o presión arterial elevada en las madres.

Los batidos de proteínas en el embarazo

Para cubrir estas necesidades energéticas y nutritivas aumentadas, los especialistas de MayoClinic aconsejan basar la dieta en alimentos nutritivos y saludables. Las proteínas tienen que provenir, de forma prioritaria, de fuentes como:

  • Pescado blanco y azul (a elegir entre las variedades con un bajo contenido de mercurio).
  • Tofu y tempeh.
  • Legumbres.
  • Huevos.
  • Carnes magras.
  • Lácteos, queso y frutos secos como complemento (ya que no tienen una proporción tan elevada).

En general, siempre que la dieta sea adecuada y no se presenten condiciones especiales, es posible cubrir los requerimientos a través de la dieta.

Sin embargo, en los últimos años proliferan todo tipo de suplementos y se pone sobre la mesa la cuestión de si es posible tomar batidos de proteínas en el embarazo.

Por el momento, no existen datos que informen de efectos negativos de este tipo de productos. Sin embargo, tampoco se han efectuado estudios específicos acerca de su seguridad y utilidad en el embarazo.

Por lo tanto, conviene ser prudentes en este sentido y no introducir ningún tipo de suplemento sin consultar antes con el equipo médico. Asimismo, lo más adecuado es introducirlas como una forma de llegar a cubrir las necesidades extra, pero nunca como una fuente principal.

¿Cuándo pueden ser útiles?

Como hemos visto, lo más recomendable es obtener los nutrientes necesarios de fuentes dietéticas. A no ser que se den unas condiciones concretas, los concentrados de proteínas no presentan beneficios respecto a los alimentos. 

No obstante, existen algunas situaciones en las que se puede tener en cuenta la inclusión de batidos de proteínas, ya sea de forma puntual o durante un período de tiempo determinado.

  • Cuando las molestias digestivas en el embarazo (por ejemplo las náuseas o los vómitos) no permiten la ingesta de otras fuentes de proteínas y los batidos son bien tolerados.
  • Si existen restricciones dietéticas o alergias importantes que no facilitan la obtención de los requerimientos proteicos mínimos.
  • Si ya se usaban batidos de proteínas para cubrir las necesidades diarias.

En estos casos puede ser de ayuda tomar un batido elaborado con un suplemento proteico. Ten en cuenta no superar las dosis aconsejadas, hacerlo bajo el consejo especializado y procura elegir un producto adecuado. 

Recomendaciones de los suplementos proteicos en las mujeres gestantes

En el caso de necesitar o querer emplear un producto de este tipo, hay que tener en cuenta algunas consideraciones en el momento de elegir. 

  • Adquirir un complemento de calidad, de una marca segura y confiable. Tanto en la Unión Europea como en Estados Unidos (por ejemplo) estos se califican como suplementos alimentarios. Por lo tanto, siguen unas normas en cuanto a ingredientes permitidos, seguridad y etiquetado, pero son los fabricantes los responsables de dispensar productos seguros en el mercado.
  • Leer la lista de ingredientes y evitar aquellos que contengan sustancias añadidas como edulcorantes, colorantes, aromas artificiales, etc. Como indican desde la Escuela de Salud de Harvard, en algunos de ellos las cantidades pueden llegar a ser elevadas y perjudiciales.
  • Certificar que se controla la presencia de metales pesados y otros posibles tóxicos. Un informe del grupo sin ánimo de lucro Clean Label encontró que muchas de las marcas disponibles en el mercado contenían también metales pesados, bisfenol-A, pesticidas y otros contaminantes.
  • Evitar todas las variedades que vengan «enriquecidas» con vitaminas y minerales. En el embarazo este supuesto plus no representa una ventaja; ya que, tomados con los complementos prenatales, se corre el riesgo de hacer una ingesta por encima de las recomendaciones. Asimismo, también es importante rechazar las que lleven otras plantas o compuestos, puesto que no se puede asegurar la seguridad para la madre y el feto.
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Existen muchos tipos de suplementos proteicos y la mayoría se pueden mezclar con leche, zumo o bebida vegetal.

Tipos de batidos de proteínas

En el mercado se encuentran muchos tipos de batidos de proteínas diferentes. La mayoría de ellos se presentan en polvo para mezclar con agua, leche, bebida vegetal o zumo. Entre las opciones más comunes, se pueden citar las siguientes.

  • Suero de leche, conocido como whey protein.
  • Caseína, también derivado de la leche.
  • Proteína del huevo, en general procedente de la albúmina.
  • Opciones vegetales: guisante, arroz, cáñamo, semillas de calabaza, etc.

Cada uno de ellos puede ser una elección válida. En el momento de elegir se puede valorar el sabor, la digestibilidad, las posibles alergias o elecciones personales en cuanto a la procedencia de los ingredientes.

En cualquier caso, siempre se recomienda seguir las instrucciones de administración de cada fabricante y consultar con el equipo médico acerca de la posible existencia de contraindicaciones.



Es posible consumir batidos de proteínas durante el embarazo

Como hemos visto, consumir batidos de proteínas durante el embarazo es algo seguro. Sin embargo, salvo algunas excepciones, no presenta ventajas respecto a cubrir los requerimientos con alimentos.

Al contrario, es preferible basar la dieta en opciones frescas y nutritivas. Estas no solo aportan proteínas, sino también vitaminas, minerales, fibra, grasas y carbohidratos.

En el caso de necesitar o querer elegir un suplemento proteico, se recomienda consultar antes con el equipo médico, elegir productos seguros, sin ingredientes añadidos y no superar nunca las dosis diarias establecidas.


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