El ayuno intermitente es uno de los protocolos dietéticos de moda dentro de la nutrición. Este contribuye a estimular la pérdida de peso y a mejorar muchos parámetros relacionados con el estado de salud. Sin embargo, no está aconsejado durante el embarazo ni en la lactancia, ya que podría resultar arriesgado.
Lo primero que hay que tener claro es que el ayuno es un protocolo restrictivo. A pesar de no ser comparable con las dietas milagro o hipocalóricas convencionales, termina por generar una reducción de la ingesta en la mayor parte de los casos. Esto resulta limitante en ciertas situaciones.
El ayuno durante el embarazo incrementa el riesgo de déficit
Durante el embarazo los requerimientos nutricionales están aumentados. No solo hace falta satisfacer las demandas energéticas de la madre, sino también las del feto que se desarrolla en su interior. Por este motivo, no tiene sentido aplicar un mecanismo cuyo objetivo tiene crear un entorno hipocalórico. De lo contrario, se podría limitar el crecimiento del feto. Si bien no cubrir los requerimientos es nocivo en cualquier circunstancia, los efectos son peores durante el periodo de gestación.
Un aporte inadecuado de ciertos micronutrientes podría condicionar negativamente la salud del feto y hacer más probable que este desarrolle patologías a medio plazo. Por ejemplo, consumir de forma diaria una cantidad óptima de ácidos grasos omega-3 es determinante para limitar el riesgo de autismo y de otras patologías neurológicas. Así lo evidencia un estudio publicado en la revista International Journal of Molecular Sciences.
Principales riesgos del ayuno en el embarazo
Los principales riesgos de la puesta en marcha de un protocolo de ayuno en el embarazo son los siguientes:
- Bajo peso al nacer: está relacionado con un aporte insuficiente de energía y de nutrientes, lo cual afecta al desarrollo de los órganos vitales.
- Deterioro cognitivo: las restricciones dietéticas durante el periodo de gestación podrían alterar el equilibrio hormonal y favorecer el deterioro cognitivo en los niños u otros problemas relacionados con el funcionamiento neurológico.
El ayuno y la diabetes gestacional
El ayuno intermitente ha demostrado ser positivo para mejorar el manejo de la diabetes, tanto de tipo 1 como de tipo 2. Por ello, se podría pensar que también cuenta con un contexto de aplicación en el caso de las mujeres que han desarrollado diabetes gestacional. Pero lo cierto es que no existen estudios que valoren su efectividad ni seguridad.
En estos casos, lo mejor es plantear una dieta con poca presencia de azúcares simples. Lo mejor es que incluya carbohidratos mediante azúcares complejos y alimentos con fibra. Conviene también limitar los ácidos grasos de tipo trans y toda clase de comestibles ultraprocesados industriales. Por el contrario, se debe priorizar el consumo de productos frescos.
Además, en la medida de lo posible, se recomienda garantizar la realización de actividad física de forma regular adaptada a las limitaciones de la mujer embarazada. Con estas estrategias se conseguirá un control efectivo de las glucemias y se evitará que el feto pueda resentirse o que se experimenten alteraciones sobre el estado de salud.
El ayuno en las mujeres embarazadas con sobrepeso
Las mujeres que cuentan con sobrepeso de forma previa al embarazo suelen experimentar una ganancia de masa menor durante el período de gestación. En este caso, las necesidades energéticas pueden no encontrarse aumentadas durante los primeros meses, ya que existen reservas para cubrir las demandas.
No obstante, tampoco es conveniente plantear un protocolo de ayuno en este caso. Aunque desde el punto de vista energético no se vaya a experimentar un déficit significativo, es preciso cubrir los requerimientos de micronutrientes esenciales. Para ello, lo mejor es poner en marcha un esquema de 3 o de 5 comidas, ya que no existen reservorios en el organismo de todos ellos.
Además, las necesidades de ciertas vitaminas y minerales están aumentadas durante el periodo de embarazo. Un ejemplo sería el caso del ácido fólico, cuyo déficit puede generar problemas en el desarrollo neural del feto.
No conviene ayunar durante el embarazo
El ayuno intermitente es uno de los mejores protocolos dietéticos para promocionar un buen estado de salud. Sin embargo, durante el embarazo no se debería poner en práctica. En este momento es clave asegurar un aporte de nutrientes continuado, por lo que se deben evitar todos aquellos mecanismos que conlleven una restricción de los mismos.
Lo mejor durante la gestación es plantear una dieta variada y equilibrada con predominancia de los alimentos frescos frente a los ultraprocesados industriales. De este modo, se podrán prevenir complicaciones, como es el caso de la diabetes gestacional. Además, habrá que suplementar con ciertos nutrientes, como el ácido fólico, para evitar problemas de salud en el feto.
Bibliografía
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