Bañar al bebé en invierno y evitar que se enfríe es uno de los grandes retos de los papás. Pues son muchos los recaudos que hay que tomar a fin de que la experiencia resulte apropiada, segura y placentera para el pequeño.
El baño a esta edad es mucho más que aseo, pues le brinda al bebé una serie de estímulos sensoriales claves para su desarrollo físico y emocional. Incorporar este hábito a la rutina lo ayuda a relajarse y a disfrutar de un momento agradable junto a sus cuidadores.
A continuación, te vamos a ofrecer algunas claves para optimizar esta experiencia tan relevante del día a día. ¡No te lo pierdas!
Claves para bañar al bebé en invierno
Los bebes suelen disfrutar los baños e incluso, representa un momento de relajación al final del ajetreado día. Esto debe ser igualmente placentero tanto en verano como en invierno, pero en los meses fríos el desafío de lograr un ambiente ameno es un tanto mayor. El miedo al enfriamiento muchas veces interfiere con el correcto accionar de los padres y toda la escena acaba por volverse estresante.
Presta atención a las siguientes recomendaciones para mantener la armonía dentro del cuarto de baño, sin importar cuánto frío haga afuera.
1. No bañes al niño todos los días
El exceso de baño en los lactantes puede reducir cantidad de bacterias que conforman la microbiota natural de la piel. En consecuencia, esta se torna mas susceptible a infecciones o a erupciones superficiales.
Tres baños por semana durante el primer año del bebe suelen ser suficientes para asegurar el aseo, sin incrementar los riesgos de sufrir daños.
2. Asegúrate de que la temperatura del ambiente sea la adecuada
La temperatura dentro del cuarto de baño debe acondicionarse antes de bañar al pequeño. Incluso, una vez en esta habitación, deben mantenerse cerradas las ventanas y las puertas para limitar las corrientes de aire.
Encender una estufa o la calefacción unos minutos antes es una buena opción para templar el ambiente.
3. Controla la temperatura del agua antes de sumergir al bebé
Otro de los puntos para considerar es regular la temperatura del agua en la bañera. Puedes controlarla con el dorso de la mano, con el codo o con un termómetro diseñado para tal fin.
La temperatura ideal del agua debería rondar los 35ºC a fin de que no haya tanto contraste con la del ambiente.
4. Elige los horarios más cálidos de la jornada
Hay momentos durante el día en los que la temperatura del ambiente es mas propicia para bañar a los bebes. Lo ideal es elegir esos instantes y evitar exponer al pequeño a los climas tan extremos, como los del amanecer o al anochecer.
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5. Ofrece baños cortos
Los baños deben ser cortos y rápidos, ya que la prolongada permanencia del bebe en el agua no es beneficioso para su piel. Además, la piel húmeda pierde más rápido el calor y esto puede incomodar al bebé.
6. Entibia tus manos
Gran parte del baño de los bebés incluye los masajes corporales o el contacto piel a piel. Por esto, es necesario que calientes tus manos antes de comenzar. Puedes frotarte las palmas o sumergir tus manos en agua caliente y cuando estén calentitas, coge al bebé y procede a quitarle la ropa.
Incluso, se debe aprovechar este momento para higienizar las manos antes de tocar la piel desnuda del pequeño.
7. Tener preparada la ropa que se va a usar luego
Suele suceder que al finalizar el baño, los padres se percatan que no tienen determinados elementos a la mano, como toallas, mantas o las prendas de vestir.
Para evitar esta situación y que el bebe se enfríe, procura organizar todo antes de bañar al pequeño: desde los productos de aseo hasta la ropa.
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8. Opta por los jabones o los geles adecuados para la piel del lactante
Los climas extremos tienden resecar la piel o empeorar esta condición, lo que la deja más vulnerable a sufrir irritaciones o a desarrollar una dermatitis. Por ende, la elección de jabones que humecten la superficie cutánea y que no la lesionen es una buena práctica.
Los productos de aseo infantil más recomendables son aquellos que poseen un pH similar al de la superficie cutánea, como los cremosos o lo syndet (sin detergentes).
9. Baña al bebé por etapas
La cabeza de los pequeños es una gran fuente de calor y como hemos dicho antes, la piel mojada pierde esta energía de manera más rápida que cuando está seca.
Por eso, una buena estrategia al momento de bañar a un bebé, sobre todo a un recién nacido, es hacerlo en partes. Primero, sumérgelo en la tina y lávale el tronco y los miembros. Luego, envuélvelo en una toalla y sécalo. Cuando notes que está tranquilo y calentito, procede a lavarle la cabeza, sin demorar mucho. Para finalizar, sécale el pelo con una toalla seca, sin presionar ni frotar enérgicamente sobre la fontanela.
10. Humecta la piel del bebé luego de bañarlo en inverno
Sin lugar a dudas, la humectación luego del baño de los bebes es un hábito esencial. De hecho, es el momento que más se aprovecha para aplicarles cremas o aceites hidratantes a los bebés e incluso, para ofrecerles algunos masajes. Dichas prácticas afianzan los vínculos parenterales y alivian las tensiones del lactante.
¿Qué hay que tener en cuenta respecto a la piel del bebé?
La piel del bebe es más delicada y sensible que la del adulto, debido a que no se encuentra completamente desarrollada. Por ende, es preciso mantener algunos recaudos respecto de los cuidados durante el aseo y en la elección de los productos a emplear.
Lo esencial es mantener la barrera de protección natural de la piel intacta y esto se logra con una buena humectación y con la evitación del contacto directo con los climas fríos del ambiente.
Bibliografía
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