Niños irrespetuosos: ¿cómo lidiar con ellos?

Los niños irrespetuosos pueden tener conflictos con padres, profesores y compañeros. Sin embargo, desde el hogar es posible implementar ciertas pautas para evitar esa clase de actitudes inadecuadas.

Niña irrespetuosa haciendo burla.

El deseo primordial de todo padre es que sus hijos sean felices. Pero, más allá de esto, también es probable que quiera que sus pequeños muestren buenos modales, que posean valores y que sean capaces de relacionarse adecuadamente con otras personas. Para nadie es un secreto que los niños irrespetuosos pueden sufrir rechazo y tener conflictos con padres, profesores y compañeros.

En ocasiones, pese a haber hecho nuestro mejor esfuerzo para educar a los niños, estos muestran comportamientos que resultan inaceptables. Por ejemplo, proferir insultos o comentarios hirientes a otras personas, interrumpir conversaciones, gritar, desobedecer o incluso agredir a otros.

Si te encuentras en esta situación, trata de no culparte: todo padre hace lo que considera más apropiado y beneficioso para sus hijos. Sin embargo, a continuación, te mostramos algunas pautas que pueden ayudarte a identificar dónde se halla el problema y cómo solucionarlo.

Claves para lidiar con niños irrespetuosos

Niño irrespetuoso faltándole el respeto a su madre.

Establecer límites

Los límites son una parte fundamental de la educación de los niños. Estos les proporcionan una guía y les informan acerca de qué comportamientos son adecuados y cuáles no. Con frecuencia, los niños irrespetuosos provienen de hogares en los que se aplica un estilo de crianza permisivo, en el que no existen los límites o estos no se hacen respetar adecuadamente.

En ocasiones los progenitores consideran que el infante es aún muy pequeño y que sus faltas de respeto son propias de la edad, que son “cosas de niños”. Sin embargo, es importante recordar que los límites han de establecerse desde el inicio (siempre acordes a la edad y las capacidades del menor), pues esto sentará las bases del comportamiento futuro.

Por otro lado, son muchos los padres que no logran mantenerse firmes ante las normas y directrices que ellos mismos han marcado. Quizá porque, cuando el niño se rebela, no saben cómo reaccionar o tal vez porque ver a su hijo enfadarse o llorar les genera un gran malestar. Por ello, resulta esencial que estos adultos aprendan a tolerar la incomodidad que, a veces, trae la educación consigo.

Ser un ejemplo positivo

Identificar los propios errores no es sencillo, pero si observamos que nuestros niños son irrespetuosos, hemos de evaluar hasta qué punto han podido adquirir esas actitudes de nosotros.

No podemos pedirle a un menor que no grite mientras le gritamos, ni acusarle de no obedecer si nosotros somos los primeros que no escuchamos su punto de vista. Para criar a un niño respetuoso es imprescindible tratarlo con respeto y consideración y evitar ponernos a su nivel cuando se comporte de forma inadecuada.

Además, el modo en el que los progenitores se relacionan entre ellos y con otros adultos también le enseña al niño cómo actuar. Trata de ser un ejemplo positivo con cada una de tus palabras y tus actos.

Enseñar a gestionar las emociones

A veces consideramos que un niño es irrespetuoso porque expresa su desacuerdo, su ira o su disgusto. Sin embargo, las emociones forman parte de ellos y tienen derecho a exponerlas. La solución, entonces, no consiste en llevarles a reprimir lo que sienten y opinan, sino en enseñarles a exponerlo de un modo adecuado. El trabajo en asertividad con los niños resulta imprescindible en estos casos.

Encontrar el momento adecuado

Por último, hay que tener en cuenta que no podemos tratar de corregir el comportamiento de los niños cuando se encuentran en estados emocionales intensos. Mientras se hallan en plena rabieta, enfadado o estén triste o disgustados no serán capaces de atender a razones.

Por ello, resulta preferible esperar a estar calmados para analizar en qué se ha fallado por ambas partes y proponer soluciones con el pequeño. Es evidente que somos los adultos quienes marcamos las pautas, pero un menor que se siente escuchado y respetado es más probable que actúe con el mismo respeto.Niña gritándole a su abuela.

Los niños irrespetuosos también sufren

A veces nos centramos tanto en las conductas molestas y disruptivas de los menores que olvidamos contemplar su mundo emocional. Los niños irrespetuosos, con frecuencia, se comportan así porque no conocen otro modo de expresar sus emociones o porque eso es lo que reciben de los adultos de su entorno.

Además, pueden tener conflictos y problemas sociales frecuentes. Por lo mismo, enseñarles a tolerar progresivamente la frustración y a ser considerados con los demás no solo es una cuestión de educación, sino un elemento esencial para su bienestar personal y social.

Bibliografía

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