Cuando llega el momento de empezar a dar alimentos sólidos a los bebés muchos padres tienen una nueva duda: ¿papillas o baby led weaning?
Y es que este método de alimentar a los niños ha ido ganando fuerza y adeptos en los últimos años y desplazando la forma tradicional de hacerlo en las últimas décadas basada en la preparación de papillas y triturados.
¿Existe un método mejor que otro o ambos presentan ventajas y desventajas? Conocemos más a continuación.
La complementación alimentaria
Antes de empezar a desarrollar los pros y contras de las papillas y el baby led weaning (BLW) es positivo saber de qué etapa hablamos y cuál es el papel que deben cumplir.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Asociación Española de Pediatría (AEP), durante los 6 primeros meses de vida, los bebés deben ser alimentados de forma exclusiva con leche materna o de sustitución (si no es posible la lactancia).
A partir del sexto mes llega el momento de incorporar nuevos alimentos, en la etapa que se conoce como complementación alimentaria. El objetivo de esta es que los niños vayan conociendo los alimentos que forman parte de la dieta de la familia con el fin de acabar comiendo lo mismo.
Por lo tanto hay que tener en cuenta que los alimentos ofrecidos son un complemento a la leche y no al revés, y que es la leche (materna o de sustitución) su principal fuente de nutrientes.
Aunque se suelen marcar los 6 meses como punto de partida es necesario adaptarlo a la realidad de cada bebé. Las señales que indican que este está preparado para probar alimentos sólidos son las siguientes:
- Presenta interés por la comida.
- Es capaz de coger la comida con los dedos y llevarla a la boca.
- Desaparece el reflejo de extrusión (expulsión de alimentos no líquidos de la boca con la lengua).
- Mantiene una postura de sedestación con apoyo.
Si bien estas pueden aparecer en distintos momento según cada pequeño, en general no se considera seguro hacerlo antes de los 6 meses de vida ya que podría no tener la maduración renal, intestinal, inmune y neurológica necesaria. Tampoco conviene dilatarlo más allá del séptimo mes.
Introducción de nuevos alimentos: papillas o baby led weaning
Para empezar a ofrecer alimentos variados a los bebés se puede optar por la comida triturada (en papilla) y por la comida en trozos (también conocido como baby led weaning). ¿Cuáles son sus ventajas y desventajas? ¡Vamos a verlo!
Ventajas y desventajas de las papillas
Desde la aparición de las batidoras y de los robots de cocina, la realización de papillas y purés ha sido un recurso muy utilizado para alimentar a los bebés. Esto puede ser debido a algunas de sus ventajas, como las que te mencionamos a continuación:
- Su fácil preparación integrando distintos alimentos en un solo plato.
- La comodidad que supone dar de comer al pequeño con la cuchara, sin riesgo de que este se atragante con algún tropezón.
- La limpieza que dicho método aporta, ya que es el adulto el que controla la ingesta de alimentos del bebé.
- La tranquilidad de los padres o cuidadores de asegurarse que el niño se come todo lo que se ha preparado y por lo tanto va a estar bien nutrido y alimentado.
Pero la comida triturada también tiene sus inconvenientes, entre los que destacan los siguientes:
- Puede cometerse el error de darle una gran cantidad de comida al bebé en un corto periodo de tiempo.
- El pequeño no desarrolla su autonomía a la hora de comer.
- El bebé no puede comer junto a su familia, debe hacerlo antes o después, ya que alguien le tiene que dar la papilla.
- No se le permite al bebé distinguir los diferentes alimentos y sus texturas.
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Ventajas y desventajas del baby led weaning
Un alternativa que cada vez tiene más adeptos es el baby led weaning (BLW) o su variable baby led introduce to solids (BLISS). Ambos se caracterizan por ofrecer alimentos enteros, sin triturar, pero adaptados a las capacidades de los bebés.
Este es un método muy utilizado en la actualidad por la importancia que se da a sus ventajas con respecto a los triturados. Estos son los puntos fuertes que ofrecen el BLW/BLISS para los pequeños:
- Favorece el desarrollo de la musculatura orofacial.
- Permite la estimulación de la coordinación ojo-mano y del desarrollo psicomotor al tener que comer los alimentos con sus propias manos o con el tenedor.
- Promueve la autonomía y la autorregulación en la ingesta de alimentos, pues el niño juega un papel activo a la hora de comer. Con ello es más fácil evitar la sobrealimentación y los riesgos que esta conlleva.
- Facilita la transición a la alimentación sólida.
- Permite la estimulación sensorial, porque el bebé descubre distintos sabores, olores, texturas y colores de los alimentos.
- Fomenta su participación e inclusión en las comidas familiares.
Sin embargo, también existen algunos inconvenientes que hay que tener en cuenta antes de decantarse por este tipo de alimentación complementaria:
- Es muy sucio, ya que el bebé, sobre todo al principio, experimentará con la comida y se ensuciará, tanto la boca, como el mantel, la trona o el suelo. Asimismo puede comportar el desperdicio de algunos alimentos que pueden acabar arrojados al suelo.
- Puede resultar inadecuada para cubrir algunos de los requerimientos nutricionales y energéticos de los pequeños en su etapa de crecimiento.
- Existe cierto riesgo de que el bebé se atragante o se asfixie, por lo que se recomienda realizar algún curso de primeros auxilios o contar con la información suficiente para poder actuar con rapidez en caso de que esto suceda.
- Puede ser difícil de integrar en el entorno sobre todo cuando los pequeños deben acudir a la guardería o quedarse a cargo de algún cuidador no familiarizado con el método.
Entonces ¿existe un método mejor que otro?
Como acabamos de ver ambas formas de alimentar a los niños en estos meses de vida tiene ventajas e inconvenientes. Por lo tanto no se puede decir que exista una mejor que la otra o que alguna de las dos pueda ser perjudicial para los pequeños.
Lo más aconsejable es informarse bien y adoptar una u otra según sea la situación individual. Aunque hay que decir que no son excluyentes y que se puede optar por hacer una combinación aprovechando las ventajas de cada una.
En todo caso, sea cuál sea la opción preferida, es interesante respetar estas características:
- Es preferible hablar de ofrecer alimentos más que dar de comer. Así los niños regulan las sensaciones de hambre y saciedad.
- Hacer la introducción de alimentos de forma natural y respetando el apetito del bebé. Esto garantiza una alimentación más variada con el paso de los años y una disminución del riesgo de rechazos o de comedores selectivos.
- En caso de hacer triturados y papillas es conveniente hacerlas cada vez más espesas, dejar algunos grumos y ofrecer otras texturas a partir de los 9 o 10 meses (por ejemplo comida blanda en trozos).
- El orden de introducción de los diferentes alimentos no es tan importante como se creía. Lo mejor es dar aquellos que come de manera habitual la familia, con las adaptaciones necesarias. Además conviene dar prioridad a aquellos más nutritivos como carne, pescado, huevos, legumbres o cereales.
- Es importante introducir los nuevos alimentos de forma gradual con un intervalo de 2 o 3 días para poder observar posibles reacciones adversas.
- Mantener el mismo horario que el resto de la familia o personas que coman con el pequeño para facilitar la integración y todas las tareas relacionadas con la preparación.
Sobre las papillas o el baby led weaning
Sea cual sea el método de alimentación complementaria con el que se decida iniciar, lo importante es comprender que se trata de adquirir un nuevo aprendizaje a través de una nueva experiencia.
Por eso, no debemos apresurarnos ni obsesionarnos con un método, sino tomar las ventajas de cada uno para adaptarlo a nuestras realidades. Pues por más que los adultos propongan, será el niño el que disponga según sus gustos, sus preferencias y sus tiempos madurativos.
En cualquier caso, es fundamental ofrecerle al pequeño una nutrición equilibrada, completa y saludable. Por esto es importante seguir las indicaciones del equipo de pediatría, consultar cualquier duda y realizar los seguimientos marcados.
Bibliografía
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