Los 11 alimentos que nunca debes dar a tu bebé
Los primeros seis meses de vida, el bebé debe mantener su exclusiva dieta por medio de la lactancia, sin introducir alimentos de manera complementaria. A partir de este momento se van incorporando de forma paulatina los alimentos que forman parte de la dieta de la familia para que el bebé se acostumbre a ellos. Pero existen algunos alimentos que no debes dar a un bebé en ningún caso.
Este período de adaptación, en el cual el niño recibe una alimentación adicional, sirve como complemento de la lactancia. Los alimentos que se ofrecen son sencillos y ligeros, por lo general son muy similares en todas las familias.
Es habitual empezar a complementar la dieta del bebé con suaves papillas, naturales y sencillas. La papilla de frutas es típica en la merienda, luego se incorporan paulatinamente otros productos que no sean de la familia láctea.
Por consiguiente se debe ser precavido, para que los nuevos alimentos no sean dañinos para su organismo. También es preciso adecuar la preparación y la cantidad del producto, para facilitar su digestión y promover su maduración.
11 alimentos que nunca debes darle de comer a tu bebé
Aunque algunas veces es inevitable que los niños coman ciertos alimentos, con los bebés debe ser menos complicado. Los adultos son los responsables de la preparación de sus comidas y no deberían consumir más que su leche y las papillas o alimentos con una textura adecuada a su edad y capacidad de triturar.
No obstante, por desconocimiento o falta de interés, es posible caer en rutinas alimenticias poco saludables para los más pequeños. En este sentido, aunque no se trate de una costumbre, existen algunos alimentos que por ningún motivo deberían consumir los bebés.
Aun cuando no nos parezca, hay ciertos alimentos que es preferible que no formen parte de la dieta de niños menores de los 12 meses y solo con moderación a partir de esa edad, hasta los cuatro años.
1. El azúcar es uno de los alimentos que nunca se deben dar a un bebé
Este alimento, aunque muy común, no le hace falta ni al bebé, ni a los niños mayores, ni a ninguna persona en general. Por este motivo cuanto más se pueda retrasar su introducción mejor. Además nunca se debe dar antes del año. Si nuestra idea es endulzar el alimento para mejorar su sabor, podemos hacerlo por medio de frutas.
El azúcar añadido en exceso pone a los niños en riesgo de padecer diversas enfermedades: caries dental, diabetes, obesidad, colesterol alto o hígado graso (entre otras). Así lo afirma la Academia Americana de Pediatría y otros organismos de expertos.
Por otra parte, el consumo de azúcar condiciona la diversidad de la microbiota en un futuro, según un artículo publicado en la revista “Nutrients”.
2. La miel
Es un sustituto natural del azúcar, cuyo uso en la alimentación de los niños es muy recurrente. Lo que mucha gente no sabe es que su composición es muy similar a la del azúcar blanco. Otro inconveniente es la posibilidad de que contenga bacterias amenazantes para el sistema digestivo.
Uno de los riesgos más conocido es el del botulismo, una condición poco prevalente pero que puede llegar a ser fatal. El procesado de la miel no puede garantizar la ausencia total de esporas de esta bacteria por lo que no se recomienda en niños menores de un año.
3. La sal
Al igual que la miel y el azúcar, la sal es utilizada para resaltar el sabor de los alimentos. Este producto debe eliminarse de la dieta de los bebés porque puede ser perjudicial para la salud de los riñone s. Solo es recomendable de manera moderada a partir de los doce meses.
Además, un estudio publicado en la revista “International Journal of Food Sciences and Nutrition”, relaciona el consumo de sal en los bebés con un mayor riesgo de hipertensión arterial en edades futuras.
4. Pescados y mariscos
Ciertos tipos de pescados y mariscos, poseen elevadas cantidades de mercurio, un elemento que es producto de la contaminación. Este metal puede acumularse en el tejido graso produciendo intoxicaciones agudas o aumentando el riesgo de enfermedades a largo plazo. El mercurio también puede afectar el desarrollo del sistema nervioso del bebé.
Las recomendaciones más recientes de la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición son de evitar las especies más contaminadas en niños menores de 10 años. Entre los pescados con mayor concentración de mercurio destacan el tiburón, el emperador, el pez espada, el lucio o el atún rojo.
Por otra parte, los niños menores de 3 años deben evitar el consumo de cangrejos y las cabezas de diferentes crustáceos por su alta concentración en cadmio. El cadmio se acumula en el hígado y el riñón, por lo que afecta el funcionamiento de estos órganos.
5. Espinacas, acelgas y borraja
Este tipo de vegetales contienen en su composición una cantidad elevada de nitratos. Esta sustancia en cantidades excesivas podría provocar una lesión de carácter hipóxico, según un artículo publicado en la revista “Pediatrics Research”.
Con el objetivo de disminuir la exposición a este componente se elaboran las siguientes directrices:
- Se recomienda evitarlas en menores de 1 año o introducirlas en cantidades inferiores a los 35 gramos diarios.
- Hasta los 3 años no ofrecer más de media ración de acelgas o espinacas (45 gramos al día) a modo de guarnición. Además estas no se pueden dar si los pequeños presentan infecciones gastrointestinales.
- En el caso de la borraja no es adecuado incluirla antes de los 3 años.
Asimismo, se aconseja no mantener estas verduras cocinadas a temperatura ambiente y congelarlas si no se consumen el mismo día. Su lavado y cocción reducen de forma significativa la presencia de nitratos, siempre que se elimina el agua restante.
6. Leche de vaca y lácteos bajos en grasas
La leche de vaca es otro de los alimentos que nunca se deben dar a un bebé menor de 1 año. Si no es posible la lactancia materna existen fórmulas adaptadas. A partir de los 12 meses pueden tomar leche de vaca entera, que les ayuda a absorber las vitaminas A y D y son necesarias para su crecimiento.
Una vez cumplidos los 3 años se recomienda pasar a lácteos semidesnatados y permitir un consumo moderado de lácteos en general para que no desplacen la ingesta de otros alimentos saludables y necesarios. Además la mayoría de expertos no aconsejan el uso de leches y lácteos de continuación (o especiales para niños) pues no son necesarios.
7. Bebidas de arroz
En los últimos años preocupa la presencia de arsénico en el arroz. Se trata de otro metaloide que podría conllevar problemas de salud a largo plazo. Algunas bebidas a base de arroz presentan concentraciones altas y por esto se deben evitar tanto en bebés como en niños pequeños.
8. Más alimentos que nunca se deben dar a un bebé: las algas
En el caso de estos vegetales marinos el problema es que contienen cantidades muy elevadas de yodo que puede causar problemas de salud en los bebés. Además, según datos de un panel específico de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, su consumo puede conllevar la exposición a algunos metales pesados como arsénico, plomo o cadmio.
9. Frutos secos enteros
Los frutos secos son muy saludables y pueden introducirse en los primeros meses de la alimentación complementaria en las cantidades adecuadas. Pero hay que evitar por completo ofrecerlos enteros pues comportan un alto riesgo de ahogamiento. Hasta los 5 años es mejor darlos triturados en forma de crema para untar.
10. Pescado, carne, huevos y lácteos crudos
Todos los alimentos de origen animal de la dieta de los bebés (y también de los niños a cualquier edad) debe ser presentado cocido y asegurarse bien que no queda ninguna parte poco hecha. Estos podrían acarrear toxiinfecciones alimentarias graves. En el caso de la leche y los productos derivados, estos deben ser pasteurizados.
11. Alimentos superfluos
Dentro de este apartado entran productos muy evidentes como las chucherías o el chocolate pero también hay que mencionar las galletas o las patatas fritas. Estos no aportan nutrientes y no son necesarios en su día a día, por lo que es mejor limitarlos al máximo a cualquier edad. Lo mismo puede decirse de los refrescos y todo tipo de bebidas azucaradas.
Ten en cuenta esta lista de alimentos que nunca se deben dar a un bebé
La alimentación complementaria puede introducirse a partir de los 6 meses. No obstante hay que tomar ciertas precauciones al respecto. A pesar de que la dieta debe de ser variada, cuando todavía son muy pequeños hay ciertos alimentos que se recomienda no administrar.
De este modo se irán introduciendo paulatinamente en la alimentación según el niño vaya creciendo y desarrollándose.