La vida de nuestros hijos está repleta de ajustes y desajustes prácticamente desde que nacen. La crisis de los seis años es una de las crisis que tendrá que superar para avanzar en su desarrollo.
La infancia está llena de inseguridades, desequilibrios, avances, retrocesos… ¿Por qué? Porque ellos tienen que crecer y, en ese camino, van a sufrir altos y bajos, y descubrirán dónde están los límites y también sus posibilidades. Es una etapa de exploración y, como todo proceso, aprenderán equivocándose.
A lo largo de la infancia, los niños van construyendo su personalidad; inician el proceso alrededor de los seis años, pero continúa en la adolescencia. Estas crisis se hacen necesarias para afianzar su ‘yo’. ¿Quieres saber cómo puedes ayudar a tu hijo a superar la crisis de los seis años? Sigue leyendo.
¿Por qué pasan los niños la crisis de los seis años?
Desde que nace, el cerebro de un niño no para de desarrollarse. Cada vez, sus capacidades de pensamiento y acción son mayores, y aumentan a un ritmo muy rápido.
En esta etapa, dada su necesidad de ser autónomos e independientes, surge el rechazo a las normas y límites que hay establecidos en el hogar. Durante este periodo, tienen un vocabulario mucho más amplio, por esta razón, dejan atrás las temidas rabietas o llantos desconsolados y pasan a utilizar palabrotas e insultos para expresar su rabia o frustración.
En estas edades, los niños son muy sensibles y sus sentimientos están más aflorados. Es normal verlos saltar de alegría para, minutos después, pasar a estar muy enfadados con el mundo sin saber por qué. Debemos tener cuidado, porque durante esta etapa son muy sensibles a lo que nosotros les decimos, tanto a los halagos como a los castigos, y se pueden sentir heridos con gran facilidad.
Comportamientos de los niños durante la crisis de los seis años
- Inventan excusas.
- Están malhumorados sin saber por qué.
- Tienen inestabilidad emocional con gran facilidad. Lo mismo ríen que se enfadan.
- Están serios con frecuencia y pensativos.
- Son cabezotas, rebeldes y a veces dominantes.
- Se quejan de lo injusta que es la vida y que no los quiere nadie.
- Se muestran en contra de la autoridad.
- Tienen actitudes desafiantes.
- Una mayor activación, son más dinámicos.
- Tienen dificultades para tomar decisiones.
- No se paran a pensar en las consecuencias de sus actos; son poco reflexivos.
Estos comportamientos son totalmente normales en esta etapa por la que está atravesando el niño. El cerebro de un niño de seis años es muy inmaduro y todavía sigue en desarrollo. Sus capacidades emocionales y cognitivas están en crecimiento constante.
Claves para superar la crisis de los seis años
Durante esta crisis, los papás debemos fomentar su autonomía, pero también establecer unos límites y normas claras que nos ayuden en la convivencia.
Mantener la calma
Es importante estar tranquilos cuando nuestros hijos sufren un arrebato emocional. Debemos entender que son parte de su desarrollo y que tienen la necesidad de observar a los demás para aprender a gestionar esas emociones que sienten.
Tenemos que adaptar las normas y límites a la edad del niño
Los niños van creciendo y, por lo tanto, no tiene por qué servirnos técnicas que utilizábamos anteriormente. Ya saben hacer cosas ellos solos y, por eso, tienen que tener unas normas y límites nuevos adaptados a su edad.
Ser coherentes y constantes para aplicar consecuencias
Si las normas o límites se incumplen, tenemos que ser coherentes y constantes a la hora de aplicar consecuencias por dicho incumplimiento.
Tenemos que cuidar sus hábitos y rutinas
Es imprescindible trabajar sus hábitos, pues van al colegio y tienen obligaciones escolares que deben realizar. Puede resultar difícil al principio, pero esto les aportará la seguridad que tanto necesitan.
Educar en las emociones a nuestros hijos, escuchándolos y empatizando con ellos
Habla con tu hijo, hazle saber lo importante que es para ti; escucha cuando tenga algo que contarte, sin que estés pendiente de otras tareas. En sus momentos de frustración, acompáñalo, pues es a ti a quien más necesita. Ayúdalo a poner nombre a sus emociones cuando las sienta y ponte en su lugar; desde ahí será mucho más sencillo todo.
La crisis de los seis años, al igual que todas las crisis que surgirán a lo largo de la vida del niño, son claves para su desarrollo. Tienen que construir su personalidad y eso lleva consigo altos y bajos durante el proceso. Si quieres ayudarlo y llevarlo de la mejor manera, pon en práctica estás claves, que pueden serte de gran ayuda en algunos momentos. Mantener la calma y crear un buen ambiente en casa resulta fundamental.