A la hora de educar a los niños, es muy importante aplicar la disciplina positiva para no dañar su autoestima y seguridad. Aquí vamos a ver la técnica de las tres llamadas de atención para corregir a los pequeños cuando no hacen caso.
Es imprescindible que no emplear conductas y tratos negativos hacia los infantes, puesto que esto afecta a sus actitudes y comportamientos negativamente. Esta técnica permite llamar la atención de los niños de una forma positiva y, además, es bastante eficaz. ¿Quieres saber en qué consiste?
La técnica de las tres llamadas de atención
Seguro que, cuando tu niño no hace caso, tienes que decirle un millón de veces que realice determinada acción y, aún así, sigue sin obedecer; esto te lleva, la mayoría de las veces, a enfadarte, perder la paciencia y acabar gritándole. Pero, precisamente, es esto lo que no debes permitir que suceda.
Los gritos y malas formas terminan dañando al pequeño y a su autoestima. Además, nosotros, como padres, acabamos sintiéndonos mal por haberle gritado o hablado de malas maneras. Así que, no tenemos que llegar a ese punto para evitar dañar su desarrollo emocional.
Por ello, esta técnica de las tres llamadas de atención resulta efectiva y los niños acaban acostumbrándose a estos tres toques, tras los cuales, si no han realizado lo que se les está pidiendo, habrá consecuencias (pérdida de refuerzos o privilegios, castigar no).
Aunque los gritos tienen resultados a corto plazo, a la larga, tienen más consecuencias negativas, por eso, no es adecuado usarlos. Con la técnica de la que estamos hablando aquí, aunque los resultados tarden más en obtenerse, estaremos previniendo muchos problemas futuros.
¿Cómo utilizar está técnica?
Es importante tener en cuenta que, cuando utilicemos esta técnica de las tres llamadas de atención, lo hagamos de manera gradual y controlemos mucho el tono de voz en las tres. Esto es muy importante.
Primera llamada de atención
En esta primera llamada utilizaremos un tono calmado y tranquilo. Incluso, podemos pedirle que realice determinada acción de forma cariñosa. “Por favor, ¿puedes recoger tus juguetes?”.
Segunda llamada de atención
Si cuando hemos hecho la primera llamada, el niño no hace caso, tenemos que pasar a la segunda llamada. Aquí, el tono de voz tiene que ser más serio, para que el niño se dé cuenta de que no estamos jugando y de que tiene que hacer lo que le estamos pidiendo.
Tercera llamada de atención
Si no ha surtido efecto ni la primera ni la segunda fase, tendremos que aplicar la tercera llamada de atención. Ahora, usaremos un tono de voz más contundente y, mostrando total seguridad, le volveremos a pedir que haga lo que le estamos diciendo y qué consecuencias tendrá si no obedece.
Utilizaremos siempre la pérdida de privilegios, nunca recurriremos a castigos. Si el niño hace caso, le daremos algo que quiera y que no sea nada material, ya puede ser ver una película juntos, jugar con él, hacer su comida favorita, etc.
Si, a pesar de esto, no cumple con lo que le pedimos, en un tono totalmente serio le indicaremos que no es correcto desobedecernos y, además, que tiene que hacer lo que le estamos pidiendo, aunque tenga que ser una orden.
¿Qué hay que tener en cuenta a la hora de aplicar esta técnica positiva?
- No debemos excedernos en pedirle que haga varias acciones a la vez, porque podría confundirse y no prestarnos atención. Por ello, le indicaremos, como mucho, dos tareas.
- Tenemos que señalarle las consecuencias que tendrá su desobediencia. Así, conforme vayamos aplicando esta técnica, se irá dando cuenta de lo importante que es cumplir la acción en la primera o segunda llamada de atención.
- Cuidaremos las palabras que utilicemos; nunca diremos ninguna expresión que lo lastime u ofenda. Cuando haga lo que le pides, agradécele con mucho cariño el que haya hecho caso.
- Cuando le pidamos que haga determinada actividad, le explicaremos por qué debe hacerlo.
Sobre la técnica de las tres llamadas de atención
Esta técnica de las tres llamadas de atención puede resultar muy eficaz si la realizamos correctamente. Siempre debemos tener en cuenta que, si nos encontramos enfadados o molestos, es mejor que nos tomemos unos minutos para calmarnos antes de realizarla, porque, si no, podríamos decir algo que no esté bien.