¿Qué implica el proceso de enseñanza-aprendizaje?

La enseñanza y el aprendizaje están directamente relacionados y forman una unidad compleja. A continuación te explicamos qué elementos se ven implicados en dicho proceso.
¿Qué implica el proceso de enseñanza-aprendizaje?
Ana Couñago

Escrito y verificado por la psicóloga Ana Couñago.

Última actualización: 29 mayo, 2023

La escuela tiene la función de enseñar a los niños ciertos conocimientos y habilidades que deben aprender. En este sentido, cabe señalar que el proceso de enseñanza-aprendizaje es muy complejo e implica diversos elementos. En este artículo te explicamos todo lo que debes saber sobre este tema.

Lo primero que hay que tener en cuenta es que aprender, reteniendo la información y sabiéndola aplicar de manera correcta, no es una tarea sencilla; igualmente, la labor del docente tampoco es fácil. Los maestros deben relacionarse adecuadamente con sus alumnos, con el fin de conocerlos bien y saber cómo transmitir e impartir los conocimientos para que los entiendan y asimilen.

«El arte supremo del maestro consiste en despertar el goce de la expresión creativa y del conocimiento».

-Albert Einstein-

Diferencias entre educación, enseñanza y aprendizaje

Para tener claro en qué consiste el proceso de enseñanza-aprendizaje en la educación es necesario conocer la definición y las diferencias que existen entre los siguientes términos:

  • Educación: Es una actividad que implica el desarrollo de todas las potencialidades de las personas, especialmente aquellas relacionadas con el ámbito afectivo y social. Por tanto, ocurre a lo largo de todo el ciclo vital en diferentes contextos, como en la familia, el colegio, el círculo de amistades, etc.
Profesora dando clases de ciencia a sus alumnos y llevando a cabo un buen proceso de enseñanza-aprendizaje.
La enseñanza y el aprendizaje son dos procesos complejos en los que intervienen diferentes variables.


  • Enseñanza: Es la acción y efecto de enseñar que tiene lugar en una etapa concreta de la vida de las personas. Así, para que se dé la enseñanza es preciso que exista una interacción comunicativa recíproca entre el profesorado y el alumnado.
  • Aprendizaje: Es un proceso en el que los docentes y los estudiantes deben actuar activamente y de forma consciente, con el fin de lograr determinados objetivos, relacionados con el desarrollo cognitivo y el conductual. Es decir, el aprendizaje está orientado a potenciar el pensamiento crítico y creativo y a fomentar el buen comportamiento.

En síntesis, el proceso de enseñanza-aprendizaje implica una interacción constante y un intercambio de conocimientos entre maestros y estudiantes. Como tal, forma parte de un sistema de comunicación intencional en un marco institucional, basado en estrategias dirigidas a provocar el aprendizaje.

Como explica la profesora Ileana Sánchez: «La enseñanza existe para el aprendizaje; sin ella, este no se alcanza en la medida y cualidad requeridas; mediante ella, el aprendizaje estimula».

«La educación es aquello que permanece cuando olvidas todo lo aprendido en el colegio»

– Albert Einstein –

¿Qué implica el proceso de enseñanza-aprendizaje?

El proceso de enseñanza-aprendizaje es aquel que se produce de un modo intencionado, tanto por parte del profesor como del alumno. Es decir, el docente tiene que querer enseñar y el estudiante tiene que querer aprender, de forma que ambas funciones están relacionadas y son indispensables para que se dé correctamente.

En este sentido, los maestros deben planificar las actividades y las estrategias didácticas que se van a poner en marcha en el contexto escolar. Así como evaluar si se han logrado los objetivos esperados. Por otra parte, los estudiantes deben esforzarse y aprender a partir de las indicaciones dadas en clase y mediante los recursos educativos de los que disponen.

Además, los alumnos, como aprendices, deben llevar a cabo las siguientes fases del aprendizaje, las cuales están interconectadas:

  • Motivación e interés
  • Atención
  • Adquisición
  • Comprensión
  • Asimilación
  • Aplicación
  • Transferencia
  • Autoevaluación


Así, la finalidad última del proceso de enseñanza-aprendizaje es que el alumnado consiga adquirir una serie de competencias y contenidos que se especifican en el currículo educativo.

Tanto el alumno como el docente son las piezas centrales del proceso de enseñanza-aprendizaje. Sin embargo, el contenido y las variables ambientales tienen una gran influencia en la adquisición de nuevos conocimientos.

El contenido hace referencia a lo que se está tratando de enseñar y tendrá mayor relevancia si el alumno le da algún valor o si tiene una aplicación práctica. Por su parte, las variables ambientales propician el espacio ideal para el proceso, ya que se deben satisfacer todas las necesidades del niño y tener una estimulación adecuada.

Elementos implicados

En definitiva, se puede decir que los elementos implicados en este proceso son:

  • La figura activa del maestro y del estudiante.
  • La comunicación abierta y fluida entre el profesorado y el alumnado.
  • La determinación clara de unos objetivos, contenidos (conceptuales, procedimentales y actitudinales) y competencias que se deben desarrollar a lo largo del proceso.
  • La puesta en práctica de metodologías adecuadas para la transmisión y aplicación de los conocimientos.
  • La existencia de diversos medios y recursos educativos para facilitar el aprendizaje.
  • Un sistema de evaluación continuo para valorar las funciones del profesorado y del alumnado.
  • El contexto educativo y cultural que afecta directamente en todo el proceso de enseñanza-aprendizaje.

Como puedes ver, el proceso de enseñanza-aprendizaje es muy complejo e involucra una gran cantidad de factores. La correcta interacción entre todos los elementos implicados es lo que garantiza la eficacia del proceso. De esta manera, el docente juega un papel fundamental, sin embargo, el alumno, el contenido y el ambiente no son menos preponderantes.

El proceso de enseñanza-aprendizaje en e-learning

Con el afianzamiento de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), los procesos de enseñanza-aprendizaje han ido adaptándose a estas nuevas posibilidades, sobre todo, después de la pandemia de Covid-19.

La creciente popularización de la educación remota ha provocado cambios en las prácticas pedagógicas y didácticas que favorecen la enseñanza y la adquisición de nuevos saberes. En la actualidad, la cobertura del aprendizaje ha crecido, permitiendo que muchas personas puedan instruirse y acceder a diversos recursos digitales que potencian sus conocimientos.

En este contexto, el proceso de enseñanza-aprendizaje ha sufrido cambios sustanciales, entre los que destaca la mediación de las pantallas digitales entre la interacción docente-estudiante. Este tránsito al entorno online crea nuevas demandas que le exigen a los docentes y directivos el uso de nuevas herramientas digitales que les permitan adaptar los cursos y la enseñanza a este nuevo ambiente.

La retroalimentación: clave en la unidad enseñanza-aprendizaje

En efecto, la retroalimentación supone la reflexión sobre el desempeño del estudiante y le permite al docente evaluar qué tan eficiente ha sido su labor en el camino de lograr en sus alumnos el desarrollo cognitivo, procedimental y actitudinal.

La información que al respecto recabe lo hará reflexionar sobre la efectividad de las estrategias metodológicas utilizadas en clase. Es importante que la retroalimentación sea asumida de manera conjunta entre todos los actores del proceso de enseñanza-aprendizaje.

Conclusión

El proceso de enseñanza-aprendizaje es un proceso complejo que requiere de la interacción entre el maestro y el alumno, así como la planificación de estrategias didácticas y la evaluación continua. Con el avance de las tecnologías, este proceso ha evolucionado y se ha adaptado a nuevos entornos digitales, dando paso a la aparición de la educación en línea o remota.

Este proceso, que se lleva a cabo en todo entorno educativo, es imprescindible no solo para el aprendizaje de los estudiantes, sino también para el desarrollo de las sociedades y para la formación de ciudadanos políticos y éticos que aboguen por el bien común.


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