¿Qué es la pedagogía de la alteridad?

En este artículo hablaremos sobre la pedagogía de la alteridad. Se trata de una perspectiva educativa basada en una descentración del yo y el respeto por el otro que tiene como finalidad la construcción de prácticas escolares y sociales solidarias.
¿Qué es la pedagogía de la alteridad?
María Matilde

Escrito y verificado por la pedagoga María Matilde.

Última actualización: 19 enero, 2022

La pedagogía de la alteridad, conocida también como pedagogía del ‘Nos-Otros’, es un proyecto formativo basado en pilares fundamentales como la democracia, la justicia y la solidaridad. Lo cual, a nivel de las prácticas educativas, se traduce en la consideración, la comprensión y la tolerancia del otro. Y, con ello, de sus circunstancias históricas, culturales y espaciales.

Orígenes de la pedagogía de la alteridad

Esta corriente educativa tiene su origen en la teoría de la alteridad, perspectiva filosófica desarrollada por Emmanuel Lévinas (1906), filósofo y escritor ruso de origen judío. En esta teoría el autor sostiene que la ética y la moralidad humana no tienen base en el razonamiento intelectual individual, sino que su fuente es el otro.

Sobre esta base, este filósofo plantea una relación asimétrica en el vínculo y las relaciones interpersonales, dando preponderancia al otro sujeto y a sus necesidades.

Basándose en estos fundamentos filosóficos, la pedagogía de la alteridad se constituye en una corriente pedagógica que pretende generar a nivel de las prácticas educativas una relación más equilibrada y de igual a igual entre el docente y los alumnos, fomentando, así, una relación ética entre el educador y el educando bajo la premisa del reconocimiento, el respeto, la responsabilidad y la acogida del otro.

Profesora en clase impartiendo una pedagogía de la alteridad a sus alumnos.

“La relación con el Otro me pone en cuestión, me vacía de mí mismo y no deja de vaciarme, descubriéndome en tal modo recursos siempre nuevos”.

Emmanuel Lévinas-

Pilares básicos de la pedagogía de la alteridad

Acogida

Esto implica que el educador debe considerar al alumno tal cual es y aceptarlo con su historia. Debe respetar y comprender sus necesidades, y resaltar su individualidad y diferencia como forma de reconocimiento.

Responsabilidad

Una situación de acogida del otro implica conjuntamente asumir una responsabilidad hacia esa otra persona y hacia sus circunstancias personales. Es decir, el educador debe asumir una responsabilidad con respecto a las circunstancias personales y contextuales de sus alumnos.

Dependencia

La asunción de la responsabilidad del educador con relación al otro sujeto, alumno, según una pedagogía de la alteridad, supone un cierto grado de dependencia. Dependencia basada en el amor, en la empatía y en la solidaridad con las circunstancias personales de cada alumno.

Transformación

El vínculo que una pedagogía de la alteridad plantea construir entre el maestro y sus alumnos tiene una finalidad de transformación. En este sentido, mediante una relación cercana con el otro sujeto, se lograría una transformación, tanto de las mismas prácticas educativas como de las prácticas sociales, basadas ambas en una construcción democrática del nosotros.

Profesora con sus alumnos hablando sobre la pedagogía de la alteridad.

El nacimiento en la pedagogía de la alteridad

Un nacimiento es comparable al fundamento sobre el que la pedagogía de la alteridad se asienta. Y el vínculo que se establece con un recién nacido sirve para ejemplificar cómo debe ser el vínculo educativo. Es decir, cuando un niño nace, es acogido, querido, aceptado, y los adultos generan con él un vínculo a partir del cual construye su identidad.

En este sentido, entonces, y según esta pedagogía, el vínculo entre maestro y alumno debe parecerse y debe constituirse en un vínculo basado en el diálogo y la comprensión constante de quien tenemos en frente.

Al igual que sucede con un recién nacido, al interior del aula, esta corriente defiende una relación más humana entre el educador y sus alumnos. Mediante el establecimiento de un vínculo bidireccional distinto al unidireccional establecido por la educación tradicional. Lo cual supone también, en cierto grado, una pérdida de autoridad por parte del docente, tal y como lo establece la educación tradicional.

La alteridad, como la capacidad de ser otro 0 distinto, que fomenta esta corriente pedagógica promueve  el encuentro y el conocimiento entre el alumno y su maestro, y con ello una responsabilidad asumida por parte del educador en proporcionar las herramientas necesarias para que un niño pueda transformarse en un ser social. Sociabilidad desarrollada a partir de su relación con los otros y de la interiorización de un nosotros.

Así, considerando una formación basada en el nosotros, la pedagogía de la alteridad es una pedagogía crítica, reflexiva y con una fuerte connotación política. Hablamos, entonces, de una pedagogía que intenta hacer frente a situaciones de injusticia, generando prácticas solidarias y tolerantes, y otorgándole voz a los excluidos.


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