7 normas de convivencia en el parque para niños

Cuando fijamos normas de convivencia con los chicos, es importante que sean coherentes y acordes a la edad.
7 normas de convivencia en el parque para niños
Maria Fátima Seppi Vinuales

Revisado y aprobado por la psicóloga Maria Fátima Seppi Vinuales.

Última actualización: 22 octubre, 2022

Salir al parque es muy positivo para los chicos. Se trata de un espacio abierto en donde pueden estar en movimiento. Además, pueden subir, bajar, trepar o saltar sin interrumpir la siesta de los vecinos o hacer demasiado ruido en un edificio. Sin embargo, ese paseo puede convertirse en una fuente constante de enojos o llamados de atención si no establecemos algunas normas de convivencia en el parque con los niños. Veamos algunas de ellas y cómo hacerlo.

7 normas de convivencia en el parque para niños

Algunas de las normas de convivencia que podemos acordar con los niños son las siguientes:

1. Compartir los juegos

En el parque, los niños casi nunca estarán solos, por lo que es clave que aprendan a compartir los juegos. Por ejemplo, nuestro hijo puede usar la hamaca, pero si hay otros pequeños que también quieran usarla, deberán alternar por turnos.

2. Avisar dónde van a estar

Si los menores quieren cambiar de juego o irse a otro lugar, deberán avisarnos para que podamos acompañarlos. Por más que otro adulto se ofrezca a llevarlos, incluso aunque sea la mamá de un compañerito del jardín, tienen que advertirnos antes. De ese modo se evitará que nos llevamos algún susto.

3. Cuidar el lugar

Es importante que los niños aprendan a cuidar el lugar y a respetar la naturaleza. Una buena medida es indicarles dónde están los cestos para arrojar los residuos.

El buen uso y el cuidado del espacio son muy importantes. Esto abarca desde no arrancar las flores de las plantas solo porque nos gustan hasta usar los cestos de basura para deshacernos de los residuos. Los menores deben aprender a respetar y cuidar la naturaleza, así como los espacios comunes a otras personas.

4. No aceptar comidas o bebidas de otros

Por otro lado, también debemos señalarles a los niños que no es conveniente que coman o beban de la comida o refresco de otros. En todo caso, si sienten hambre o sed, pueden avisarnos y para que lo resolvamos. En este mismo punto, en ocasiones, los chicos también ofrecen de su merienda a sus pares. Es importante que les aconsejemos que está bien compartir, pero como no conocemos a los otros ni a sus padres es mejor no hacerlo. Además, no sabemos si ese pequeño tiene alguna alergia, si es celíaco o si no puede tomar lo que se le ofrece, como ser bebidas azucaradas.

5. Compartir los juguetes

Es importante cuidar las pertenencias, pero también debemos indicarles a los niños que está bien compartir los juguetes. Ten en cuenta, sobre todo si son muy pequeños, que tanto tu hijo deseará utilizar lo que tienen los otros niños, así como ellos buscarán hacer lo propio.

6. Respetar a los demás

El respeto por los demás también es otra de las normas que facilita la estadía en el parque. No hacer burlas, no hacer grupitos para marginar a otros y no reírse si alguien se cae o pierde en un juego, entres otras, hace al respeto y a la buena convivencia con los demás y con la propia familia. En definitiva, se trata de enseñar la empatía.

7. Tomar precauciones

Enseñarles a los menores a estar atentos y tener ciertos cuidados es un aspecto fundamental. Más allá de que los adultos velamos por la seguridad de los niños, también es conveniente que les demos indicaciones respecto a cómo hacer uso de los juguetes y a qué cosas hay que prestar atención. Por ejemplo, si vamos a jugar al fútbol se debe tener cuidado de no dar golpes muy fuertes a la pelota que pudieran lastimar a otros. De esta manera, poco a poco, les enseñamos a ser responsables y cuidadosos de sí mismos y de los demás.



Los juegos de pelota son de los favoritos de los niños cuando van al parque. Sin embargo, es importante que los practiquen en un espacio adecuado para no molestar a otras personas.

Algunas claves sobre cómo establecer las normas de convivencia en el parque

Las normas deben ser claras y coherentes. En ningún caso tienen que ser contradictoria. También, deben estar acompañadas de una explicación sobre el modo correcto de ejecutarse. Por ejemplo, respecto al uso de los tachos de basura, la primera vez que vamos a un parque es importante que les señalemos en dónde están dichos cestos. No debemos dar por supuesto que los niños ya lo saben.

Por otro lado, en aquellas ocasiones en que vamos a faltar a alguna norma, debemos explicarles por qué lo hacemos. Por ejemplo, si siempre les decimos que deben orinar en el sanitario, si de repente nos avisan que se están por hacer pis y nos damos cuenta de que no podrán aguantar hasta llegar al baño, podemos ser flexibles y permitirles que lo hagan detrás de un árbol. Sin embargo, para no confundirlos, es importante explicitar que se trata de una excepción. En caso contrario, la próxima vez creerán que es correcto orinar junto a un árbol.

Por último, también debemos tener en cuenta que los límites deben ser acordes con la edad. Es decir, no podemos esperar el mismo autocontrol y comportamiento en los niños que en los adolescentes.



Cómo construir las normas de convivencia en el parque

Finalmente, más allá de las normas de convivencia en el parque con los niños, es muy importante que nos quedemos con una idea clave, más allá de la regla en sí. Esta idea tiene que ver con el consenso, los acuerdos y las negociaciones. Es decir, debemos evitar crear en los menores la sensación de que nos imponemos o de que nuestras normas son caprichosas. Por el contrario, dichas reglas se basan en valores y no en un antojo sin motivo.

Es conveniente explicar el por qué de las normas de convivencia en el parque. Que son necesarias para poder pasar un día con tranquilidad, para estar seguros y evitar malos ratos. También, están orientadas a protegerlos y no a prohibir. Así, acorde a lo que propone la disciplina positiva, sentamos las bases para que los chicos sean capaces de tomar buenas decisiones en el futuro y que no sean simplemente acatadores de normas.


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