La evolución de la autoestima en niños

La autoestima es un elemento fundamental para el desarrollo óptimo de los niños. A continuación, te explicamos cómo evoluciona a medida que estos crecen.
La evolución de la autoestima en niños
Ana Couñago

Escrito y verificado por la psicóloga Ana Couñago.

Última actualización: 10 julio, 2020

Cuando se es pequeño, es muy importante valorar las propias cualidades y quererse a uno mismo para crecer de forma sana y feliz. Pero esto implica un proceso de aprendizaje largo y progresivo. En este artículo te explicamos la evolución de la autoestima en niños.

Las primeras experiencias sociales son clave para el desarrollo de la autoestima. Por tanto, las familias tienen la responsabilidades de proporcionar cariño, afecto y atención a los niños, de modo que estos sientan que son dignos de ser queridos y amados, lo cual está muy relacionado con la percepción de confianza y seguridad en uno mismo.

“Amor es cuando la felicidad de tus hijos es más importante que la tuya propia”.

-Jackson Brown, Jr.-

La evolución de la autoestima en niños

Existen cinco áreas importantes que definen la autoestima. Estas van cambiando en función de la edad y de las diferentes etapas del desarrollo madurativo:

  1. Área familiar. La valoración y la atención de los padres es importante desde el momento del nacimiento, ya que esto va a determinar la percepción que los pequeños tienen de sus cualidades en los diferentes ámbitos de la vida. Así, un estilo de crianza democrático favorece el desarrollo de una buena autoestima.
    Niña sonriendo con una autoestima alta.
  2. Área académica. En preescolar, los niños comienzan a pensar en sus características como estudiantes. Al principio, valoran sus competencias académicas de un modo excesivamente positivo, idealizando las propias cualidades. Pero, a partir de los ocho años, esta percepción se vuelve más realista y utilizan la comparación con los demás para evaluarse.
  3. Área física. Durante la primera infancia, los niños ya son conscientes de los propios aspectos y capacidades físicas. Y, desde muy pequeños, asumen una determinada autoimagen corporal. Esta es especialmente importante en la pubertad y la adolescencia, puesto que la autoestima en dicha época depende, en gran medida, del hecho de sentirse atractivo para los demás.
  4. Área social. Hace referencia a los sentimientos de los niños o jóvenes sobre los vínculos que establecen con sus amigos. En este aspecto, es imprescindible que, desde pequeños, se relacionen, hablen y jueguen con sus iguales. Además, durante la adolescencia, las amistades se vuelven un pilar básico para el crecimiento personal y el desarrollo del autoconcepto.
  5. Autoestima global. Es la valoración general que se hace de uno mismo con base en las áreas y ámbitos anteriormente comentados. Así, la evolución de la autoestima global hasta los ocho años suele ser alta, luego desciende hasta estabilizarse y, posteriormente, disminuye en la pubertad y en la adolescencia.

¿Qué implica desarrollar alta o baja autoestima? 

Los niños con alta autoestima se caracterizan por:

  • Atribuir una mayor responsabilidad personal a los resultados exitosos que a los fracasos.
  • Culpar a los factores externos de los fracasos.
  • Mostrar motivación ante el aprendizaje y los nuevos retos.
  • Tener altas habilidades sociales.
    Niño de brazos cruzados con una autoestima alta.
  • Presentar confianza y seguridad en las propias capacidades para influir sobre las situaciones.
  • Manifestar una actitud de cooperación.
  • Tener un comportamiento autocrítico.
  • Aprender de los errores.

Por otro lado, los niños con baja autoestima reúnen las siguientes características:

  • Atribuir los éxitos a circunstancias arbitrarias y externas.
  • Atribuir la falta de capacidad a los fracasos.
  • Evitar intentar realizar actividades intelectuales, deportivas o sociales por miedo a hacerlo mal.
  • Tener tendencia a engañar y mentir.
  • Mostrar conductas regresivas.
  • Presentar poca confianza y seguridad en uno mismo, creyendo no tener la capacidad de control sobre las situaciones.
  • Manifestar comportamientos poco sociales.
  • Mostrar una personalidad agresiva, violenta o excesivamente tímida.
  • Manifestar tendencia a la frustración.

Así, las madres y los padres, deben prestar atención a estas características, intentando fomentar una autoestima positiva en los pequeños.

Pero, si esto no se consigue, a pesar del esfuerzo, es conveniente consultar al pediatra o profesionales de la salud mental para seguir una intervención basada en la mejora y potenciación de la autoestima.


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  • Sánchez-Bautista, B. Y. y Solís-Villafuerte, J. (2010). Autoestima en niños. México: Ángeles Psicológicos A. C.
  •  Sociedad de Pediatría de Atención Primaria de Extremadura. (s.f.). Programa de Salud Infantil y del Adolescente de la Comunidad Autónoma de Extremadura. Consejos de Salud y Guías Anticipadoras. Cómo fomentar la autoestima en el niño/a. Junta de Extremadura: Consejería de Sanidad y Consumo.

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