¿Es bueno conservar la comida para el bebé?

Las preguntas acerca de cómo almacenar la comida para bebé es una duda muy frecuente. Las formas de hacerlo son varias, y todas muy sencillas. Lo importante es tomar las precauciones necesarias para preservar la salud del pequeño y garantizarle un sano desarrollo.

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Prácticamente todas las madres se preguntan si es bueno conservar la comida para el bebé. Aunque es preferible que esté fresca, hay varias maneras de almacenarla sin que pierda sus propiedades nutritivas. Los alimentos se pueden guardar hasta tres meses, siempre que se tomen las precauciones debidas para garantizar su salud.

Para salvaguardar el bienestar de nuestros hijos es importante evitar la proliferación de bacterias. Es muy importante no darle de comer directamente del recipiente donde está almacenado el alimento. Las bacterias que están en su saliva se quedan en el resto de la preparación y se reproducen con mucha facilidad. Si esa comida la guardamos, en la próxima toma le estaremos aportando organismos dañinos.

¿Es bueno conservar la comida para el bebé?

Conservar la comida para el bebé te ayudará a ahorrar tiempo y dinero. Son varios los procedimientos que te darán la tranquilidad de cuidar a tus hijos mientras se economiza.

Lo necesario para cada comida

Es importante que separes las porciones que ingerirá tu hijo ingerirá en cada comida. Toma con una cuchara lo necesario para el momento y guarda el resto en recipientes limpios y muy bien tapados. Con este tipo de precauciones evitarás que la comida se contamine y se garantizarás que está apta para una próxima toma de alimento.

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Si has optado por introducir la cuchara en un recipiente y el bebé no se comió todo, es mejor que deseches esos restos. Así, de nuevo, evitarás la proliferación de bacterias que podrían enfermar al niño si esa comida se le da posteriormente.

En un lugar fresco

Cuando los frascos o bolsas no han sido abiertos se pueden guardar a temperatura ambiente en un lugar fresco. Los sitios calurosos potencian el crecimiento de las bacterias y pueden dañar los alimentos. Si alguno de estos recipientes muestra signos de humedad es mejor desecharlos de inmediato, ya que pueden enfermar al bebé.

A medida que se vayan comprando nuevos productos se recomienda que estos se ubiquen en la parte trasera de la despensa. Los más antiguos deben colocarse hacia adelante para consumirlos en ese orden y evitar que caduquen.

Dos o tres días

Cuando los recipientes con puré, sopas o cualquier otro alimento hayan sido abiertos pueden guardarse en el refrigerador por dos o tres días. Esto solo debe hacerse si la tapa está herméticamente cerrada y la comida no ha sido contaminada. Por eso es siempre recomendable retirar a otro recipiente las porciones que el bebé comerá en el momento y guardar el resto.

Cuando preparamos purés, papillas o sopas es recomendable no dejarlas reposar durante más de dos horas a temperatura ambiente. La proliferación de bacterias es muy rápida.

Si la comida la preparas en casa debes tomar la precaución de limpiar muy bien con detergente y agua hervida los recipientes para almacenarla. También es importante dejar enfriar bien los alimentos antes de congelarlos. Las cubeteras son ideales para congelar la comida: cúbrelas con papel film para una mejor protección. Una vez congelados, los cubos se pueden guardar en recipientes más grandes que permitan almacenar porciones para distintos días.

Congelada, no más de tres meses

La comida congelada no puede exceder los tres meses. Para ello etiqueta los frascos para recordar el contenido y la fecha de congelación.

Las frutas recién trituradas pueden congelarse de inmediato, pero las verduras no. En el primer caso es recomendable agregarles unas gotas de limón para que conserven las vitaminas y no se oscurezcan. Si se trata de verduras es preferible triturarlas cuando se descongelen para que conserven su textura.

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¿Cómo descongelar?

Para descongelar la comida se debe llevar al refrigerador pero no durante más de 48 horas para evitar que desarrolle las temidas bacterias. Otra opción es colocar el recipiente en un poco de agua hirviendo, como si fuera un baño María.

Si utilizas el microondas es preciso revolver bien la comida. Hay que tener cuidado con las partes muy calientes, que pueden ocasionar quemaduras en la boca y lengua del bebé. No es recomendable volver a congelar un puré una vez descongelado. El refrigerador debe mantenerse limpio y sin escarcha para mayor seguridad e higiene de los alimentos.

Bibliografía

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