El desarrollo de la personalidad en los niños

El desarrollo de la personalidad en los niños ocurre de una forma progresiva. Descubre a continuación, las fases que atraviesan los pequeños para crear su propia identidad.
El desarrollo de la personalidad en los niños
Ana Couñago

Escrito y verificado por la psicóloga Ana Couñago.

Última actualización: 14 agosto, 2022

La personalidad es un constructo psicológico que hace referencia a un conjunto de rasgos emocionales, cognitivos y conductuales, más o menos estables y duraderos, que caracterizan a una persona y la diferencian de otras. Pero debes saber que no se nace con un carácter claramente marcado, sino que el desarrollo de la personalidad inicia en los niños y se da de forma progresiva y a lo largo del tiempo.

Las experiencias y las relaciones afectivas que se establecen durante los primeros años de vida son claves para el desarrollo de la personalidad. ¿Quieres saber cómo esta evoluciona durante la primera infancia? ¡Descubre todas las etapas por las que pasan los pequeños!

El desarrollo de la personalidad en los niños

Según el psicólogo francés Henri Wallon, se pueden diferenciar varias etapas en el desarrollo de la personalidad en la primera infancia. A continuación, describimos cuáles son.

Niño aprendiendo a atarse los cordones de los zapatos.


El desarrollo de la personalidad desde el nacimiento hasta los 3 años

Desde el momento en el que los bebés nacen ya empiezan a desarrollar su personalidad. Así, poco a poco, y hasta cumplir los 3 años, los pequeños adquieren las siguientes competencias relacionadas con la construcción de una identidad propia:

  • Diferencian entre el yo y el no yo, es decir, entre el mundo interno y el externo. De esta manera, los niños comienzan a percibirse como personas individuales y distintas a las demás.
  • Adquieren conciencia sobre las propias acciones (lo que ellos mismos hacen) y las diferencias de las acciones de otras personas (lo que otros hacen).
  • Aprenden a diferenciar entre lo que les pertenece a ellos y lo que es propiedad de otros.

De los 3 a los 6 años

Entre los 3 y los 6 años tiene lugar la etapa del personalismo, que se divide en tres fases diferentes:

  • Fase de oposición e inhibición: a los 3 años los niños necesitan reafirmar su propia identidad, favoreciendo el desarrollo de la independencia. Por ello, muestran constantemente una actitud de oposición, rechazo y negativismo hacia los demás, sobre todo hacia los adultos de referencia. Esta fase es conocida también como la etapa de la cabezonería.
  • Fase de gracia: a los 4 años los niños necesitan el afecto y la aprobación permanente de los demás. Para conseguirlo, intentan seducir a las personas de su entorno próximo mediante sus gestos, palabras y acciones. Esta es la etapa del narcisismo.
  • Fase de imitación o de representación de roles: entre los 5 y los 6 años los pequeños tratan de asimilar, interiorizar y copiar las características de aquellas personas a las que admiran, normalmente alguno de los progenitores, de manera que se identifican con ellos.

¿Qué factores influyen en el desarrollo de la personalidad de los niños?

Como hemos visto hasta ahora, hay diferentes periodos por los que los niños pasan para desarrollar su propia personalidad. Además, existen varios factores que influyen y condicionan dicho proceso:

  • Factores hereditarios: es la dotación genética heredada de los progenitores. Hace referencia a los aspectos de la personalidad más estables e inmodificables que se observan en los niños desde muy pequeños.
  • Factores familiares: el niño forjará su conducta adecuando su comportamiento a las reacciones de los adultos, sean estas de refuerzo positivo o de desaprobación. Mientras más aprobación, más seguridad y confianza experimentará. Al contrario, continuas desaprobaciones o reproches lo hundirán en la desconfianza y la inseguridad. Pero, como afirma la educadora María del Pilar Calvo: “Es preciso premiar únicamente cuando el niño merece un premio”.
  • Factores socio-ambientales: el ambiente en el que los pequeños crecen juega un papel muy importante en el desarrollo de la personalidad, puesto que, en función del contexto cultural y social en el que viven y de las relaciones afectivas que establecen con su entorno, interpretarán el mundo y responderán a él de diferente manera. Así, entre los factores ambientales se encuentran los siguientes:
    Niñas amigas sentadas en el césped debido al desarrollo de la personalidad en los niños.
  • Experiencias afectivas y sociales: son todos los acontecimientos relevantes que tienen lugar en el entorno próximo de los niños. Las primeras experiencias están marcadas por los vínculos de apego que se crean con los principales cuidadores. Posteriormente, y a medida que los pequeños crecen, deben afrontar situaciones afectivas y sociales cada vez más complejas. Por ejemplo: el nacimiento de un hermano, el ingreso en infantil, etc.
  • Valores y creencias: los niños, desde edades muy tempranas, asimilan y adquieren los valores y las creencias que sus padres les transmiten, de manera que sus comportamientos estarán determinados por una serie de reglas y normas sociales.

“Todos nacemos con un mapa genético único, que establece las características básicas de nuestra personalidad, así como nuestra salud física y nuestra apariencia. Sin embargo, todos sabemos que las experiencias de vida nos cambian”.

-Joan D. Vinge-

Tips para fomentar el desarrollo de la personalidad en los niños

Los niños están en un proceso muy dinámico y complejo y todo cuanto les rodea ejerce una poderosa influencia en su personalidad, por eso:

  • Resalta sus aspectos positivos, refuérzalos y felicítalo cuando se haya esforzado en alcanzar una meta.
  • Fortalece su autoestima.
  • Permite que haga las cosas por sí mismo.
  • Déjalo elegir, consúltalo. Respeta sus opiniones.
  • No lo critiques ni juzguez.
  • Crea un ambiente familiar y social estimulante, donde sea reconocido y valorado.

“La familia posee un rol crucial en el crecimiento de las personas, debiendo favorecer una primera socialización satisfactoria. Su especial relevancia tiene que ver con que constituye el primer agente educativo, pues los niños nacen y establecen primer contacto con el mundo que les rodea, a través de su figura”.

-Maestro Eduardo José Marrero-



El ejemplo de los padres es primordial

Los padres son modelos que los hijos imitarán, estimulan o inhiben comportamientos según las pautas de los estilos de crianza. En efecto, los progenitores brindan quiéranlo o no, esquemas educativos con los que los niños responderán a los múltiples estímulos de la sociedad.

Serán impulsivos, agresivos, calmos, se integrarán o aislarán respondiendo a grandes rasgos, a lo observado y vivido en el seno familiar. Los padres son agentes socializadores, tanto de manera intencional, como cada vez que interactúan con los niños.

De hecho, la educación en la familia se da en todo momento por imitación e identificación. Como lo explica la psicóloga María del Carmen Pichardo:

“Los padres actúan como una institución que filtra aquello que consideran importante en la sociedad. Únicamente se puede educar, si se sabe o se quiere, y sólo se transmite aquello en lo que realmente se cree”.

En definitiva: los primeros años de vida de los niños son cruciales para el desarrollo de la personalidad.


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